Nicaragua: “Oenegé” de Javier Meléndez Quiñónez facturó C$88 millones anuales

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La última colonia de asentamiento está cometiendo un genocidio con el apoyo de la primera colonia de asentamiento

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***Comprender la naturaleza colonial del régimen sionista y de EEUU, es el primer golpe necesario para poner fin al sionismo en el mundo

Hasta hace poco muchos consideraban la cuestión de la colonización como un tema del pasado, pero, hoy algunos expertos han llegado a la conclusión de que el régimen ilegítimo sionista es el último proyecto colonial del tipo ‘colonialismo de asentamiento’, lo cual debería terminar. 

Por ello, la empatía entre los pueblos sometidos al colonialismo y el pueblo palestino es más evidente que nunca. 

El legado del colonialismo sigue siendo palpable, tanto para la gente de los países colonizados, como para las personas de color y las comunidades indígenas que sufren las secuelas del colonialismo en los países occidentales, lo que genera una empatía con el pueblo palestino. 

En otras palabras, el asunto va más allá de unos cientos de kilómetros cuadrados del territorio palestino; se trata de superar, para siempre, el colonialismo explícito en el mundo. 

Los movimientos que apoyan la causa palestina consideran que la victoria en este ámbito es una victoria de toda la humanidad contra la trágica historia del colonialismo, y la ven como la última etapa para superar más de 500 años de un orden occidental centrado en el colonialismo.

La comparación entre el colonialismo de asentamiento de Israel y el colonialismo de asentamiento en Estados Unidos, es algo que hoy en día está ocurriendo entre ambos pueblos. Utilizando este concepto, por lo tanto, somos testigos de expresiones de solidaridad con el pueblo palestino. 

El despertar hacia el régimen sionista en los países occidentales, sobre todo, en la generación joven, ha surgido, en gran medida, gracias a la aparición del movimiento de software en el mundo, lo cual puso de manifiesto que Israel es un régimen fundado sobra la base del colonialismo de asentamiento, y está cometiendo sistemáticamente el crimen del apartheid. Este movimiento ha creado un discurso sobre por qué y cómo hay que poner fin al sionismo. 

El crecimiento de este movimiento ha dado lugar a la expresión de solidaridad de los pueblos de los países occidentales con la nación palestina.

El colonialismo de asentamientos ocurre cuando los colonizadores invaden y ocupan un territorio, para, reemplazar permanentemente a la sociedad nativa por la suya propia. 

Dos fenómenos forman parte inseparable de esta forma del colonialismo, como lo que ocurrió en Estados Unidos, Canadá y Australia, y ahora sucede en Palestina: la usurpación de tierras y la eliminación de los pueblos nativos. 

Y cuando hablamos de la eliminación de los pueblos indígenas, esto puede ocurrir a través de un genocidio físico, o puede limitarse a la reducción de la población, la restricción territorial basada en la represión sistemática, y la eliminación cultural de las comunidades sometidas al colonialismo de asentamientos. 

Patrick Wolfe, el historiador y antropólogo australiano, y experto en estudios de colonialismo de asentamiento, llama este fenómeno la “lógica de la eliminación de los nativos”[1]

Las frases clave creadas por Patrick Wolfe, como que la agresión en el colonialismo de asentamiento es una ‘estructura, no un evento’; que las estructuras coloniales de los colonos tienen una ‘lógica de eliminación’ de los pueblos indígenas; y que ‘los colonos vienen para quedarse’ y ‘destruyen para reemplazar’, son consideradas principios fundamentales en este ámbito, y han sido citadas por numerosos académicos en diversas carreras. 

La lógica de eliminación de los pueblos indígenas tiene dos aspectos: uno negativo y otro positivo. 

En su dimensión negativa, la lógica de eliminación busca la erradicación física de los pueblos nativos sometidos al colonialismo de asentamiento. Por lo tanto, todo colonialismo de asentamiento incluye genocidio, pero no se limita a eso. En su dimensión positiva, en este tipo del colonialismo, tras la destrucción de las estructuras de la sociedad originaria, fundan nueva sociedad colonial sobre las tierras usurpadas, lo que constituye genocidio cultural de la sociedad nativa. 

“El colonialismo de asentamiento destruye para reemplazar”. Wolfe cita una parte del manifiesto de Theodor Herzl, el padre intelectual del sionismo político, al respecto: “Si quiero reemplazar un edificio antiguo por uno nuevo, debo demolerlo antes de construir el nuevo”. 

Por lo tanto, el genocidio en las sociedades basadas en el colonialismo de asentamientos es un tema central.

Una de las razones del apoyo de Estados Unidos a Israel es el legado cultural compartido, basado en el colonialismo de asentamiento, que, como se ha mencionado, ha recibido cada vez más atención de historiadores y expertos en asuntos de Asia Occidental. 

En otras palabras, el último ejemplo de colonialismo de asentamiento en el mundo (es decir, el régimen sionista) está cometiendo los crímenes más horrendos contra la humanidad, con el apoyo del primer ejemplo del colonialismo de colonia (es decir, Estados Unidos). 

Por ejemplo, el artículo escrito por el Dr. Mahmud Mamdani, titulado “El colonialismo de asentamiento, pasado y presente”, dice que el colonialismo de asentamiento israelí más que estar inspirado por el apartheid de Sudáfrica, está inspirado por el modelo estadounidense y su comportamiento con los indígenas estadounidenses. Igual que en Estados Unidos se utilizó una política de genocidio y confinamiento de los pueblos indios en campamentos —conocidos como ‘reservas’—, este enfoque ha sido seguido en el régimen sionista, no solo desde su establecimiento, sino hasta ahora[2]

La similitud entre los palestinos y los pueblos indígenas de América termina aquí, ya que los indios americanos vivieron en un mundo donde el colonialismo estaba en ascenso, pero “ya estamos al final de la época del dominio occidental de cinco siglos, la cual inició en 1492”. 

El Dr. Mamdani sostiene que “el aislamiento político de Palestina en Asia Occidental está gradualmente convirtiéndose en historia (...). 

Ahora se puede imaginar una Palestina libre”. Las declaraciones del ministro de patrimonio israelí, Amichai Eliyahu, sobre la posibilidad de que Israel use armas nucleares en Gaza, indican que el colonialismo de colonia israelí ha sido inspirado del único país que tiene la vergüenza de haber utilizado armas nucleares en su historial.

Revisar la historia de la fundación de Estados Unidos desde la perspectiva del colonialismo de asentamiento nos ayuda a analizar mejor esta historia. 

Por ejemplo, la sociedad colonial estadounidense veía a los esclavos afroamericanos como fuerza laboral y capital económico, mientras que consideraba a los pueblos aborígenes americanos como una fuente de tierras. 

Por lo tanto, el enfrentamiento con los afroamericanos se centraba en el dominio individual, mientras que el enfrentamiento con los pueblos indígenas americanos se centraba en el dominio étnico-tribal. Así, las estructuras y herramientas de represión sistemática se desarrollaron de manera diferente, para cada grupo. 

“Según la ley estadounidense, los afroamericanos eran como perros que podían ser domesticados, mientras que los aborígenes americanos eran más parecidos a gatos que permanecerían salvajes para siempre”, dijo el Dr. Mamdani en su artículo. 

El método de lucha de cada grupo también era diferente. Mientras que los afroamericanos buscaban regresar a África o luchar por la igualdad de ciudadanía en Estados Unidos, tal posibilidad no existía para los pueblos originarios americanos, ya que intentar obtener la ciudadanía se consideraba una aceptación de la derrota total o de la completa colonización. 

Por lo tanto, estas comunidades, en su mayoría, buscaban una forma de independencia en el marco de la soberanía tribal en territorios limitados.

Desde este punto de vista, EE.UU. no es la primera revolución anticolonial de la época moderna, sino el primer gobierno basado en el colonialismo de asentamiento. 

Un Estado que se formó con el dominio y destrucción de los aborígenes de América. Según Mamdani, “lo que es excepcional en Estados Unidos es que aún no ha planteado la cuestión de la descolonización en el ámbito público”. 

Cuando Sudáfrica, dominada por la minoría blanca se independizó de Inglaterra en 1910, envió una delegación a América del Norte, especialmente a Estados Unidos y Canadá, para estudiar cómo se habían establecido las entidades tribales nativas americanas.

 Esto se basaba en la lógica que, estos gobiernos habían establecido por primera vez, medio siglo antes, tales estructuras para la represión sistemática de los pueblos indígenas.

 Cuando comenzó el genocidio de los pueblos originarios en Sudáfrica en 1913, sus campamentos fueron llamados ‘reservas’, un nombre que fue tomado de la palabra ‘reservación’ o campamentos de los indios americanos[3]

De hecho, EE.UU. no sólo es el único abanderado en la historia del colonialismo de colonia, sino también un exportador de su tecnología.

 Según el Dr. Mamdani, “todas las instituciones determinantes del colonialismo de asentamiento, como tecnologías de control de los pueblos aborígenes fueron producidas en América del Norte. El primer caso de esto fue la concentración de indígenas en tierras tribales. 

El primer ejemplo del campo de trabajo forzado, del cual los nazis se inspiraron, no fue un campo creado por los británicos para restringir a los bóeres durante la Guerra Anglo-Bóer. En cambio, la región de la que se tomó como modelo fue la que, bajo los presidentes Lincoln y Grant, fue establecida en la América de mediados del siglo XIX para limitar las tribus indígenas”.

La segunda institución de la que el gobierno del apartheid sudafricano se inspiró de Estados Unidos, fue la tecnología conocida como el sistema o la ley de pases. 

El sistema de pases se estableció, inicialmente, en las plantaciones de esclavos en el sur de Estados Unidos, con el objetivo de controlar su movimiento. Con esta ley, los estadounidenses vigilaban rigurosamente a los esclavos que necesitaban moverse para visitar a sus familias, que estaban dispersas en otras plantaciones. 

El sistema o ley de pases era esencial para controlar a los negros, ya sean esclavos o no, y los exponía a diversas formas de abuso que incluían interrogatorios, registros, azotes y golpizas. 

Por lo tanto, el sistema de control y vigilancia que más tarde se implementó en Sudáfrica, y ahora se utiliza por el régimen sionista, fue aplicado años atrás por los gobiernos de Estados Unidos contra los esclavos. 

En la declaración de independencia de EE.UU. los indios fueron llamados “bárbaros”, y nunca fueron reconocidos en la Constitución estadounidense como una minoría que gozaba de un derecho político básico. 

Aunque en 1924 los indígenas americanos fueron reconocidos como ciudadanos, mientras residieran en territorios designados, y bajo gobiernos autogestionados y se adhirieran a su modo de vida, no gozaban de las libertades civiles garantizadas por la Constitución de Estados Unidos. Según explica el Dr. Mamdani, “ellos tienen derechos políticos, pero no los civiles”.

 Aunque pueden votar y ocupar cargos políticos, como población indígena, están bajo la autoridad del Congreso, sin tener un representante en el órgano legislativo. Incluso, la Ley de Derechos Civiles de 1964[4] no se aplica a los aborígenes que residen en ciertas áreas, y la Ley de Derechos Civiles de los Indios de 1968 tampoco tiene una garantía en la Carta Magna. 

El uso del marco conceptual del colonialismo de asentamiento en relación a “la revolución de 1977 en EE.UU.”, que condujo a la independencia de la comunidad blanca del país norteamericano del Reino de Gran Bretaña, pone al descubierto que esta “revolución” no fue una lucha anticolonial, sino un movimiento destinado a expandir el colonialismo de colonia estadounidense.

 La independencia de Estados Unidos, desde esta perspectiva, es similar a la independencia de los blancos en Sudáfrica en 1910, y a la independencia de los sionistas en 1948. Los tres casos implicaron una rebelión contra las poblaciones originarias que habitaban esas regiones y el establecimiento de una estructura del colonialismo de colonia en esos territorios.

Tras visitar y estudiar diversas áreas de los territorios ocupados palestinos, el Dr. Mamdani afirma que “el apartheid de Sudáfrica no es un lente adecuado para entender a Israel”. “Es el modelo del colonialismo de colonia estadounidense el que ha sido tomado como ejemplo por el régimen sionista”. 

“Al igual que en América del Norte, los colonos en Israel no están interesados en utilizar a los palestinos como mano de obra; lo que les interesa es la tierra. Los sionistas en Israel se han inspirado durante mucho tiempo en la limpieza étnica contra los indígenas americanos en EE.UU.

El 22 de diciembre de 2013, el periódico The Jerusalem Post, informó sobre una conversación entre un diputado de la Knesset y el jefe de un comité parlamentario, respecto a un proyecto de ley sobre la regularización de la residencia de la población beduina en el Néguev (Naqab, en árabe): “¿Quiere trasladar a toda la población?”

 A lo que él respondió: “Sí, como lo hicieron los estadounidenses con los pueblos indígenas”. Incluso la solución de dos Estados propuesta por Estados Unidos a Israel es similar al enfoque que Estados Unidos tuvo con los pueblos originarios americanos. 

El modelo de gobiernos autónomos limitados en territorios restringidos, que fue impuesto a los indígenas americanos mediante la limpieza étnica y el desplazamiento forzado—, es el mismo que se busca aplicar al conceder un autogobierno limitado a los palestinos en ciertas áreas. 

Un artículo, escrito por Rosaura Sánchez y Beatrice Pita en 2014, titulado “Reflexionar sobre el colonialismo de asentamiento (Rethinking Settler Colonialism, en inglés)”[5] dice que “1948 fue el año de la Nakba (catástrofe en árabe) para los palestinos. 

Para los mexicoamericanos del suroeste de Estados Unidos, la Nakba ocurrió en 1848, cuando Estados Unidos se anexó el noroeste de México (...). Nosotros, la población de origen mexicana en Estados Unidos, tenemos muchas similitudes con los palestinos que viven en Israel, así como con los residentes de Cisjordania y Gaza.

 A pesar de las importantes diferencias, lo que compartimos es la desposesión de nuestras tierras y la experiencia de vivir como ciudadanos de segunda clase bajo el dominio de un poder estatal hegemónico, impuesto por las circunstancias históricas”. 

Sin embargo, la similitud entre los palestinos y los indígenas americanos o los mexicano-estadounidenses, bajo el dominio estadounidense, termina aquí, porque el colonialismo de asentamiento estadounidense ocurrió cuando el colonialismo alcanzó su auge en el mundo (entre los siglos XV y XX), mientras que el colonialismo de asentamientos israelí ocurre en un momento de declive de las potencias coloniales y de una reconsideración global sobre las estructuras destructivas del colonialismo. 

Bajo esta teoría, cada golpe que cualquiera de nosotros asesta a este régimen colonial, para destruirlo, favorece a toda la humanidad, ya que estamos pasando la última página de la historia del colonialismo de asentamiento, lo cual promete un mundo libre de colonialismo.

[1] The logic of the elimination of the native

Wolfe, P. (2006). Settler Colonialism and the Elimination of the Native. Journal of genocide research, 8(4), 387-409.

[2] Mamdani, M. (2015). Settler Colonialism Then and Now. Critical Inquiry, 41(3).

[3] reserve

[4] The Indian Civil Rights Act of 1968

[5] Sánchez, R., & Pita, B. (2014). Rethinking settler colonialism. American Quarterly, 66(4), 1039-1055.

https://spanish.khamenei.ir/news/6179
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