Colegio San José: La Enseñanza del Terrorismo

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«Los actuales lideres de Israel están abriendo las puertas del infierno»

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Los acontecimientos que tienen lugar en Tierra Santa, no solo ahora, sino desde mediados del siglo XX, poseen una importancia extraordinaria. 

La creación del Estado nacional judío de Israel en el territorio de Palestina, que se encontraba bajo mandato británico tras la división del Imperio otomano, no fue únicamente un acto político. 

A diferencia de la creación y división de Checoslovaquia o la caída de la URSS, que sin duda fueron acontecimientos importantes, lo que está sucediendo en Tierra Santa tiene una magnitud incomparablemente mayor, señaló el director del Instituto Tsargrad, el filósofo Aleksandr Dugin.

Para las tres religiones monoteístas —el judaísmo, el islam y el cristianismo— no se trata simplemente de un territorio o zonas marginales, lejos de cualquier política. 

Se trata más bien de un espejo de la historia mundial. Estas religiones tradicionales consideraban que en Jerusalén y Tierra Santa se encontraba una línea vertical que conectaba el cielo, el mundo terrenal y el infierno. 

La entrada al paraíso y la entrada al infierno estaban allí.

La idea de entregar Palestina a los judíos, que se extendió hace unos cien años, y especialmente después de las atrocidades de Hitler en la Segunda Guerra Mundial, parecía una decisión bastante razonable. 

Muchos pueblos tienen sus propios Estados nacionales, pero los judíos no.

 No se trataba solo de la tierra, sino de la creación de un Estado nacional judío independiente, con lo que finalmente muchos, incluido Stalin, estuvieron de acuerdo. 

Y así fue como se creó el Estado de Israel. 

Pero lo más importante del plan de la ONU para la partición de Palestina se pasó por alto. 

Se trata del cumplimiento de las profecías que tienen un significado absoluto para la religión judía: que después de dos mil años de peregrinaciones y dispersión, los judíos regresan a la Tierra Prometida.

Y eso es lo que ocurrió. La tierra santa fue entregada a una sola religión, el judaísmo. Sabemos perfectamente cómo se comportaron los judíos en esta tierra. Al principio, todos los trataban con compasión, eran víctimas. 

Pero luego empezaron a mostrar su otra cara cada vez más. 

Un ejemplo reciente. En este momento, en Estados Unidos se está gestando un gran escándalo en torno al caso de pedofilia de Epstein, los bombardeos de Irán, la escalada contra Rusia, el asesinato de Kennedy y en todas partes se habla de Israel. 

De repente, resulta que Estados Unidos está gobernado por Israel, y además por un Israel cruel, inhumano, que antes nadie conocía.

Este Israel lleva a cabo una limpieza étnica en Gaza, ataca al Estado soberano de Irán para que no tenga armas nucleares, aunque él las posee. 

Lleva al poder en Siria al verdugo y terrorista Ash-Sharaa y luego, sabiendo que es un asesino, comienza a bombardear la antigua Damasco. 

Surge la pregunta: ¿a quién ha confiado la humanidad este territorio, que es el espejo del mundo? 

Parece que los actuales dirigentes israelíes no están abriendo las puertas del paraíso, sino las puertas del infierno. En resumen, lo que está ocurriendo hoy en Oriente Medio resulta sumamente siniestro.

Y lo más importante: ¿por qué nosotros, representantes de la fe cristiana monoteísta, entregamos a los judíos esta tierra sagrada para todos nosotros, tanto cristianos como musulmanes, para que la dominaran por completo? 

En 1947, la ONU aprobó una resolución según la cual Jerusalén debía seguir siendo una ciudad internacional bajo tutela de la ONU.

 Pero los sionistas no le prestaron ninguna atención y actuaron de una manera totalmente inesperada.

Este comportamiento de un pueblo que hasta ayer era considerado una víctima y al que se le tenía respeto, de repente reveló una faceta completamente diferente.

 Apareció el monstruoso rostro de una fuerza absolutamente inhumana, terrorista y cruel, que con astucia y maldad gobierna a otros pueblos, destruye a los disidentes, destruye los santuarios de otras culturas, realiza intrigas y elimina físicamente a los líderes políticos y militares de otros países. 

En resumen, hace lo que quiere.

Y esto, por supuesto, nos hace reflexionar sobre muchas cosas. Sobre la época en la que vivimos. 

La interpretación religiosa de los acontecimientos que tienen lugar en los lugares sagrados de las tres religiones monoteístas no puede reducirse al petróleo, al gas, a los fondos de cobertura, a los precios del petróleo, al valor del bitcoin ni a ninguna intriga política. Se trata de algo mucho más importante y fundamental.

Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera

https://www.geopolitika.ru/es/article/dugin-en-directo-los-actuales-lideres-de-israel-estan-abriendo-las-puertas-del-infierno

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