El
Partido Comunista de Chile, y su emblemática y popular dirigente Camila
Vallejo, fueron derrotados en las elecciones universitarias realizadas
ayer.
El ganador fue un candidato que la prensa burguesa chilena
califica de "ultra izquierdista", Gabriel Boric.
Militante del grupo
Izquierda Autónoma derrotó a Camila aprovechando la posición política
del Partido Comunista que tiene pactos con la Concertación (el gobierno
que encabezó Bachelet y que agrupaba a derecha y "progresistas").
Los
estudiantes chilenos han mantenido una fuerte lucha contra el gobierno
en este 2011 que acaba.
Gabriel
Boric, estudiante de derecho es el nuevo presidente de la Federación de
Estudiantes de la Universidad de Chile.
Él es un reconocido integrante
del movimiento autonomista y participa del grupo Izquierda Autónoma,
parte de la alianza Creando Izquierda, desde que cursaba primer año en
la Facultad de Derecho.
Actualmente es miembro del Senado Universitario,
único espacio que articula académicos, funcionarios y estudiantes de la
Universidad.
Allí ha desarrollado un trabajo articulador de la
universidad, impulsando en conjunto con académicos y funcionarios,
claustros triestamentales de la comunidad universitaria y participó
activamente de la comisión de educación del Senado, que desarrolló una
propuesta de nueva institucionalidad para la Educación Superior en
Chile.
Gabriel
es también conocido por el proceso que encabezó el año 2009 como
presidente del CED.
Ese año, la misma fuerza que ha ganado nuevamente la
conducción del centro de estudiantes levantó en conjunto con una
comisión académica una movilización que se oponía al statu qúo en el que
se hallaba la Facultad: “la escuela estaba sumida en la inercia y
dependía de su tradición y la buena voluntad de grandes profesores más
que de un proyecto que mirara hacia el futuro.
El sentido de nuestra
movilización fue combatir una inercia complaciente que estaba
progresivamente deteriorando a nuestra Escuela”.
Este es una parte de su discurso dado hace algunos días en el marco de la campaña eleccionaria.
“Es
muy entretenido escuchar a los gremialistas cuando dicen que no son ni
oposición y tampoco son parte del gobierno.
Son ni fu ni fa, no dice
nada respecto al actual conflicto.
Yo les pregunto a todos, hay alguno
de ustedes que quiera construir universidad, construir federación solo
entre algunos, y todos dirán que lo hagamos entre todos.
Entonces
dejémonos de decir obviedades, dejémonos del “marketeo”, de lugares
vacios y comencemos a hablar de política.
¿Qué hemos aprendido como
movimiento social este año? Este año hemos aprendido que de por más que
saquemos 200 mil personas a la calle, por más que la Universidad se
movilice entera, que estemos más de seis meses dando la pelea, los
cambios no son tan fáciles de lograr.
Y tenemos que preguntarnos por
qué.
Porque tenemos al 1 por ciento de la población chilena, la elite
económica y empresarial de este país que concentra las decisiones de
todo el resto, del 99 por ciento de la población, son los que deciden
las tasas de interés que pagamos, cuánto pagamos por nuestros servicios
básicos, cómo accedemos a nuestros derechos sociales.
Nosotros
creemos que a ese 1 por ciento es al que hay que combatir, el enemigo
no está dentro de la Universidad.
Pero para combatirlo por cierto que
hay tesis diferentes.
Nosotros como estudiantes de izquierda tenemos una
alternativa diferente a lo que ha planteado la conducción de esta
federación que es el Partido Comunista. Creemos que lo que está en
disputa hoy, es el carácter de la Izquierda en Chile de aquí para
adelante.
Es uno de los lugares donde estamos peleando.
El
PC plantea un pacto de nueva gobernabilidad con la Concertación.
Nosotros planteamos que no podemos seguir jugando a ser el hermano chico
de la Concertación.
Una concertación que durante 20 años gobernó con
las ideas que hoy dice criticar. Permítannos por favor una legítima
desconfianza.
Nosotros creemos que tenemos que construir alternativas
políticas propias.
Cuando
salimos a marchar, salimos todos, cuando salimos a protestar, salimos
todos, pero cuando llega el momento de construir alternativas políticas
para las mayorías que se han expresado y que no cree en la actual
institucionalidad, quedan los mismos de siempre.
Basta de eso, hagámonos
cargo nosotros de llevar adelante la política de estas grandes mayorías
que no tienen representación institucional en la política formal de
Chile.
Este
año puede ser de bonitos recuerdos familiares y de despeinarnos un
poquito, que salimos a la calle, del año revolucionario.
O bien podemos
recordarlo como el año en que definitivamente comenzamos a cambiar
Chile.
Tomémonos el asunto en serio, esto no lo hacemos por hobby, de
verdad queremos cambiar radicalmente este país y sabemos que nos vamos a
demorar harto.
Como decía un lienzo en un colegio tomado, vamos lentos
porque vamos lejos”.
Insurgente