Un soldado británico fue expulsado del Ejército y encarcelado por haber
apuñalado a un niño afgano de 10 años sin provocación alguna.
El insólito caso de violencia ocurrió hace más de un año en la
provincia afgana de Helmand.
El granadero Daniel Crook, armado con una
bayoneta y un par de granadas, estaba recorriendo una población local
cuando se dio con dos afganos montados en bicicleta. Uno de ellos era
Ghulam Nabi, de 10 años.
Según el padre del pequeño, Haji Shah Zada,
Crook le ordenó que se detuviera.
El niño no le entendió y entonces
Crook lo agarró y lo apuñaló con su bayoneta en la zona lumbar.
Según
los datos de la fiscalía, el niño le estaba pidiendo a Crook que le
comprara una chocolatina, lo que, por lo visto, lo sacó de quicio y
provocó el ataque.
Cabe mencionar que en el momento del ataque el soldado no estaba
patrullando la localidad y estaba solo.
Al parecer, la noche anterior
había bebido mucho vodka y estaba sufriendo los efectos de una fuerte
resaca. Antes de que abandonara su base militar le habían quitado el
rifle por razones de seguridad.
Tras agredir al niño indefenso el soldado se reunió con sus colegas y
les contó lo que había sucedido.
No obstante, no pudo explicar las
causas de su brutal comportamiento.
Afortunadamente, el pequeño Ghulam sobrevivió, pero por el momento no
ha podido regresar a la escuela por las lesiones sufridas. Según el
padre del niño, los militares británicos no se disculparon por lo
ocurrido, pero sí pagaron una indemnización de 800 dólares.
No es un caso aislado de violencia de los militares de la OTAN en Afganistán
y otros países de la región.
Los ataques contra los civiles calificados
a menudo como “errorres” por los comandantes del contingente
internacional, son bastante frecuentes.
Así la semana pasada seis niños y
un adulto perdieron la vida en un ataque aéreo de la OTAN que supuestamente iba dirigido contra los talibanes.
http://actualidad.rt.com/actualidad/sociedad/issue_33176.html
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