Beijing,14/12/2011(El Pueblo)- El 12 de
diciembre, durante una visita del primer ministro iraquí, Nuri
al-Maliki, a la Casa Blanca, el presidente estadounidense Barack Obama
anunció el fin de la guerra, tras la retirada del último contingente
militar estadounidense en Irak.
La guerra de Irak ha sido uno de los
grandes eventos del siglo XXI. El pueblo y la opinión pública de EE.UU.
se ha dado cuenta de que el gran déficit presupuestario de EE.UU. no
puede no tener relación con una guerra que costó más de 3 billones de
dólares, duró casi nueve años ycausó la muerte de cerca de 4.500
soldados, además de 30 mil heridos.
Sin embargo el resultado ha sido que
la influencia de Irán, uno de los viejos enemigos de Washington, es
mayor que la suya.
¿Realmente se ganó la guerra?
Los estadounidenses reflexionan acerca
de la guerra de Irak de la misma manera que lo hicieron con la guerra de
Vietnam, siempre comparando el resultado con sus propios intereses, sin
considerar cómo podría afectar a Irak en el largo plazo.
En los ojos de
los americanos, el Irak de hoy es “un país autónomo, tolerante y con un
gran potencial”.
Sin embargo, en más de ocho años, miles de civiles
iraquíes han muerto a causa de la guerra, sin contar los millones de
desplazados y miles de miembros de la élite que han emigrado al
extranjero.
El dolor de la guerra todavía permanece en Faluya, donde las
bombas de fósforo blanco y otras armas químicas continúan causando
defectos de nacimiento.
Un médico de un hospital local dijo: “Sólo el 11
de octubre nacieron 12 bebés con defectos”.
Debido a la escasez de
fondos para la reconstrucción, los sistemas de purificación de agua y
tratamiento de aguas residuales todavía no se han terminado de instalar.
Los lugareños están preocupados que organizaciones terroristas o los
insurgentes puedan reaparecer.
Casi no hay seguridad para nadie.
“Desarrollo político” y “prosperidad económica” son sólo palabras
vacías.
El más grande legado político que dejó
la guerra fue la llamada “democracia”.
Los estadounidenses se jactan de
que han construido un “modelo para toda la región”.
Sin embargo, la
gente ve que la situación de seguridad en el país sigue siendo grave.
Continúan los enfrentamientos religiosos y la democracia sigue siendo
sumamente frágil.
Lo más preocupante es que las minorías kurda y sunita
están uniendo fuerzas para exigir una mayor independencia. Las causas
profundas del terrorismo todavía no han sido eliminadas.
Los EE.UU. anunciaron dos veces el
“final” de la guerra en Irak.
Desde que se anunció el retiro de las
tropas hasta hoy han pasado casi tres años, lo cual demuestra que
finalizar una guerra no es fácil.
Mientras que se anuncia el “final” de
la guerra, Irak continúa siendo muy vulnerable y con poca capacidad
operativa para movilizar el país.
El riesgo a la seguridad política
continuará existiendo por un largo tiempo.
De
hecho, no sólo han pagado EE.UU. e Irak por esta guerra, el sistema
contemporáneo de relaciones internacionales también ha sufrido un duro
golpe. Los dos principales objetivos del inicio de la guerra eran:
primero, acabar la amenaza de las armas de destrucción masiva del
régimen de Sadam Hussein; y, segundo, derrocar una dictadura que apoyaba
al terrorismo.
El primer objetivo se demostró que era una mentira,
pocos días después de que las tropas entraron en Bagdad.
Incluso Colin
Powell, entonces Secretario de Estado de EE.UU., dijo con indignación
que había sido engañado con “pruebas” falsas.
El segundo objetivo, lejos
de lograr el efecto esperado, generó el opuesto: Irak, que en un
principio no tenía relación con al-Qaeda, se convirtió en un “paraíso”
terrorista.
Sin la autorización de la comunidad internacional, EE.UU.
atacó a un país soberano.
Quizás por esta razón la prensa estadounidense
utiliza la palabra “invasión” al referirse a la guerra de Irak.
Sin
duda, esta guerra sin causa justa sentó un mal ejemplo para la comunidad
internacional.
http://cazasyhelicopteros.blogspot.com/2011/12/cual-es-el-legado-de-la-guerra-de-irak.html