Hernán Cortés y otros hechos desconocidos sobre el canal de Panamá

Hernán Cortés y otros hechos desconocidos sobre el canal de Panamá

“Nuestro presidente engaña al público de EE.UU.”

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Lecciones de Vietnam para las guerras en Afganistán e Iraq


Democracy Now/Znet

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens


TRANSCRIPCIÓN NO EDITADA
ANJALI KAMAT: Barack Obama volvió a EE.UU. el lunes después de hacer su primer viaje a Afganistán como presidente. En una visita de sólo seis horas, Obama encontró al presidente Hamid Karzai y a otros altos responsables afganos antes de dirigirse a un grupo de soldados estadounidenses en la Base Aérea Bagram. Haciéndose eco de un tema frecuentemente expresado por el ex presidente George W. Bush, Obama dijo que la invasión de Afganistán no fue realizada por decisión propia. 

PRESIDENTE BARACK OBAMA: No podemos olvidar el motivo por el cual estamos aquí. No elegimos esta guerra. No fue un acto por el cual EE.UU. quería expandir su influencia, que quisiéramos entrometernos en los asuntos de algún otro. Fuimos atacados brutalmente el 11-S. Miles de nuestros compatriotas fueron asesinados. Y ésta es una región en la cual los perpetradores de ese crimen, al-Qaida, todavía tienen la base de su dirigencia. Mientras hablamos en este lugar tienen lugar conspiraciones contra nuestra patria, conspiraciones contra nuestros aliados, conspiraciones contra el pueblo afgano y paquistaní. 

Y si esta región da un paso atrás, si los talibanes recuperan este país y al-Qaida puede operar impunemente, más vidas estadounidenses estarán en juego, el pueblo afgano perderá su posibilidad de progreso y prosperidad, y el mundo será significativamente menos seguro. Y mientras yo sea vuestro comandante en jefe, no permitiré que eso suceda. 

Por eso estáis aquí. He hecho una promesa a todos vosotros en servicio: Nunca os pondré en peligro a menos que sea absolutamente necesario. Me angustia pensar en los sacrificios que hacéis tantos de vosotros. Por eso os prometo que nunca os arriesgaré a menos que sea necesario. 

ANJALI KAMAT: La visita del presidente Obama tiene lugar cuatro meses después que ordenó el envío de 30.000 soldados más a Afganistán, aumentando el total a 50.000 desde que asumió el poder. Es una de varias decisiones que han llevado a los críticos opuestos a la guerra a acusar a Obama de adoptar una política extranjera muy similar a la del segundo período del presidente Bush. 

AMY GOODMAN: Bueno, ahora se nos une un hombre que tuvo un papel importante en los esfuerzos por terminar la Guerra de Vietnam en los años setenta. En 1971, el entonces analista de RAND Corporation Daniel Ellsberg filtró a los medios lo que llegó a ser conocido como Papeles del Pentágono, una historia confidencial de 7.000 páginas que describía la verdadera dimensión de la intervención de EE.UU. en Vietnam. Después de evitar una sentencia a cadena perpetua por acusaciones de espionaje, Daniel Ellsberg se ha seguido pronunciando contra el militarismo de EE.UU. Ahora nos habla desde la Universidad de California en Berkeley. 

Bienvenido a Democracy Now!, Dan Ellsberg. Después de la visita sorpresa del presidente Obama a Afganistán, ¿qué piensa? 

DANIEL ELLSBERG: El presidente Obama está dando todos los pasos simbólicos que puede para que esto sea calificado de la guerra de Obama, tal como la Guerra de Vietnam se convirtió en la guerra de Nixon en noviembre de 1969, cuando yo me puse a copiar los Papeles del Pentágono en la esperanza de impedirlo, y Johnson convirtió a Vietnam en su guerra, la guerra de Johnson, y la guerra de McNamara en junio de 1965, cuando yo trabajaba para él, cuando decidió escalar, una escalada sin fin, después del compromiso previo de Eisenhower y de Kennedy que la convirtió en una guerra sin fin, tal como Obama lo está haciendo ahora y, yo pienso, con resultados finales muy parecidos, resultados trágicos, especialmente para el país involucrado y para los estadounidenses, y probablemente con el mismo tipo de presiones sobre su persona, realmente, como las que enfrentó Johnson. 

AMY GOODMAN: Lo vi hablar, Dan Ellsberg, aquí en Nueva York después de una producción de Top Secret, un drama muy interesante no sobre el New York Times y los Papeles del Pentágono – fueron los primeros que comenzaron a imprimirlos pero luego se lo prohibió el gobierno de Nixon, y entonces el Washington Post comenzó a imprimir los Papeles del Pentágono, y de eso se trataba. Pero después, usted habló del embajador de EE.UU. en Afganistán y de lo importante que era lo que decía el embajador Eikenberry en esos memorandos y cables que fueron publicados. ¿Puede hablarnos de eso? 

DANIEL ELLSBERG: Sí. Bueno, durante años, realmente desde que nos dispusimos a ir a Iraq sobre la base del mismo tipo de mentiras en 2002 que las que nos enviaron a Vietnam cuando yo estaba en el Pentágono, desde entonces, he estado diciendo a los funcionarios del gobierno: “No hagáis lo que yo hice. Haced lo que yo quisiera haber hecho en 1963 o 1964, antes de que entráramos a la guerra, antes de que cayeran las bombas. No esperéis, como yo lo hice, hasta que estuvimos en la guerra y la guerra era esencialmente incontenible, antes de decir la verdad sobre la desesperanza, entendida dentro del gobierno, y la imposibilidad – la inverosimilitud de algún tipo de victoria. Hacedlo ahora mismo.” 

En realidad, han respondido a ese llamado recientemente. No sé si fue directo o no, pero algún funcionario gubernamental, quien es ahora el hombre más peligroso en EE.UU. desde el punto de vista del presidente Obama, – estoy seguro de que ahora mismo existe una operación secreta de “plomeros” para descubrir quién filtró los cables, los cables secretos, de nuestro embajador en Kabul, teniente general en retiro Karl Eikenberry, quien había estado a cargo en Afganistán, primero a cargo del entrenamiento de tropas afganas y luego a cargo de todas nuestras operaciones en Afganistán, antes de McChrystal, y quien es ahora nuestro embajador acreditado ante Karzai, el jefe del así llamado gobierno que apoyamos ahora. 

Y en esos cables, cables secretos, que alguien filtró en enero, después que el presidente había anunciado su decisión, lamentablemente – quisiera que hubiera hecho lo que yo más pedía, es decir, enviar los cables, la verdad que estaba difundiendo, antes de que se anunciara esa decisión. A pesar de todo, la decisión no ha sido totalmente implementada, sobre todo por el Congreso, en términos de gastos. Y harían bien en leer en qué están gastando dinero. 

Los cables de Eikenberry ahora, en esta etapa, se leen como un resumen de los Papeles del Pentágono de Afganistán. Y es la primera entrega de papeles que necesitamos ahora. Basta con cambiar los nombres de los lugares de “Saigón” a “Kabul” y las fuerzas nacionales afganas que sirven como sustituto de nuestros mercenarios por la ARVN de Vietnam, y se leen exactamente igual. Describe al presidente, Karzai, ante quien está acreditado y quien acaba de visitar con el presidente Obama. Y Karzai presumiblemente ha leído la evaluación que Eikenberry hace de su persona – que no es un socio estratégico adecuado para EE.UU., y por motivos de corrupción e ineficiencia. 

Supuestamente, se nos dice que la razón de Obama para su viaje de diecisiete horas a Afganistán fue para transmitir personalmente nuestro deseo de que limpie su gobierno. Realmente me recuerda cuando Kennedy y Johnson decidieron reclutar a nuestra Mafia en un esfuerzo por asesinar a Castro. No creo que hayan gastado su tiempo en decir a la Mafia: “A propósito, nos ayudaría, si vais a ser nuestros socios, que os comportéis mejor, que abandonéis el narcotráfico.” 

En el gobierno de Karzai, como en la Mafia, la corrupción somos nosotros, las drogas somos nosotros. La corrupción es su gobierno. Es su electorado, su fuente de ingresos. No existe la menor posibilidad de que, por ejemplo, se libre de su hermano, Ahmed Wali Karzai, de Kandahar, que es nuestra próxima base de operaciones, a pesar de que nuestro jefe del Estado Mayor Conjunto dice que ningún éxito es posible en Kandahar mientras la corrupción siga siendo lo esencial, mientras el narcotráfico sea lo esencial, mientras Wali, el hermano del presidente, siga estando a cargo. 

Obviamente, no se trata de simbolismo. Es la realidad de que tenemos un gobierno en ese país que no tiene perspectiva alguna de lograr legitimidad a los ojos del pueblo al que supuestamente estamos apelando en Afganistán. Y eso es simbólico de todo el esfuerzo. No existe perspectiva alguna de algún tipo de éxito en Afganistán, no más del que lograron los soviéticos en sus diez años en el país, tal como en Vietnam realmente no tuvimos una perspectiva realista de más éxito que los franceses. Pero a los países les cuesta mucho aprender de los fracasos de otros países. 

ANJALI KAMAT: Y Dan Ellsberg, ¿cómo evalúa la estrategia de contrainsurgencia que el gobierno de Obama está impulsando, que el general Petraeus y Stanley McChrystal están impulsando? 

DANIEL ELLSBERG: Estoy muy familiarizado con esa teoría, porque trabajé en eso en Vietnam durante tantos años, la teoría de la contrainsurgencia, la teoría de la estrategia. Mi tarea era evaluar su, cito, “progreso”, lo que significaba falta de progreso, paralización total, falta total de progreso en Vietnam. Y con ese fin, visité treinta y ocho de las cuarenta y tres provincias de Vietnam e informé de paralización, lo que McNamara escuchó y comprendió, a pesar de que la palabra “progreso” es la que debía ser utilizada, tal como Obama hablaba de progreso. 

Lo que se ignora es que el útil de reclutamiento de nuestros adversarios es predominantemente la presencia de tropas extranjeras. Y cuando agregamos más tropas extranjeras, estamos sustentando ese útil de reclutamiento. Y por cada enemigo que matamos que trata de expulsar extranjeros de su país, y especialmente sus familias, las fiestas de matrimonio, y los funerales después que hemos atacado las fiestas matrimoniales, todos ellos reclutan más gente que garantizará que, contrariamente a lo que dice el presidente Obama, no venceremos. Cuando dice que no nos iremos, por lo menos a corto plazo, tiene razón, por desgracia. Tenemos muchos años por delante. 

Creo, a propósito, que eso también vale para Iraq, que creo que nuestro presidente está engañando al público estadounidense –no lo digo a la ligera– de la misma manera como todos sus predecesores nos engañaron en cuanto a Vietnam, incluidos los que serví, o sea
Kennedy, Johnson y Nixon. Específicamente, cuando dice en su mensaje del Estado de la Unión que sacaremos de Iraq a todos los soldados, no sólo las tropas de combate, sino a todos los soldados antes de fines de 2011, creo que es falso y que él sabe que es falso, que no tiene un verdadero plan o intención de sacar jamás las bases estadounidenses operadas por personal militar estadounidense, no sólo mercenarios. Al llegar su segundo período, o el segundo período de su sucesor, quienquiera sea, pienso que tenemos un futuro de 30.000 a 50.000 estadounidenses que estarán indefinidamente en Iraq. Y hablo de las vidas de nuestros hijos, en términos de planificación real. 

Y en Afganistán, en el mismo discurso sobre el Estado de la Unión, cuando implica que ese primer envío de tropas adicionales a Afganistán, a lo que se opuso específicamente el embajador [Karl] Eikenberry en su recomendación al presidente, en la que dice que empeoraría, no mejoraría, la situación; que aumentaría la dependencia de nosotros del gobierno de Karzai y que postergaría cualquiera fecha posible de nuestra retirada, en lugar de acercarla – y se trata sólo del primer envío. Implica que para fines del próximo año – o más bien de este año, cuando tengamos allá esos 30.000 o 40.000 soldados adicionales, y hasta llegar a 100.000, que, junto con las tropas de la OTAN, nos llevará al nivel de los soviéticos cuando ocuparon Afganistán y fracasaron después de 10 años; la idea de que representa el último pedido de McChrystal es simplemente absurda. El propio McChrystal estaba solicitando 80.000 soldados en esta ocasión, y eso, también, era sólo un primer envío. 

Mi conocimiento de la doctrina de la contrainsurgencia que, por lo que he leído de las declaraciones de doctrina de McChrystal y Petraeus, es tan bueno como el suyo, o tan malo como el suyo, dice que en un país de ese tamaño, se necesitan cientos de miles de soldados. No serán los soldados afganos, que desertan casi al mismo ritmo que los reclutamos y que no están demasiado motivados en su trabajo para extranjeros, como los soldados del gobierno de Vietnam con los que trabajamos. 

No van a llenar esa brecha. A medida que las tropas salgan de Iraq, reduciendo de 130.000, o tal vez 90.000 ahora, a entre 30.000 y 50.000, esos 100.000 soldados pasarán poco tiempo con sus padres y sus esposas y sus hijos y luego serán enviados a Afganistán. Creo que dentro de cuatro años tendremos más soldados en Afganistán que los que tendremos dentro de dos años. Parece que el público no comprende eso, y cuando considera los cálculos del coste, presentan cifras finales cercanas a un billón de dólares para nuestra operación en Afganistán. Tratad de duplicar esa cifra. Va a haber más soldados. Esos cálculos se basan en la noción –también en Iraq– de que vamos a sacar más tropas de Iraq. Eso no va a ocurrir. 

AMY GOODMAN: Dan Ellsberg— 

DANIEL ELLSBERG: De modo que todos esos cálculos son ilusorios. Podéis duplicarlos.
AMY GOODMAN: Funcionarios militares en Kabul han admitido que las tropas de EE.UU. y de la OTAN han matado a treinta afganos y herido a ochenta en o cerca de puntos de control desde el verano pasado. En ningún caso las víctimas representaban un peligro para los soldados. En una reciente videoconferencia el comandante militar, general
Stanley McChrystal, dijo: “Hemos muerto a tiros una cantidad inaudita de personas, pero que yo sepa, resultó que ninguna había representado una amenaza.” ¿Cuál es su respuesta? 

DANIEL ELLSBERG: Es una evaluación sorprendentemente sincera de McChrystal. Y le doy crédito por haberlo dicho. También, por primera vez, habla de que quiere reducir las víctimas civiles. Pero al aumentar la cantidad de soldados estadounidenses en ese país y al aumentar la cantidad de enfrentamientos, incluso si se reduce la cantidad de muertes civiles por cada enfrentamiento, el efecto general será que se está matando a los parientes de gente que se alistará en la insurgencia. 

Estamos hablando de un país, como Vietnam, que tiene 2.000 años de una tradición, no sólo una imagen propia, sino de éxito real, en la expulsión de invasores extranjeros. No tienen mucha organización. Podría decirse que existe un estado de desorganización, valle por valle y tribu por tribu. Tienen una organización ideal para expulsar el control por tropas extranjeras, e incluso el control por un gobierno –es en algo diferente de Vietnam– controlado por Kabul, incluso si Kabul se corrigiera, lo que significa una transformación total de su naturaleza. 

Uno de los puntos de Eikenberry es que no existe una base para suponer que Karzai, en este momento de su vida, vaya a cambiar su naturaleza o la naturaleza de su gobierno. A propósito, eso estaba en cables secretos al presidente. Es como los Papeles del Pentágono. En su testimonio público, lo que nos dijo Eikenberry frente al Congreso fue: “Oh, apoyo completamente el programa de McChrystal,” que acababa de demoler en secreto. “Apoyo completamente el programa. Tengo confianza total.” En breve, como cualquier funcionario que trabaja para el presidente, después que el presidente tomó su decisión, Eikenberry mintió o, en todo caso, contradijo su testimonio secreto. Y lo que el Congreso debería hacer es simplemente decirle que vuelva y hacer que aclare la diferencia entre sus cables secretos, que fueron publicados en el archivo del New York Times, que cualquiera puede obtener, y su testimonio público y darle una posibilidad de decir la verdad y renunciar. 

ANJALI KAMAT: Dan Ellsberg, su filtración de los Papeles del Pentágono ayudó a terminar la Guerra de Vietnam. ¿Qué piensa que debe suceder ahora para terminar las guerras en Iraq y Afganistán? 

DANIEL ELLSBERG: Hay que lograr, de alguna manera, que el Congreso tenga el coraje de seguir sus convicciones y recortar el financiamiento de las guerras, de la escalada, en particular. Barbara Lee, la única congresista que tuvo el valor de votar contra la Resolución respecto a Afganistán en 2001, y señaló que había sido preparada sin –como la Resolución del Golfo de Tonkín años antes– sin audiencias, sin debate, sin evidencia, simplemente un cheque en blanco para el presidente –una persona en el Congreso que lo hizo– tiene ahora una ley –creo que es 3966 3699, algo así– que propugna el corte de las asignaciones para una ulterior escalada en Afganistán. Y esa ley, esas asignaciones, nos esperan en el futuro.

El jefe del Comité de Asignaciones David Obey, Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara, Harry Reid en el Senado han dicho todos que se oponen a más escalada, exactamente como Eikenberry, el general que es nuestro embajador en Afganistán. ¿Pero significa eso que votarán contra las asignaciones que envían a esa gente a morir y a matar? No, es muy poco, muy poco probable. Pero algunos de sus colegas lo harán.
AMY GOODMAN: Nos quedan diez segundos. 

DANIEL ELLSBERG: Y si presionamos a nuestros colegas, que es lo que queremos, es en última instancia la manera cómo podemos terminar la guerra. La única manera cómo se pudo terminar Vietnam fue porque el Congreso cortó el dinero. Es la única manera para terminar esta guerra, y durará muchísimo en–
AMY GOODMAN: Dan Ellsberg, tenemos que terminar. 

DANIEL ELLSBERG: –en lo que llamo Vietnamistán. 

Fuente: http://www.zcommunications.org/our-president-is-deceiving-the-american-public-by-daniel-ellsberg

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