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El cuento de la semana: rebeldes y terroristas

http://www.kaosenlared.net/img2/196/196904_Farc.jpg El trastoque del mundo pasa por el mal uso de las palabras. A los mercenarios les dicen «rebeldes» y a los guerrilleros –verdaderos rebeldes- les dicen «terroristas».  

Pero ni uno ni otro cambian su naturaleza porque los llamen de una u otra manera.

En Libia hay un bombardeo indiscriminado de la OTAN y Estados Unidos y meten 5.000 mercenarios –soldados que pelean por la paga-para hacer crecer una insignificante «oposición» que nunca pudo ganarse el corazón y las mentes de los libios. 

La OTAN bombardeó una gran franja de Trípoli –sin importar si mataba niños, ancianos, mujeres, hombres, inocentes- para que los mercenarios entraran a la capital.

Ahora lo que viene es la fase de«consolidación» de los mercenarios, que por arte de magia los llaman y se llaman a sí mismos «rebeldes». 

Resulta que uno de esos rebeldes sale en la TV mundial hablando y dice que«él es un civil», pero porta un AK-47.

La guerra mediática no ha dejado de martillar en la mente de los ciudadanos del mundo sobre el «dictador» libio,un dictador que tenía viviendo a su pueblo con el nivel de los pueblos europeos. 

Ahora llegan la OTAN y los gringos a llevarles «democracia» al pueblo libio, la cual significará baja en su estándar de vida y carencias de todo tipo.

Amén de crisis económicas que es lo que mueve a estos paladines de la libertad.

Los «mercenarios-rebeldes» les va a tocar «bailar con la más fea». 

Tendrán que «consolidar» en tierra lo que hizo la OTAN en el aire. 

Y ahí si el chicharrón es mayúsculo. 

Algunos analistas dan su pronóstico reservado sobre quién al fin se impondrá en Libia. Incluso ya están tratando de adivinar quiénes son los «rebeldes-mercenarios».

Ojalá la cosa no les resulte como con los Talibanes.

En Colombia hay unas guerrillas que luchan desde 1964 por un cambio de estructuras y de régimen en ese país.

Los calificativos usados por la oligarquía nativa –arrodillada al imperio estadounidense- han pasado de «bandidos», «comunistas come niños», a «narcotraficantes» y últimamente a «terroristas». 

Así las cosas, vemos a JM Santos hablar en el sur de América del Sur de los «terroristas» de las FARC y el ELN, pero ha olvidado las veces que se ha sentado a manteles con esos «terroristas».

Y quizá lo más importante,cuántas veces más tendrá que hacerlo si tiene «realismo político» como dicen sus propagandistas que tiene, ya lo que se ve es que a las guerrillas no han podido acabarlas. 

Y eso que gastaron más de 15 mil millones de dólares en la guerra y en los diez años del Plan Colombia las FARC solitas les ha producido alrededor de 50 mil bajas en combate (un promedio de 5.000 anual multiplicado por 10 años). 

Tal número de bajas no se han producido ni en Irak y al constatarlas se entiende por qué los analistas y otras voces autorizadas hablan del fracaso del Plan Colombia.

En ambos casos, luchamos porque la Paz se imponga por encima delos intereses mezquinos de los imperialistas y que los dos pueblos logren su ansiada liberación. 

Mientras, como la naturaleza de los «rebeldes» ni de los«terroristas» cambia por la forma en que los llamen, tendremos que acomodarnos a ese lenguaje mundial impuesto por el imperialismo y entenderemos que un «terrorista» es un luchador popular que lucha por su vida y por la liberación de su pueblo, y que el «mercenario-rebelde» es un soldado que se alquila para pelear por otros y lo importante es el sueldo que le paguen.

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