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“Dejad que los niños vengan a mí”


Mientras Michelle Obama compartía el lunes 21 en un museo infantil con los niños pobres del barrio La Granja de Santiago y su marido proclamaba en el Palacio de La Moneda el amor de Estados Unidos por los derechos humanos y la democracia, la revista alemana Der Spiegel publicaba imágenes de soldados 

estadounidenses que supuestamente luchan por esos valores en Afganistán: mataron a un niño campesino, se tomaron fotos para el recuerdo y le sacaron dientes y otros “trofeos”.

Las imágenes ilustran la perversión del lavado de cerebro que Obama, el Pentágono y el complejo militar industrial-mediático le hacen a los soldados de Estados Unidos.


De los niños de La Granja no hay fotos porque no dejaron entrar cámaras “por razones de seguridad”, pero los encuentros de la primera dama del país del norte con escolares pequeños a menudo aparecen reproducidos burlonamente en la serie Los Simpson. 
 
El mediocre discurso del anfitrión Sebastián Piñera alabó a Estados Unidos como “nación amante de la paz”. Ningún medio chileno se tomó la molestia de dar a conocer estas fotos de Spiegel:

Foto: Afganistán, Estados Unidos, Ocupación - Esta foto muestra el cadáver del hijo de campesino Gul Mudin, muerto el 15 de enero de 2010. 
 
El militar que levanta la cabeza desde los cabellos puede ser Jeremy Morlock o Andrew Holmes, del llamado “Equipo de la Muerte” de Afganistán, un grupo de 12 militares estadounidenses que será enjuiciado este miércoles 23, en Seattle, por el asesinato de civiles en Afganistán.

Foto: Afganistán, Estados Unidos, Ocupación -
 
Esta foto es de la cámara de otro soldado. No sabemos todavía si el muerto de la risa es Morlock o Holmes. El pequeño se llamaba Gul Mudin.
 

El niño Gul Mudin era hijo de un granjero de los alrededores de Kandahar. Los soldados que lo asesinaron dijeron que los amenazó con una granada. 
 
El diario británico The Guardian dijo el martes que los militares mutilaban los dedos de sus víctimas y les extraían sus dientes como trofeo. 
 
Morlock negoció declarar contra sus compañeros e inculpar a su superior, el sargento Calvin Gibbs, como responsable de las matanzas, para obtener una pena reducida, quizás a 24 años de prisión.

Como los gobernantes y los militares estadounidenses son bondadosos por naturaleza, y sólo quieren que los nativos de Afganistán, Iraq o Libia –y de todo el mundo- respeten los derechos humanos, la voluntad del pueblo y la democracia, naturalmente pidieron disculpas.

El diario El Mundo de España dijo que después de hacerse la fotografía, los soldados detonaron una granada sobre el cuerpo y acribillaron los restos. 
 
Un ritual perverso del “Equipo de la Muerte”. Las fotos de Spiegel traen a la memoria las imágenes de la cárcel de Abu Ghraib, Iraq, que entre 2003 y 2006 mostraron cómo los militares de Estados Unidos, mercenarios contratados por Blackwater y elementos CIA torturaban y humillaban a los prisioneros, disfrutaban de su sadismo y tomaban instantáneas.

Ahora Estados Unidos investiga cómo Der Spiegel consiguió las fotos. La revista dijo que publicó solamente tres de unas 4.000 imágenes y vídeos que obtuvo en una investigación de cuatro meses. 
 
 
La OTAN, que se apresta a intervenir en Libia, teme que estas tres fotos puedan enfurecer a la gente de Afganistán, incluido el gobierno de Hamid Karzai, a quien están ayudando –se supone- a imponer el respeto a los DDHH y la democracia. 
 
Estados Unidos ve en peligro sus pretensiones de dejar bases militares permanentes en ese país. Y así, la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, telefoneó a su par de Afganistán para suavizar la bronca.

Ernesto Carmona, periodista y escritor chileno.

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