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Washington ha comunicado a Egipto que reconsiderará la
aportación anual de 1.300 millones de dólares (990 millones de euros) a
su Ejército si continúa investigando a las organizaciones
internacionales que operan en aquel país.
Los ciudadanos norteamericanos
retenidos son trabajadores de ONG norteamericanas cuyo objetivo
supuesto es la “promoción de la democracia” en Egipto.
Entre ellos se encuentra Sam LaHood, hijo del secretario de Transporte, Ray LaHood, y director del Instituto Republicano Internacional (IRI)
en Egipto.
El sábado 21 de enero, las autoridades le impidieron subir a
un avión cuando intentaba abandonar el país.
Otros dos afectados
trabajan para esta institución y tres más para el Comité Democrático Nacional (CDN). Ambas ONG tienen su sede en Washington, reciben fondos del Gobierno norteamericano y están ligadas al Partido Republicano y al Partido Demócrata, respectivamente.
La diplomacia estadounidense exigió que se concediera permiso a sus
ciudadanos para abandonar Egipto, en una nueva escalada de tensión tras los registros llevados a cabo en las sedes de numerosas ONG el pasado mes de diciembre.
Un grupo de seis estadounidenses se refugió en la embajada
norteamericana en El Cairo.
Las autoridades egipcias les acusan de
financiar las protestas antigubernamentales.
En consecuencia, los seis,
junto con otros cuatro ciudadanos extranjeros, tienen prohibido salir
del país mientras estén bajo investigación.
El tema de los derechos de las organizaciones no gubernamentales en
Egipto surgió después de que en diciembre las autoridades del país
emprendieran una ‘redada’ sobre grupos que recibían financiamiento desde
el extranjero.
Se trató sobre todo del Instituto Democrático Nacional y el Instituto Republicano Internacional,
donde trabajaba Sam LaHood.
Ambas organizaciones son financiadas por
los EE. UU. y se dedicaron supuestamente a monitorear las recientes
elecciones al Parlamento egipcio.
Según la portavoz del Departamento de Estado de EE. UU., Victoria
Nuland, se trata de una “situación única”.
Nuland comunica que la
seguridad de los estadounidenses no está amenazada, pero detalla que
ellos se habían dirigido al personal de la embajada y “se tomó la
decisión de invitarles como huéspedes”.
Al mismo tiempo, asegura que no
se trata.
(Con información de RT y Agencias)