***Las noticias esta semana de que el gobierno de Joe Biden y su vicepresidenta Harris habían recibido casi 500 informes oficiales indicando que Israel usó armas estadounidenses causando daño innecesario a civiles en Gaza, podría complicar aún más el apoyo para la demócrata.
Washington y Nueva York. Cediendo a presiones internas y filtraciones, el Departamento de Estado estadounidense reconoció que es razonable concluir que Israel está empleando armas de esa nación norteamericana en violación del derecho internacional, pero aun con esta confesión, la candidata presidencial demócrata Kamala Harris rehúsa condenar cualquier acción bélica de Israel y eso, en cuatro días, podría costarle la elección.
En casi todo evento de campaña en los estados claves de Pensilvania, Michigan, Wisconsin y, ayer, de nuevo en Arizona, Harris ha sido interrumpida por manifestantes exigiendo que se comprometa a poner fin al genocidio en Gaza y cese el envío de armas estadunidenses a Tel Aviv.
En sus discursos preparados, Harris no menciona esa guerra, ni las muertes civiles, pero ayer y antier se vio obligada a responder a los pacifistas: todos queremos que se acabe la guerra en Gaza y sacar a los rehenes lo más pronto posible, y haré todo lo que esté en mi poder para dejarlo claro, y todos tienen el derecho a ser escuchados, pero ahora yo soy la que está hablando.
El argumento básico de los demócratas es que el ex presidente Donald Trump será peor en ese tema, ya que es más cercano al gobierno de Israel y, por lo tanto, más peligroso para los palestinos –es decir, se debe escoger el menor de los males–.
Pero ese discurso es cada vez más difícil de mantener para algunos en Michigan, estado con 250 mil votantes árabe-estadunidenses.
La semana pasada, el alcalde demócrata de la ciudad de Dearborn en ese estado, y la urbe con la concentración más alta de árabe-estadunidenses en el país, rehusó endosar su empatía con Harris e informó a los ciudadanos que deberán poner a votar sus consciencias.
Las noticias esta semana de que el gobierno de Joe Biden y su vicepresidenta Harris habían recibido casi 500 informes oficiales indicando que Israel usó armas estadounidenses causando daño innecesario a civiles en Gaza, podría complicar aún más el apoyo para la demócrata.
Que Israel está matando a miles de civiles, sobre todo menores de edad y mujeres, no es noticia, y el vocero del Departamento de Estado, Matthew Miller, lo reconoció el miércoles: creemos que es razonable evaluar que hay incidentes en donde Israel no cumplió con todas sus obligaciones de la ley internacional humanitaria.
Sigue creciendo la ira por el reconocimiento de Estados Unidos de crímenes de guerra por Israel, y que aún así rehúsa tomar acción contra Tel Aviv.
The Washington Post cita a varios funcionarios quienes afirman que el proceso de evaluación se ha vuelto funcionalmente irrelevante con más líderes de alto rango en el Departamento de Estado descartando fuentes no israelíes de esa información.
Meses atrás, el Departamento de Estado reconoció que el secretario de Estado, Antony Blinken, había rechazado evaluaciones de su propio equipo y de otras agencias que concluían que Israel estaba violando las leyes internacional y estadunidenses que requieren la suspensión de envió de armas a quienes cometen violaciones contra la población civil.
Estos reconocimientos oficiales y otra evidencia de la complicidad estadunidense en posibles ultrajes a la ley internacional por Israel, sigue complicando el apoyo para la candidata demócrata entre las bases de electores que antes se consideraban fieles.
Para líderes del llamado movimiento no comprometido, que han presionado a Harris por meses para denunciar los crímenes de Israel, la posición de la candidata crea un dilema enorme.
En las primarias, este movimiento convenció a 110 mil votantes demócratas en Michigan a escribir no comprometido en sus boletas para expresar su ira por el apoyo de este gobierno al genocidio de Israel.
Abbas Alaweih, quien ha sido el principal vocero de ese movimiento, declaró hace un mes que no endosarían su intención de voto a Harris, pero reconoció el gran dilema que eso dejaba.
Trump no sólo es promotor de la supremacia blanca, también está amenazando con criminalizar a la abogacía pro palestina en este país, declaró en entrevista con CNN esta semana.
Indicó que el movimiento ahora está recomendando que sus filas voten por Harris si viven en estados considerados claves como Michigan para evitar una victoria de Trump.
Esta semana, el senador federal socialista democrático Bernie Sanders difundió un video señalando que está en desacuerdo con la posición de Harris sobre Gaza, pero argumenta que votar por ella es la única vía para evitar lo peor, que sería un triunfo de Trump, no sólo en este tema, sino sobre derechos de las mujeres y otros.
El video tiene más de 3.5 millones de vistas, pero no se sabe aun si será suficiente.
Trump ganó Michigan en 2016 sólo por 10 mil votos; Biden obtuvo 150 mil votos en 2020. Un sondeo de CNN difundido ayer registró un empate entre Trump y Harris, indicando que un número muy reducido de defecciones en las bases demócratas podrían consecuencias.
Algunos residentes de Michigan ya decidieron. Yo no voto por nadie que apoya el genocidio, declaró a La Jornada, Mike Fleshman, ciudadano de Michigan.
En otra entrevista, dos estudiantes árabe-estadunidenses en la Universidad Wayne State en Detroit indicaron que ojalá pierda Harris en Michigan. Ella está apoyando el genocidio, acusaron.
El activista e intelectual judío-estadunidense Peter Beinart, firme critico de la política bélica de Israel, argumenta en contra de esa lógica. Si yo viviera en Michigan, votaría por Kamala Harris, escribió en su popular boletín en Substack.
Y digo esto como alguien que cree que Joe Biden y algunos de sus asesores deberían de ser llevados ante los tribunales internacionales como criminales de guerra por su papel en la destrucción total de Gaza.
Pero Beinart argumenta que, sobre todo en los estados claves como Michigan que definirán el resultado final de esta elección tan cerrada, es en los hechos un voto a favor de Trump, y eso es inaceptable para cualquier progresista.