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***Japón ha vuelto a exhibir su amnesia histórica en el 79 aniversario del bombardeo atómico contra Hiroshima. En una ceremonia para conmemorar a las víctimas del ataque, el primer ministro de la nación asiática, Fumio Kishida, no hizo ninguna mención a EEUU, el único país en usar arsenales nucleares.
Para la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, se trata de algo más que de una amnesia. De acuerdo con la diplomática, Tokio se dedica deliberadamente a reescribir la historia. Constató que, según la versión oficial japonesa, los bombardeos atómicos estadounidenses nunca existieron, sino que los proyectiles caían por sí solos.
La situación es aún más cruda, denuncia, por su parte, Mijaíl Miagkov, director científico de la Sociedad Histórica Militar Rusa. Sostiene que los manuales escolares japoneses narran los hechos de tal manera que podría pensarse que fue la Unión Soviética la que agredió, tanto a Hiroshima como a Nagasaki, en 1945.
Y no solo pasa en Japón, sino en todo el mundo occidental. En España, por ejemplo, se lee lo siguiente en los libros de historia de colegio: "El día 8 de agosto, la URSS declaró la guerra a Japón (...). Un día después se lanzó una segunda bomba nuclear sobre la ciudad de Nagasaki, que fue arrasada". Ni una sola palabra de que lo hizo EEUU.
De igual modo, el premier japonés, Fumio Kishida, volvió a arremeter contra Moscú en su discurso pronunciado este martes en el Memorial de la Paz de Hiroshima.
Acusó a Rusia de supuestamente amenazar con armas atómicas y torpedear el proceso de desarme nuclear.
Pero no dijo nada sobre la inundación de Europa por arsenales atómicos estadounidenses. De acuerdo con la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares –premio Nobel de la Paz en 2017– Washington desplegó unas 150 bombas de este tipo en sus bases en Bélgica, Alemania, Italia, Países Bajos y Turquía. Además, el pasado mes de mayo, EEUU llevó a cabo una prueba nuclear en el estado de Nevada.
Según el ya citado historiador ruso Mijaíl Miagkov, la ceguera de Japón tiene una exlicación muy sencilla: no es un país soberano, sino una "marioneta" de EEUU.
Este diagnóstico lo comparte María Zajárova: manifestó que la política actual de Tokio está completamente subordinada a Washington y va en contra de los intereses nacionales del país.
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