Llega a un punto este hombre donde no da más. No se puede más en su larga lista de infamias y los guatemaltecos, sin embargo, lo eligieron presidente.
Es una obviedad, un asunto palmario, el decir que los Estados Unidos es una potencia en decadencia.
Sus quebrantos económicos, por ejemplo, nada pueden hacer con la pujanza de China que ha impulsado, contradictoriamente, su crecimiento económico con todas las libertades capitalistas que no se tienen en Occidente donde, pese a que China en muchas otras cosas es regida por el PCCH, o sea el Partido Comunista Chino.
Es una aparente contradicción, pero no lo es, porque la riqueza generada por el capitalismo chino ha sido el soporte para sacar adelante todos sus proyectos sociales, políticos y militares; de un gigante que no tiene competidores en el mundo y que años atrás se conoció como el “socialismo en versión china”.
China promueve la libre competencia, no impone sanciones a nadie y su capitalismo es incluso más sano que el de los Estados Unidos.
Hoy, USA, se sigue desdibujando a cada paso.
Su sistema social ya no puede ser la envidia de nadie. No digamos su infraestructura con carreteras llenas de baches y sus subterráneos o metro están infestados de rata y de chinches, como el Metro de París. La oligarquía de Estados Unidos ya no puede con tanto dinero y no teniendo mejores ideas para reproducir el capital recurre a las guerras.
Estados Unidos vive del dolor internacional, de la muerte internacional y ahora que Israel justificando la agresión palestina del grupo Hamas asesina sin límite a personas indefensas amontonadas en una miserable porción de tierra que, siendo así, los sionistas amenazan con hacerla suya. Con ocupar la fracción norte del territorio de Gaza.
El mundo democrático se pregunta ¿de qué están hechos los sionistas?
De maldad en su más alto grado de pureza, pienso yo. Son nazis que aman la efusión de sangre. Fascistas irreductibles que odian a la humanidad y favorecen el crimen.
Son los mismos de Zelenski, el títere comediante y que visitara muy puntualmente el imbécil que tenemos los guatemaltecos como presidente.
Un pillo redomado. Un pervertido sexual que hizo suyo a un pobre jovencito de 12 años para hacerlo su mujer!!!
Llega a un punto este hombre donde no da más. No se puede más en su larga lista de infamias y los guatemaltecos, sin embargo, lo eligieron presidente.
Hace unos días este hombre siguió retratándose de cuerpo entero. Vino el señor Brian Nichols, Secretario Adjunto del Departamento de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental y no lo quiso recibir en su despacho presidencial, previa solicitud del funcionario estadounidense.
No quiso hablar el presidente de los guatemaltecos, quizá disgustado porque gracias a las acciones del señor Nichols, sus cheros sus cuatuchos, sus compinches; los incluyó el señor Nichols en la lista de personas corruptas y antidemocráticas.
Igual a lo declarado por el señor Molina Barreto, magistrado de la Corte Constitucionalidad, quien se quiere pasar de listo con sus retruécanos y artificios verbales.
Creen tontas a las personas y en ese juego de palabras se acercan con esa verbosidad jurídica a la diarrea cerebral. Gachos, pues, de una vez.
Y no sé a dónde llevan las manifestaciones pacíficas y qué construyen porque empiezan a darse fisuras en la unidad de los líderes ancestrales.
Ningún movimiento (lo digo por mi experiencia sindical) puede mantenerse unido y fuerte con un mes de desgaste.
¿Es un catalizador la violencia en un pueblo tan golpeado como el guatemalteco?
Tampoco puedo aventurarme a aconsejar la violencia. Pero sí sé con certeza: pueden estar los plantones, las pintas, las vuvuzelas haciendo ruido y nada pasará si no se golpea la economía de los poderosos.
Los pueblos indígenas ya aguantaron lo suficiente. Se oyen ya también expresiones peregrinas o sentidas, cohesionadas; de dividir a Guatemala.
Occidente con el pueblo indígena y oriente con los mestizos.
En años recientes alguna dirigencia indígena habló de crear a GUATEMAYA y el territorio sur y nororiental no sé cómo se llamaría. Son tiempos de locura también.