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Funes manda tropas salvadoreñas a Afganistán mientras Estados Unidos se está retirando

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Funes con la embajadora de los Estados Unidos en El Salvador, Mari Carmen Aponte.

PATRICIA CARÍAS / EL FARO – Los 22 militares salvadoreños destinados a instruir en materia de seguridad a fuerzas afganas partieron esta tarde desde el Aeropuerto Internacional El Salvador hacia el país centroasiático, tres días después de que el presidente Mauricio Funes obtuviera el respaldo político de la Asamblea Legislativa a la misión.

El contingente se marchó ocho años después de que El Salvador enviara un primer batallón a Iraq para acompañar la invasión encabezada por Estados Unidos en 2003 para derrocar el gobierno de Sadam Husein.

El presidente Funes informó que la gestora de la participación del ejército salvadoreño en Afganistán fue la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton. 

El gobernante accedió a apoyar el pedido de acompañar a las fuerzas de la OTAN en dicho país, precisamente en momentos en que Estados Unidos lo está abandonando.

El presidnete Barack Obama anunció hace meses que Washington comenzaría la retirada de Afganistán, donde tiene unos 100 mil soldados. 

Este año repatriará a unos 10 mil de ellos y la retirada terminará de ejecutarse en 2014.

Funes dijo que la misión tiene la finalidad de apoyar resoluciones de la ONU para ayudar a Afganistán a volver a su vida normal. 

Los diputados dijeron que votarían en favor de la misión en el entendido de que el presidente es el responsable de ella y que solo se trataba de darle respaldo político. 

El jueves pasado, loso partidos Arena, Gana, PCN, PDC y CD apoyaron la decisión del presidente, y ya con ese sello los militares dejaron este domingo el país para dirigirse a Miami. 

De Miami volarían hacia Baltimore, donde permanecerán 24 horas, para luego salir hacia Kabul, la capital afgana.

La derecha votó el jueves después de sostener una reunión con el ministro de Defensa, David Munguía Payés, en la que discutieron sobre las actividades que realizará el contingente en el Medio Oriente.

En la reunión, los miembros de la comisión de Defensa de la Asamblea cuestionaron a Munguía Payés respecto a las tareas que realizarán los 22 soldados salvadoreños en Kabul y las zonas circundantes, dado que la información no estaba clara en la propuesta de decreto que envió el Ejecutivo a la Asamblea la semana pasada. “… que los Estados miembros de las Naciones Unidas presten asistencia para la seguridad apoyando a la Autoridad Provisional de Afganistán y el mantenimiento de la seguridad…”, reza el documento.

Las dudas surgieron a partir de algunos señalamientos que el PCN hizo a la propuesta.

El lunes, durante la sesión de la comisión, el diputado y coronel retirado Antonio Almendáriz cuestionó el documento y condicionó los votos de su partido a que se hiciera una nueva redacción del decreto en la que se estableciera que las tropas serían parte únicamente de las tareas de adiestramiento. 

“Nos hablaron de que es entrenar gente, no brindar seguridad… Con 20 gentes es un suicidio”, dijo.

El ministro les explicó algunas de las tareas que desarrollarían los miembros de la Fuerza Armada en Afganistán, entre ellas, el adiestramiento de personal contra acciones terroristas, adiestramiento de la policía militar en la zona y la reparación de helicópteros y aeronaves. 

“Uno de los compromisos de esto es contribuir a la paz mundial”, dijo, refiriéndose a que el propósito de la misión era devolverle la autonomía al Estado afgano, donde Estados Unidos ingresó en 2001 para derrogar al régimen talibán. Washington logró poner un gobierno anuente, pero el país se deslizó en un tobogán de violencia del que no ha podido salir.

Minutos antes de que finalizara la reunión, Almendáriz expuso a Munguía Payés una nueva redacción del decreto en la que se especifica que la colaboración del personal, equipo y otros recursos de las Fuerza Armada será utilizado únicamente para actividades de adiestramiento, bajo un acuerdo con la ONU que los relaciona específicamente con el derecho internacional humanitario.

Además, el decreto también precisa que el presidente Funes, como comandante general de la Fuerza Armada, es el responsable sobre las actividades que desarrollen las tropas salvadoreñas, tal como lo explicó Almendáriz la semana pasada, y que la idea de que la Asamblea se involucrara en la decisión era meramente un apoyo político. Munguía Payés aceptó sin mayor objeción.

La participación de El Salvador en este tipo de actividades militares organizadas por las Naciones Unidas atiende a las resoluciones 1386 (2001) y 1943 (2010) de la ONU.

En estas el Estado pone al personal del ejército a disposición de la ONU, para que este contribuya en tareas de seguridad en esa región. 

Sin embargo, dado que las resoluciones no son de carácter obligatorio, como en el caso de los tratados, el gobierno podría negarse ante dicha solicitud. 

Ese fue uno de los puntos argumentados por el FMLN para negarse a dar su respaldo.

En cuanto a la duración de la misión, el documento establece un plazo de un mes y medio, a partir de este domingo, finalizando el 13 de octubre. 

El ministro aclaró que el plazo finalizaba el 13 porque la resolución número 1943, que el gobierno firmó el año pasado, vencía el 13. 

“Sin embargo”, dijo, “Naciones Unidas puede solicitar una prórroga de un año más y nosotros también”.

El envío de tropas que colaboren con los conflictos de los países del Medio Oriente es uno de los aspectos que han tenido que enfrentar los presidentes de El Salvador desde hace ocho años. 

Siendo el primero de ellos, Francisco Flores, quien en 2003 envió por primera vez tropas a Iraq, alegando que era un cumplimiento una resolución de la ONU.

Los envíos no se detuvieron, pero en 2005, el presidente Antonio Saca, mientras alegaba públicamente que las misiones respondían al pedido de la ONU, en privado aceptaba que las razones eran otras. 

El Faro publicó el lunes anterior que el verdadero móvil que Saca tenía para enviar tropas a Iraq -donde El Salvador sufrió cinco víctimas mortales- era congraciarse con Estados Unidos, y especialmente con el presidente George W. Bush.

En esta ocasión el llamado que la ONU hiciera a las tropas salvadoreñas vino como sugerencia de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, quien según explicó el presidente Funes, canalizó la solicitud de El Salvador ante la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Los diputados de derecha se mostraron tan complacidos con la explicación de Munguía Payés, que hasta propusieron un aumento en el número de soldados que viajen. 

El diputado de Arena y también coronel retirado César Reyes Dheming pidió la palabra para cuestionar al ministro sobre un posible aumento en el número de integrantes de la tropa. 

“La condición de profesionalismo es lo que nos hace ser tomados en cuenta. Además, le estamos dando cumplimiento a un compromiso”, concluyó. 

El ministro aclaró que esa decisión la tomaría la OTAN, entidad que tiene a su cargo las solicitudes de refuerzos.

En el FMLN, el diputado David Rodríguez aseguró que el origen de la propuesta estaba viciado dado que la idea original de Estados Unidos era apoderarse de los recursos naturales de estos países. 

“Sería dar un aval al origen que tuvo este conflicto”. Rodríguez también argumentó que El Salvador, antes de enviar tropas al extranjero, necesita al ejército para que pueda colaborar con las tareas de seguridad pública en el país.

Cuando al ministro se le preguntó por qué mientras Estados Unidos se está retirando de Afganistán El Salvador debe involucrarse en el conflicto, aseguró que todo es parte de la estrategia de devolverle la autonomía al Estado afgano. 

“En la medida en que ellos estén capacitados, las tropas se van a retirar.

La decisión va en la misma dirección”.

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