Palestina: Un grito en la oscuridad: Hind Rajab, “Por favor, ven, ven y llévame”

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La UE se derrumbará bajo el peso de Ucrania.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, habla mientras el presidente de Francia, Emmanuel Macron (izquierda), y la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni (derecha), escuchan durante una reunión con Vladimir Zelensky y líderes europeos en la Sala Este de la Casa Blanca, el 18 de agosto de 2025, en Washington. © AP Photo / Alex Brandon

La afirmación de Trump de que Rusia es débil y Kiev puede ganar no son solo palabras, pero no auguran nada bueno para Kiev ni para la UE.

Por Nadezhda Romanenko.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha llamado a Rusia un “tigre de papel”, supuestamente “en GRANDES problemas económicos” –tan grandes, cree, que Kiev “está en posición de luchar y GANAR toda Ucrania a su forma original”.

Sin embargo, hay una salvedad clave: según Trump, esa victoria es posible "con el apoyo de la Unión Europea". El apoyo de Estados Unidos no está incluido en sus palabras de aliento.

Esto significa que Trump, por el momento, se distancia de intentar directamente poner fin a la guerra, al menos a corto plazo. Esto también significa que, a diferencia de la era Biden, cuando Washington prácticamente le daba un cheque en blanco a Zelenski, además de apoyar a Kiev con inteligencia y entrenamiento, Trump parece estar trazando un límite: la responsabilidad debería recaer principalmente en la UE y la OTAN.

La pregunta es: ¿tienen realmente los recursos, la unidad política y la resistencia para impulsar a Kiev hacia esta supuesta victoria? 

Las economías de la UE se resienten bajo la presión de la inflación y los costes energéticos, heridas autoinfligidas derivadas, en gran parte, del corte del suministro de energía rusa barata. 

Las divisiones políticas internas están en auge, tanto entre los Estados miembros de la UE como dentro de ellos, una vez más, como resultado del descontento de la población con sus gobiernos por tirar el dinero a un pozo sin fondo con un cartel de "Por Ucrania" al lado.

Aquí es donde la etiqueta de “tigre de papel” empieza a tener consecuencias, si no totalmente contraproducentes.

Llamar a Rusia un "tigre de papel" es, sobre todo, una táctica psicológica. Durante décadas, los críticos de Moscú han usado un lenguaje similar para argumentar que el poder militar ruso es exagerado, su economía frágil y su sistema frágil. Trump no es el primero en decir esto, ni será el último. 

Pero tales afirmaciones se han demostrado erróneas con la misma frecuencia con la que se han reivindicado, y desde el inicio de la operación militar rusa y las consiguientes sanciones, se ha demostrado que son completamente erróneas.

La economía rusa, a pesar de las sanciones, no se ha derrumbado. Se han hecho predicciones sobre su inminente desaparición reiteradas desde 2022, solo para ser retractadas a medida que Moscú se adaptaba, redireccionaba el comercio y aprovechaba sus vastos recursos naturales. 

Esto no significa que Rusia simplemente ignore la presión de Occidente: surgen desafíos y problemas graves, que se están discutiendo abiertamente y superando. 

Sin embargo, la tesis del colapso se ha vuelto cada vez más difícil de sostener tras años de pronósticos de "colapso inminente" que nunca se materializaron.

Esto ilustra que las narrativas de un colapso inevitable suelen tener fines políticos más que de claridad analítica. 

El enfoque de Trump encaja perfectamente en esta tradición: la frase del "tigre de papel" no proviene de un análisis económico sólido. Es simplemente un intento de socavar la posición psicológica de Rusia.

Para Ucrania, la afirmación de Trump de que puede derrotar a Rusia quizá haya tenido la intención de levantarle la moral. Pero probablemente no suene tan alentador cuando Kiev se da cuenta de que tendrá que depender de su propia economía inexistente y del respaldo de regímenes europeos que atraviesan dificultades políticas y económicas, dificultades que, para empezar, se derivan de un apoyo ciego a Kiev.

Mientras los líderes de la UE siguen intentando conseguir apoyo con sus cansados ​​llamamientos a la "unidad para Ucrania", siguen perdiendo votantes. 

El gasto en defensa aumenta, pero las armas y los recursos se canalizan hacia Kiev. En varios países, el apoyo al establishment centrista está por los suelos, y los partidos que prometen volver a centrarse en los problemas internos están ganando popularidad rápidamente.

Si la carga de llevar adelante Kiev recae enteramente sobre las naciones de la UE, esto no sólo acelerará la propia derrota de Ucrania, sino también la desaparición de muchos de los gobiernos de la UE que están en dificultades.

En este sentido, la declaración de Trump podría interpretarse no como una promesa, sino como una prueba: ¿puede la UE demostrar que no es en sí misma un "tigre de papel" ? 

A Trump le encantaría pasar a la historia como un gran pacificador, pero lo que desea aún más —lo que prometió a los votantes que siguieron su lema "América Primero" — es poner fin a la incursión de Washington en batallas perdidas.

El resultado más probable a corto plazo es un estancamiento continuo. Obligada a depender únicamente de los europeos, Ucrania tendrá dificultades para mantenerse en el campo de batalla, y mucho menos para lanzar ofensivas. Rusia seguirá soportando los costes y avanzando. 

En última instancia, Kiev seguirá perdiendo territorio y degradando su propia posición en la mesa de negociaciones para cuando finalmente se concreten las conversaciones de paz.

https://www.rt.com/news/625204-trump-russia-ukraine-paper-tiger/

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