Pablo Gonzalez

Panamá margina agro e importa $1.000 millones al año en comida


El presupuesto del Estado panameño para el 2013 será de unos $14.000 millones, de los cuales unos $3.200 millones se destinarán al desarrollo de infraestructura vial.

La otra cara de la moneda: el sector agrícola del país reclama al Estado la falta de una política de seguridad alimentaria y cada año Panamá importa más de $1.000 millones en alimentos porque no es autosuficiente en el campo.

Por ejemplo, el consumo de leche anualmente es de unos 300 millones de litros y este año las autoridades ya aprobaron la entrada de 3.000 toneladas de leche en polvo (3 millones de litros) como parte de la segunda cuota del contingente ordinario negociado con la Organización Mundial del Comercio (OMC) debido al faltante.

En el caso del arroz, según cifras del Ministerio de Desarrollo Agropecuario, por año, los productores cultivan 6 millones de quintales, pero la población consume 8 millones de quintales.

Actividad marginal. ¿Por qué se produce esta situación? Para el economista y profesor de la Universidad de Panamá Juan Jované, “los políticos de los partidos tradicionales compraron el modelo de apertura y eso llevó a la marginación de la agricultura. Se pensaba que dejando a la libre operación de los mercados, se resolvía la agricultura”.

Las autoridades gubernamentales prevén que al terminar el presente año el precio de los alimentos, entre ellos el arroz y la carne, se encarecerá un 9%.

“Eso ha vuelto a llamar el interés sobre los alimentos y empieza a cobrar importancia el tema de la seguridad alimentaria”, dijo Jované.

Pese a existir el Banco de Desarrollo Agropecuario (BDA), el financiamiento al sector agropecuario es poco y hay serios problemas con los seguros para las cosechas.

Las entidades privadas prefieren otorgar crédito para el comercio, al cual puede prestar a corto plazo y esperar que el retorno del dinero se haga rápidamente.

Cifras que tienen el aval de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), señalan que en Panamá un 15% de la población tiene una nutrición deficiente.

Coincidencia. Edwin Cabrera, analista político del diario La Prensa, coincidió con la visión de Jované.

“Este es un país de un alto contraste por la distribución de la riqueza. Tienes un centro bancario importante y Panamá tiene acceso al financiamiento con una facilidad impresionante. Eso produce que mucha gente se endeude más allá de sus capacidades”, expresó.

“A veces hay la impresión de que acá todo está color de rosa, pero tenemos un problema con el modelo económico del país. Hay un problema de distribución de la riqueza. 
 
A la gente no le alcanza la plata. 
 
El salario mínimo anda por $423 y es poco porque la canasta básica anda por $300 y pico”, agregó.

La falta de atención al agro y el reclamo por un mejor ingreso, son objeto de exigencias de una clase media que está tomando fuerza y se ha convertido en un grupo muy cortejado por los políticos.
 
 Cabrera la describe como “una clase media más pujante, más golpeada también, que produce más cambios... es un grupo que reclama, critica, que exige”.

Ambos analistas coinciden en que quien quiera conquistar la presidencia del país en 2014, deberá convencer a este grupo de las bondades de su propuesta.

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