Ángel Guerra Cabrera (especial para ARGENPRESS.info)
Desde las agresiones de los dos Bush contra Irak (1991 y 2003) Estados Unidos no realizaba un despliegue militar en la zona del Golfo Pérsico como el que está en marcha ahora contra Irán. Pese a que los grandes medios apenas hablan o no les dan mayor destaque a los aprestos bélicos estadounidense-israelíes contra el país persa, cada día se encuentran más evidencias e indicios de ellos, sobre todo en fuentes especializadas, y el tema es crecientemente tratado por conocidos analistas de disímiles posturas ideológicas.
Shamus Cooke en una nota publicada en Rebelión cataloga las sanciones promulgadas por Obama el 1 de julio contra Irán como un inconfundible acto de guerra. “Al cortar el suministro de petróleo refinado Estados Unidos causará un daño masivo, irreparable, a la economía iraní, lo que equivale a un acto de guerra”… “la estrategia en este caso es atacar económicamente a Irán hasta que reaccione con medios militares, permitiendo a Estados Unidos una postura de falsa estatura moral, argumentando que se ‘defiende’ ya que fue la otra parte la que lo atacó primero”.
Resaltan por su profusa información (y desinformación) sobre el tema los sitios web israelíes. Es el caso de Debka, portal que los expertos asocian a la agencia israelí de espionaje Mossad, pues tan temprano como el 20 de mayo predijo un aumento considerable de la presencia militar yanqui “frente a las costas de Irán”, de entre cuatro y cinco portaviones con sus potentes flotillas –ya han arribado tres-, a completarse entre fines de julio y principios de agosto. Con un mes de antelación Debka anunciaba la llegada a esas aguas del portaviones Harry S. Truman y su grupo de ataque acompañado de la fragata alemana Hessen “operando bajo comando estadounidense”, justo el mismo día que aquel partía de su base en Norfolk, Estados Unidos, pero se guardaba la presencia entre esas naves de un buque israelí, sí reportado a posteriori por diversas fuentes occidentales y árabes.
Noam Chomsky señala en un reciente artículo en su columna sindicada, citando fuentes árabes, que el objetivo de la flota desplazada por Estados Unidos al Pérsico es “aplicar las sanciones contra Irán y supervisar los barcos que entran y salen de ese país”. El lingüista menciona este enunciado, que pone los pelos de punta, de Dan Plesh, director del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad de Londres: Los bombarderos y misiles de largo alcance de Estados Unidos están preparados para destruir 10 000 0bjetivos en Irán en pocas horas. En febrero de este año Washington anunció la modernización de numerosas rampas de misiles Patriot emplazadas en cuatro estados árabes del Golfo Pérsico y el envío de varias embarcaciones lanzamisiles para “proteger” sus buques y aeronaves de eventuales ataques aéreos o coheteriles de Irán.
David Moon, en Asia Times, hace un detallado examen del probable ataque aéreo de Israel, por su cuenta, a las instalaciones nucleares de Irán pero en el mismo medio Victor Kotsev minimiza esa posibilidad y afirma que en este momento “parece muy probable que si ocurre un ataque, este será conjuntamente de Estados Unidos e Israel”. Añade que Washington parece haberse enfrascado en operaciones especiales y preparativos para la “acción” en Irán. “Persistentes informes revelan que las fuerzas estadounidenses se están concentrando alrededor del Golfo Pérsico y el Cáucaso, lo más notable, en Yemen y Azerbaiyán, y que su fuerza aérea y la de Israel han estado realizando prácticas conjuntas de bombardeo… Puede ser… que Estados Unidos está en un curso de colisión geoestratégica con Irán y no se siente seguro de que Israel pueda hacer el trabajo”. Kotsev recuerda que Rusia ha reiterado que no permitirá una guerra de envergadura cerca de sus fronteras…
Todo esto anuncia un panorama apocalíptico, sin precedente en la historia de las guerras por el poderío de las armas del agresor y la previsible respuesta de Irán, que se ha venido preparando para una resistencia tenaz por todos los medios a su alcance.
Irán es el país más inspeccionado por la Agencia Internacional de Energía Atómica y no existe prueba de componente militar en su programa nuclear. Israel, en cambio, posee cientos de armas nucleares, se niega a suscribir el Tratado de No Proliferación Nuclear y a ser inspeccionado. Obama, en medio de otras zalamerías hacia su huésped Netanyahu acaba de afirmar que “no le pediremos a Israel que dé pasos que pongan en peligro su seguridad”...