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Argentina: "Alberto les asfaltó la autopista del retorno"

Para celebrar el Día de la Soberanía, los argentinos votaron masivamente a un admirador de Margaret Tatcher. Háblame de realismo delirante!

En vías de entender.

No funciona sin la ayuda de los traidores de nuestro lado. Esos que llamamos dirigentes, esos que escuchamos y votamos. Esos en los que depositamos esperanzas, quienes pese a las sospechas y a las limitaciones que les conocemos nos vuelven a ilusionar.

Parece que es un ciclo repetido. Sube un neoliberal que remata todo, hace mierda el país, y cede paso a un gobierno más o menos “nuestro” que por sobre todas las cosas les asegura la impunidad absoluta frente a delitos que serían motivo indiscutible de cárcel. Y preparan el camino de la debacle, el desencanto y el retorno glorioso de los destructores impunes con renovados bríos.

Idénticos son los ciclos Menem-De la Rúa y de Macri-Alberto. Con los condimentos que sazonan los sabores del mismo excremento que nos comemos una y otra vez.

Era evidente que el ministro de economía y el candidato no podían ser el mismo.

Era cantado que sin la ley de medios le iban a lavar el bocho hasta al más inteligente de los dudosos.

Era fija que sin luchar en serio por cambiar el poder judicial nos iban a hacer fruta.

Y era completa e impúdicamente visible que si el gobierno permitía la existencia de presos políticos, por más teatro que hiciera visitando a Milagro, era un gobierno traidor.

Ni hablar de lo imprescindible que era un programa que desmontara las noticias falsas, como 678, por mucho de lo que adoleciera.

Los gobiernos de ellos hacen todo al toque y van al grano. Privatizaron todo, desregularon todo, remataron todo. Las rutas nunca volvieron a ser de libre circulación, y asi todo.

Apenas llegado este último tereso, puso listas negras en la puerta y echó a todo el mundo.

Y si “nuestro” alverso no reicorporaba a todos los que habían controlado precios, y dejaba como hizo que la secretaría de comercio fuera un desastroso bolonki, la cosa se iba a desmadrar.

Este fue un gobierno de kioskitos de teresitos, de nuestros teresitos y de teresos renovadores y aledaños.

Alberto vino a hacer el trabajo sucio, de asegurarles la impunidad. Creí que les cubría la retirada. Me equivoqué, les asfaltó la autopista del retorno.

Por Marcelo "Nowo"

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