Pocos se imaginaron que, en este mundo que dice ser civilizado, ocurriese una masacre como la que cada día aniquila a cientos de personas, niños en su mayoría, y que ya se ha extendido por más de un año.
Los optimistas pensamos que la presión internacional podría detener la orgía fascista, en su plan de eliminar de la faz de la Tierra a todos los palestinos.
También pudo pensarse que Estados Unidos, máximo sostén militar, financiero y diplomático del sionismo israelí, podría –por tratarse de un año electoral– inclinar la balanza a favor de la paz y obligar al Gobierno de Tel Aviv a parar el genocidio desde el primer día en que aparecieron los niños bajo los escombros, o a merced de un misil o de una bomba.
Mientras, una administración estadounidense con el patético apellido de «demócrata» sigue dando tumbos en sus últimos días, al frente del Gobierno.
La continuidad en la política de su antecesor no solo se expresa en mantener –y hasta aumentar– una perversa estrategia de sanciones contra Cuba y someter a este pueblo a una criminal prueba, tal si fueran las bombas de Gaza las que nos alertaran sobre lo incierto del presente y del futuro de la humanidad.
El gobierno de Joe Biden llevará en su aval esta situación internacional que nos hace reos de su política y convierte al planeta en un polvorín.
La guerra en Ucrania, sostenida militarmente por Estados Unidos y la OTAN, y el genocidio contra los palestinos, marcarán el paso lamentable de Joe Biden por la Casa Blanca, a pocos días de que salga de ella.
Pero, como para convencernos de que no importa si se trata de un Gobierno demócrata o uno republicano, el exmandatario y aspirante al renganche presidencial, Donald Trump, fue muy claro esta misma semana, cuando criticó la postura de Biden sobre la agresión israelí y una posible guerra contra Irán.
Trump afirmó al respecto que «Israel debería realizar un bombardeo contra las instalaciones nucleares de Irán, en represalia por el masivo ataque con misiles contra el país hebreo».
En un mitin de campaña en Fayetteville, Carolina del Norte, el aspirante a repetir el mandato en la Casa Blanca, enfatizó: la respuesta debe ser la de «atacar primero lo nuclear y después preocuparse por el resto».
Es obvio, la predicción de futuro de Trump ha quedado «muy clara». La pregunta sería sí con los demócratas, se mantendría la continuidad guerrerista, llegue hasta dónde llegue.
En cuanto a Gaza y este año de genocidio, es válido recordar que, además de los 42,000 palestinos asesinados –más de la mitad de ellos niños–, el aval estadounidense está sostenido por 17,900 millones de dólares gastados desde el 7 de octubre de 2023, lo que supone un récord de la ayuda anual enviada a Israel.
Granma