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La base estadounidense Ain Al-Asad en la provincia de Al-Anbar, oeste de Irak, tras el ataque de misiles de Irán, 13 de enero de 2020.
Minutos después del ataque misilístico de Irán a la base estadounidense Ain al-Asad, sus autoridades enviaron un mensaje y pidieron a los iraníes detener disparos.
En declaraciones ofrecidas el lunes en una reunión con participantes en la 37.ª Conferencia Internacional de la Unidad Islámica en Teherán, capital persa, el ministro de Exteriores de Irán, Hosien Amir Abdolahian, comentó que tras el asesinato del prominente general Qasem Soleimani y sus compañeros en el aeropuerto de Bagdad (capital iraquí) por parte de Estados Unidos, el entonces presidente del país norteamericano, Donald Trump, advirtió ante los medios que si Irán mostrara la más mínima reacción a dicho atentado e incluso disparara una bala con un simple rifle contra los intereses estadounidenses en la región, atacarían de manera simultánea contra 52 lugares estratégicos del país persa.
No obstante, dichas palabras fueron una cara de la moneda, pues a través de sus mensajeros, Washington declaró que está seguro de que la venganza prometida por el Líder de la Revolución Islámica de Irán, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, es definitiva, por lo que sugirió a Irán no responder al asesinato de su general, y, en cambio, cancelaría parte de las sanciones contra el país persa, según reveló el canciller iraní.
“En el tercer día del martirio del general Soleimani, Estados Unidos dio un mensaje interesante y propuso definir cómo sería la venganza de Irán (...) y quedarse en silencio una vez materializada la venganza, no obstante, la respuesta de Irán en este asunto fue ignorar los mensajes”, añadió Amri Abdolahian.
El máximo diplomático iraní continuó relatando que, en ese momento, la República Islámica de Irán “dio la bofetada necesaria a los estadounidenses” al atacar a Ain al-Asad, y pese a las advertencias que lanzaron, unos minutos después del ataque, los funcionarios de la Casa Blanca enviaron un mensaje a Irán y pidieron que dejara de atacar y pusiera fin a los bombardeos.
El teniente general Qasem Soleimani y el número dos de las Unidades de Movilización Popular (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe) de Irak, Abu Mahdi al-Muhandis, así como varios de sus compañeros iraníes e iraquíes, fueron asesinados el 3 de enero de 2020 en un ataque aéreo de EE.UU. en Bagdad (capital de Irak).Asesinato de Soleimani, ni cae en el olvido ni se perdona
El 8 de enero, Irán llevó a cabo un ataque con misiles contra la base de Ain Al-Asad, en respuesta a la operación terrorista de Washington, que asesinó al comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI), Qasem Soleimani, y del subcomandante de las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe), Abu Mahdi al-Mohandes y sus compañeros en Bagdad, capital iraquí.
Este ataque que según las autoridades iraníes no fue la última respuesta del país persa al asesinato de Soleimani que causó muchos daños materiales y humanos entre las fuerzas estadounidenses.
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