La
Iglesia católica de Benín, país de África occidental que este viernes
recibe al papa Benedicto XVI, es tradicionalmente sólida pero no ha
evitado escándalos de corrupción, sincretismo o sexuales que la han
obligado a “limpiar” dentro de su jerarquía.
En 2010, dos obispos, uno de ellos el arzobispo de Cotonú, fueron destituidos por escándalos sexuales o malversaciones.
Casos
de sacerdotes que viven maritalmente y escándalos que implican a
muchachas menores de edad también pusieron en aprietos a la Iglesia, que
“nunca había estado tan sacudida”, estima el profesor y exministro
Roger Gbegnonvi.
El
Papa va a “poner orden y a tranquilizar a los fieles”, afirma
Gbegnonvi, con su visita de viernes a domingo durante la cual entregará a
obispos de todo el continente una exhortación apostólica después del
sínodo africano de 2009, un documento que contiene las conclusiones
papales después de dicha reflexión colectiva.
En
Roma, un observador beninés estima también que el jefe de la Iglesia
católica es “esperado con impaciencia para poner orden en la casa”.
Un
caso de exorcismo obligó a la Iglesia católica beninesa a sancionar el
mes pasado al abad de Banamé (sur) mediante un decreto de suspensión que
le prohíbe ejercer el sacerdocio y llevar hábitos sacerdotales.
Desde
2009, el abad Mathias Vigan acompaña y asiste a una mujer joven,
Parfaite, que dice encarnar al Espíritu Santo. Dice que encarna a “Dios
vivo en la tierra” y atrae a multitudes que celebran sesiones de
exorcismo.
Benín,
que cuenta cerca de tres millones de católicos (34% de la población) es
también un importante foco vudú, la religión tradicional más conocida
de esta región africana, y muchos católicos son adeptos al mismo tiempo
de cultos tradicionales.
El sociólogo Bertin Affognon estima que la Iglesia beninesa está “en crisis”, por razones “internas” y “externas”.
“Las
principales razones internas tienen que ver con el comportamiento de
los sacerdotes, sus relaciones con el dinero y el sexo”, afirma.
La
mayor amenaza parece provenir del exterior, con el auge de las iglesias
evangelistas que atraen a numerosos creyentes con celebraciones más
cálidas y vistas como más cercanas a sus preocupaciones.
El fenómeno afecta a todo el continente, donde varios cientos de miles de africanos ya se sumaron a esos nuevos cultos.
Emmanuel Francisco, un estudiante beninés de 26 años, explica que abandonó la Iglesia católica para sumarse a la pentecostal.
“Yo
ya no encontraba amor, justicia y equidad en la Iglesia” católica, dijo
el joven entrevistado frente a la Iglesia pentecostal obra misionaria
(EPOM) de Cotonú.
En
2009, Benedicto XVI había calificado a África de “pulmón espiritual
para una humanidad en crisis de esperanza” pero había considerado que
estaba amenazada por el fundamentalismo y la exportación por Occidente
de “desechos tóxicos espirituales”.
Fuente: Univision.com
http://eltemplodelaluzinterior.wordpress.com/2011/11/16/el-papa-visita-benin-donde-la-iglesia-limpia-despues-de-los-escandalos/