PL – Legisladores estadounidenses dieron esta semana un nuevo
paso en los intentos de reforzar el cerco económico a Cuba, con un
proyecto de ley introducido en el Congreso que busca frenar la
expansión petrolera de la isla.
Los senadores Bill Nelson de Florida y Robert Menéndez de Nueva
Jersey, gestores del proyecto, no ocultan que el propósito de la
propuesta, aunque con un manto ambientalista, es reforzar el bloqueo
económico mantenido por los gobiernos estadounidenses durante más de
medio siglo.
La propuesta “Ley de polución de petróleo extranjero” eliminaría un
límite de responsabilidad de 75 millones de dólares para derrames de
petróleo que provienen de aguas extranjeras y permitiría a los afectados
ser compensados mediante un fondo de responsabilidad.
Menéndez, integrante de grupos anticubanos, dejó claro que el
objetivo es intentar frenar proyectos de explotar el petróleo en aguas
territoriales de Cuba, aunque tal acción es una práctica mundial,
incluyendo Estados Unidos.
Las compañías que quieran perforar en aguas cubanas lo pensarán dos
veces si saben que serán responsabilizadas de cualquier daño a los cayos
de Florida, las playas del sur de Florida o si un derrame llega a la
corriente del Golfo de México, expresó Menéndez.
Hasta el 2013 se prevé las explotaciones en las que intervendrán
compañías internacionales que dispondrán de una plataforma
semi-sumergible, considerada la mejor de su tipo por su seguridad y
tecnología.
El espacio cubano en el Golfo de México está dividido en 59 bloques,
varios de ellos contratados por compañías como Repsol, la venezolana
PDVSA y PetroVietnam, que esperan perforar una vez esté disponible la
plataforma Scarabeo 9.
Según adelantos, especialistas noruegos capacitaron a 120 directivos,
funcionarios y técnicos del sector petrolero cubano que participarán en
la perforación de pozos en la zona económica exclusiva de la Isla en el
Golfo de México.
Mientras, representantes como la estadounidense Ileana Ros-Lehtinen,
también miembro del lobby anticubano y presidenta de la Comisión de
Asuntos Exteriores de la Cámara, insisten en medidas como la de “negar
visas e imponer sanciones de exportación y otras penalidades a las
compañías que participen en las operaciones de Cuba”.
El jefe de Exploración de la estatal Cuba Petróleo (Cupet), Rafael
Tenreyro, dijo a la televisión local que se espera perforar hasta 2013
cinco pozos en su zona del Golfo, de 112 mil kilómetros cuadros, con las
compañías Statoil (Noruega), Repsol (España), OVL (India), PDVSA
(Venezuela), Petrovietnam, Petronas (Malasia) y Sonangol (Angola).
Contrariamente a los criterios de los políticos estadounidenses
integrantes del lobby anticubano, expertos norteamericanos abogan por
encontrar fórmulas de cooperación con Cuba, como vía para aumentar la
seguridad mutua de estas operaciones.
En contradicción con el argumento ambientalista esgrimido por Nelson y
Menéndez, desde que Cuba abrió la posibilidad de inversión extranjera
en el sector energéto, la política de Washington es la de imponer multas
millonarias a empresas que faciliten tecnología para garantizar la
seguridad de las perforaciones.
Según la cadena británica BBC algunos observadores se preguntan si
Washington puede realmente darse el lujo de perder recursos energéticos
tan importantes a sólo 80 kilómetros de los cayos de Florida.
Al respecto, algunos políticos piden se suavice el bloqueo a la isla,
agrega BBC. Lo que buscan, añade, es que las empresas estadounidenses
puedan hacer una oferta para sumarse a la exploración, y también que se
relajen las leyes ambientales y les permitan hacer perforaciones en las
aguas territoriales adyacentes a su país.
Según el congresista republicano Jeff Blake, la política
estadounidense actual no ayuda a las necesidades de energía de su país,
ni a las preocupaciones ambientales, ni a los principios económicos.
Flake, quien representa a Arizona, describió la prohibición de comerciar con Cuba como una “política arcaica”.
Kirby Jones, presidente de la Asociación de Comercio EE.UU.-Cuba, una
organización que busca normalizar las relaciones comerciales entre
ambas naciones, estima que en cuanto Cuba inicie la exploración en sus
aguas se observará un mayor interés y una gran actividad por parte de
las empresas de Estados Unidos.
Será la primera vez en la historia de Estados Unidos y Cuba,
advirtió, que habría un costo estratégico, en caso de mantenerse el
bloqueo.