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Fukushima, en «máxima alerta» por los niveles de las fugas radiactivas. El gobierno tilda de impredicibles las consecuencias del desastre


Continúa el caso en la central nuclear de Fukushima. El gobierno habla de "máxima alerta" y dice que las consecuencias son "impredecibles". 
El agua del mar de Fukushima registra un nivel de yodo 3.000 veces superior al permitido.

Kaos. Internacional
Japón vive en «el día de la marmota», esa película de culto en la que Bill Murray se despierta cada mañana en un sitio que detesta, con los mismos problemas que parecía haber resuelto el día anterior y desesperado por pasar página.

En el filme se repite inexorablemente la misma jornada, idéntica un día tras otro.

En Japón lo que no cambian son los detalles de una inquietante crisis nuclear que resulta demasiado grave como para aburrirse de ella. 

Los japoneses han entrado en la fase de aceptación y se van acostumbrando, poco a poco, a convivir con la «máxima alerta», como calificó ayer la situación el primer ministro, Naoto Kan.  

Con pequeñas novedades, como la aparición el lunes de minúsculas cantidades de plutonio esparcidas entre los escombros de la central, las condiciones no han cambiado demasiado desde hace dos semanas. Los reactores dos y tres siguen siendo los que más preocupan, ya que se teme que se pueda haber producido una fusión parcial de sus núcleos.

La electricidad llega ya a toda la planta, pero la mayoría de los controles automáticos de los tres primeros reactores están dañados. Mientras tanto, las fugas radiactivas no sólo no han disminuido, sino que cada vez se registran niveles más altos y letales. 

En grupos de 50, los famosos «héroes de Fukushima» son mandados de vuelta a los reactores casi cada día. 

Y, aunque todo el país les agradece los servicios prestados, han empezado a revelarse detalles que contradicen los retratos poéticos aparecidos en la Prensa internacional, como aquel rumor que aseguraba que eran en su mayoría abnegados jubilados que cobran menos de 50 euros por jornada de trabajo y que están dispuestos a dejarse la vida por su patria. 

En realidad, los «héroes de Fukushima» van rotando cada semana, muchos de ellos no tienen ninguna formación especial y, según el diario «Tokio Shimbun», están cobrando 400.000 yenes al día (unos 3.500 euros), una cifra que ha ido aumentando, ya que a TEPCO le resulta cada vez más difícil encontrar gente dispuesta a meterse ahí dentro. 

También las reacciones oficiales se han instalado en el eterno retorno de lo mismo. 

El portavoz del Gobierno, el ya ojeroso y visiblemente agotado Yukio Edano, sigue dando la cara al menos dos veces al día,  mientras el primer ministro, Naoto Kan, se reserva para las valoraciones subjetivas

. Después de haber empleado las expresiones «enorme  gravedad» y «desenlace imprevisible», ayer habló de «máxima alerta» para referirse al hecho de que Fukushima sigue sin ver la luz al final del túnel, pero que su país «aprenderá de la lección».


Japón, en alerta máxima tras el vertido de plutonio

El primer ministro japonés, Naoto Kan, ha avisado ante el Parlamento de la necesidad de mantener la "alerta máxima" después de que ayer se detectara plutonio radiactivo en el suelo en cinco lugares de la central nuclear de Fukushima I, cuyo sistema de refrigeración  quedó muy dañado tras el seísmo y el tsunami del 11 de marzo. 

Horas después de la rueda de prensa del primer ministro, otro terremoto, de 6,4 grados de magnitud en la escala de Richter, ha sacudido de nuevo el noreste del país y se ha sentido en Tokio, con epicentro en la costa de la provincia de Fukushima, donde se encuentra la inestable planta nuclear.

La compañía que opera la central, Tokio Electric Power (Tepco), dijo ayer que las cantidades de plutonio 238, 239 y 240 encontradas no suponen un riesgo para la salud, pero el descubrimiento añade otro motivo de preocupación a una crisis que comenzó hace más de dos semanas y no tiene perspectivas de estabilizarse. El Gobierno está considerando nacionalizar la compañia que opera la planta.

El nivel de radiactividad detectado en las inmediaciones de la planta es similar al de una lluvia radiactiva en la atmósfera tras una prueba nuclear, pero no es dañina para la salud, según informa la agencia Reuters. Kan ha subrayado que la situación "requiere vigilancia" y que es impredecible, por lo que el Gobierno va a luchar por intentar controlar el riesgo del plutonio, que es grave. 

Además, ha advertido de que es necesario controlar el rociado de agua sobre los reactores afectados, ya que el agua acumulada podría derramarse y llegar al mar, según ha indicado esta madrugada (hora española) en una rueda de prensa.

Ayer, el portavoz del Gobierno japonés, Yukio Edano, afirmó que es necesario vigilar la salida de plutonio al exterior de los reactores, aunque añadió que la cantidad hallada hasta ahora es baja. Según Edano, el plutonio detectado proviene de las barras de combustibles, debido a la composición de los elementos encontrados, aunque las cantidades encontradas son bajas.

Expertos en retirar material radiactivo

A petición del Gobierno japonés, la compañía nuclear francesa Areva, que fabrica el combustible nuclear MOX que usa el reactor 3, ha anunciado que enviará a dos expertos en retirar material radiactivo del agua a Fukushima para atajar el vertido, según ha anunciado el ministro de Energía e Industria francés, Eric Besson, en un comunicado recogido por la agencia Kyodo. 

El Gobierno ha pedido, asimismo, que se analicen también los alrededores de la central para determinar si el terreno contiene plutonio.

El reactor número 3 es  el único de los seis que tiene la central que utiliza plutonio como combustible  . Se trata de un combustible procedente de Francia llamado MOX, que suele tener un 5% de uranio y un 5% de plutonio, mucho más radiactivo. Los otros cinco reactores usan solo uranio.

La aparición del plutonio fuera del reactor solo puede tener dos explicaciones: o procede del núcleo del reactor 3 o se han fundido las vainas que protegen al combustible gastado en las piscinas (aunque en este caso solo saldrían cantidades ínfimas de plutonio). 

En cualquier caso, es una muestra más del deterioro de Fukushima y un escalón más en la crisis. Hasta ahora, la emisión conocida era de cesio-137 (se desintegra a la mitad en 30 años) y el yodo-131 (a los ocho días decae el 50%). Para el plutonio el plazo es de 24.000 años.

Sakae Muto, vicepresidente de Tepco, afirmó que los niveles de plutonio eran similares a los encontrados en otras partes de Japón debido a las partículas transportadas después de ensayos atómicos en el extranjero. Anteriormente, Tepco había afirmado que gran cantidad de agua con un alto nivel de radiación había escapado del edificio de la turbina del reactor número 2 y se había acumulado en un túnel subterráneo, donde hay riesgo de que penetre en el suelo y llegue al mar. 

Se cree que el agua procede de la vasija que contiene las barras de combustible o del sistema de conducciones.

Alerta de Greenpeace
La organización ecologista Greenpeace  aseguró que ha identificado cifras de radiación a 40 kilómetros de la central, por lo que pide ampliar la zona de exclusión decretada por el Gobierno, que llega a 30 kilómetros. Mediciones oficiales también han hallado contaminación fuera de la zona de exclusión. 

Según el Ministerio de Ciencia de Japón, a 40 kilómetros al noroeste, en Iitate, se ha medido contaminación por cesio-137 de 163.000 bequerelios por kilo (543 veces más del límite fijado por la UE para el suelo).

Los continuos reveses han llevado a Tepco a solicitar ayuda a las compañías francesas Areva y Électricité de France para resolver la crisis. El gigante nuclear Areva fabrica el combustible MOX que usa el reactor 3.

En paralelo, el presidente de la  Comisión Reguladora Nuclear de Estados Unidos, Gregory Jaczko, ha visitado el país para afirmar que la situación en el noreste continúa siendo "grave". "Estamos dispuestos a ofrecer cualquier ayuda que podamos [al Gobierno de Japón] en los próximos días", ha añadido, citado por  la agencia nipona Jiji  .

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, también viajará el próximo viernes en calidad de jefe de turno del G-20 y aprovechando su desplazamiento a China, donde participará el jueves en un seminario sobre desórdenes monetarios.

Alerta y rectificación

El domingo pasado, Tepco ya aseguró que había encontrado agua cerca del reactor número 2 con una radiactividad de 1.000 milisievert por hora, 10 millones de veces superior a la normal, lo que obligó a desalojar de la instalación a los trabajadores del equipo de emergencia que lucha para estabilizar la planta.

El anuncio volvió a desatar la alarma, por la sospecha de que la contaminación salía por una brecha en el reactor y que el núcleo de este podía haberse fundido. Entrada la noche del domingo, la compañía rectificó y emitió un escueto comunicado en el que se disculpó y aseguró que había cometido un error de medición. En realidad, se trataba de un nivel 100.000 veces superior al normal.

El error ha provocado la ira del Gobierno, que calificó ayer lo ocurrido de "totalmente imperdonable". "Por un lado, creo que los trabajadores en el terreno están bastante cansados.

Pero estas medidas de radiactividad son utilizadas para tomar decisiones sobre seguridad y por consiguiente estos errores son absolutamente imperdonables", dijo Yukio Edano, portavoz del Gobierno. Edano admitió que los elevados niveles de radiación -1.000 milisievert por hora- se debían a una fusión parcial de las barras de combustible dentro de la vasija del reactor.

Críticas del Gobierno a Tepco

El rapapolvo en público a Tepco se produjo después de que el jueves pasado tres empleados de una filial de Tepco resultaran heridos al entrar en contacto con agua radiactiva en la unidad del reactor 3, debido a la falta de protección adecuada.

La escasa información inicial dada por el Gobierno y los problemas de interpretación de los datos han sembrado la inquietud entre muchos ciudadanos de Tokio, que se esfuerzan por regresar a una vida normal en medio de los avances y retrocesos en la resolución de una crisis, que puede durar semanas o meses. "No sé si el Gobierno ha ocultado datos (como sospecha alguna gente), pero lo que está claro es que no ha informado de forma adecuada. 

Pero el Gobierno tiene una relación muy próxima con la industria nuclear y existe una connivencia con Tepco", afirma James B. Cole, físico en la Universidad Tsukuba.


Japón tilda de impredecibles las secuelas de Fukushima

El primer ministro japonés, Naoto Kan, calificó este martes de “imprevisible” la situación de la planta nuclear de Fukushima Daiichi (noreste de Japón), que obliga a “no bajar la atención”, informó Efe.  

El hallazgo de plutonio en el suelo de la central nuclear de Fukushima, unido a la alta radiación en el agua, muestra que la situación es “muy seria” y sigue sin ser controlada, admitió el Gobierno japonés. 

Trazas de plutonio fueron detectadas el lunes en dos muestras del terreno de la planta nuclear y, aunque no suponen un riesgo para la salud por constituir cantidades muy pequeñas, parecen demostrar que hubo filtraciones de un reactor. 

MALAS NUEVAS. En Fukushima, los trabajadores de TEPCO, la empresa operadora, intentan desde el terremoto del 11 de marzo refrigerar sus seis reactores, pero cada día se enfrentan a una nueva dificultad. 

El tsunami destruyó el sistema eléctrico de la central que es necesario para enfriar sus reactores, que albergan peligrosas barras de combustible nuclear. 

Los esfuerzos ayer se centraron en tratar de drenar el agua radiactiva que inunda la zona de turbinas cerca de los reactores 1, 2 y 3, el último de los cuales preocupa mucho por contener un combustible que mezcla uranio y plutonio, altamente tóxico. 

El agua del mar de Fukushima registra un nivel de yodo 3.000 veces superior al permitido
El nivel de yodo radiactivo  registrado en las aguas cercanas a Fukushima  supera en 3.355 veces los límites permitidos  por las autoridades japonesas.

Es lo que ha dicho este miércoles la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón, que –en medio del miedo y la  desinformación  que hay estos días, y no solo en Japón– ha aclarado que, de momento,  no existe peligro para las personas.

Y no lo hay, explica la agencia, porque el yodo 131, el que se ha encontrado en el agua,se degrada a la mitad en tan solo 8 días. El peligro de que afecte a la vida marina es más probable, dicen los expertos, a pesar de que no está permitido pescar en las aguas cercanas a la central.

La pescadilla que se muerde la cola
Al parecer, la situación actual en la central nuclear es como la pescadilla que se muerde la cola: hay que enfriar los reactores como sea, pero,  cuanto más agua se utiliza, más aumenta la radiactividad.

Círculo vicioso que, obviamente, lleva de cabeza a los  trabajadores de la planta nuclear, que están estudiando el modo de evitar que isótopos más longevos del yodo o incluso el plutonio –una de las sustancias más peligrosas del planeta– se filtre al mar.

Pero si el trabajo, así las cosas, ya es difícil para los técnicos de Tokyo Electric Power (TEPCO), ahora se les ha sumado otro inconveniente, que es  la alta radiación del agua que inunda varias zonas de Fukushima. Retirarla de allí no es sencillo, así que, para realizar esa tarea, llegarán tres expertos nucleares de la compañía francesa Areva, uno de los mayores grupos de energía atómica del mundo.

Según TEPCO, el agua hallada cerca del reactor 1 pudo haber llegado allí debido al tsunami. Si los análisis muestran que el nivel de radiactividad es seguro,  se estudia verterla directamente al mar.

Es precisamente la alta radiactividad del agua, sumada al  plutonio encontrado, lo que lleva a la compañía a pensar que puede haber filtraciones en un reactor. Y esa posibilidad es la que ha llevado al  Gobierno japonés a reconocer que la situación es "muy seria".

Además,  el Gobierno ha explicado que contempla "todas las alternativas" para estabilizar la central  y se plantea  desplegar una tela especial  para evitar la emisión de partículas radiactivas a la atmósfera. También piensa en  almacenar el agua contaminada en un buque  de manera temporal.

Japón pudo minimizar los riesgos que había en Fukushima
Por otra parte,  ha ordenado un control urgente de todos los reactores nucleares del país  para asegurarse de que no tienen averías similares a las encontradas en Fukushima.

Según la agencia Reuters, esta decisión urgente del Ejecutivo japonés se debe a que este miércoles se ha enterado de que  tanto las autoridades japonesas como TEPCO han minimizado últimamente los riesgos de las plantas nucleares. La agencia dice haber realizado un estudio que concluye que había un 10% de posibilidades de que un tsunami superase las  defensas de la central de Fukushima.

Este jueves, el presidente francés,  Nicolas Sarkozy, hará una breve visita a Tokiopara reunirse con el primer ministro japonés, Naoto Kan. Se prevé que Sarkozy –con unos índices de popularidad bajos en su país– aproveche ese encuentro para anunciar más ayuda a Japón.

El presidente de TEPCO, hospitalizado
El presidente de la empresa que opera la planta nuclear de Fukushima  ha ingresado en un hospital de Tokio  a causa de una elevada presión arterial, según informan este miércoles los medios japoneses. Masataka Shimizu, de 66 años, apenas había aparecido públicamente desde que se desató la crisis nuclear.

TEPCO había informado estos últimos días de que no se encontraba bien desde el día 16, aunque seguía al minuto la crisis y dirigía las tareas que se están llevando a cabo en la central.

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