Rusia ha hecho llegar su malestar a
España tras el pacto firmado por Obama y Zapatero para poner la Base
Naval de Rota al servicio de la US Navy.
Moncloa ha recibido quejas de
diplomáticos rusos por "vía extraoficial". Y se ha hecho lo mismo con el
Partido Popular.
Según ha podido saber El Confidencial
Digital de fuentes militares, estas protestas no se han hecho públicas.
Es más, el propio embajador ruso en España, Alexander Kuznetsov, aseguró
el pasado viernes 16 de diciembre en un acto en el Centro Superior de
Estudios de la Defensa Nacional (CESEDEN), organizado por la Asociación
Atlántica Española, que a Rusia “no le preocupa que Rota acoja buques
estadounidenses”.
Hacía referencia así al sistema
defensivo de la OTAN, impulsado por Estados Unidos, que llevará a labase
de Rota a cuatro fragatas estadounidenses y un número superior a 1.100
militaresnorteamericanos. El despliegue comenzará en 2013.
Tal y como precisan fuentes de la
diplomacia militar, consultadas por El Confidencial Digital, “ciertos
elementos diplomáticos rusos han advertido al Gobierno que entrar a
formar parte de forma activa en el Escudo Antimisiles diseñado por
Estados Unidos no era precisamente un síntoma de amistad con Rusia”.
Esas advertencias, que llegaron
directamente a Moncloa desde Moscú, hacían referencia clara pero no
expresa al hecho de que 2011 haya sido el año oficial de ‘amistad’ entre
España y Rusia, precisamente cuando se ha anunciado el acuerdo
hispano-estadounidense.
El denominado ‘Año Dual de España en
Rusia y de Rusia en España 2011’ ha llevado a muchas empresas españolas a
establecer lazos con Moscú, y viceversa. Aunque las dificultades
presupuestarias de ambos países han impedido dotar de mayor visibilidad a
este acuerdo.
Rajoy y Putin
Por
otro lado, El Confidencial Digital ha podido saber de fuentes bien
informadas que Génova ha recibido ya comunicaciones ‘extraoficiales’ por
parte de Moscú en la dirección apuntada. Miembros de la diplomacia rusa
han establecido contacto con el equipo de Mariano Rajoy.
Además de las felicitaciones de rigor
tras la victoria electoral, Moscú ha cuestionado al entorno del nuevo
presidente sobre cuáles serán las principales líneas de su política de
Exteriores, sus relaciones con Rusia, y el grado de implicación de su
gobierno con el sistema defensivo de misiles de la OTAN, un auténtico
quebradero de cabeza para el Kremlin.