Nuevas guerras, viejas tácticas.
Así se podría seguir el pulso al curso de la guerra entre Rusia y Ucrania, que a estás alturas de los acontecimientos ha introducido la variable virológica como un arma para continuar la guerra; y que no es tan novedosa, dada la expertise de los EE.UU., y que son quienes están en esta nueva etapa de las escaramuzas, y asesorando en lo que sabe hacer, como es la guerra bacteriológica y que han practicado incluso en tiempos de paz.
Decía que la expertise de los norteamericanos para implementar las guerras bacteriológicas no necesita que exista una declaratoria siquiera formal de guerra, pues EE.UU. está permanentemente en guerra contra todos, si una declaración previa.
El caso más claro que uno de sus antagonista por antonomasia es Cuba, contra la que está en guerra desde que la Revolución se instaló hace más de 60 años atrás; y contra la que precisamente ha desatado una guerra bacteriológica de los más aviesa.
Desde Operación Mangosta el 61, el ataque bacteriológico con la Roya de la caña el 78, la introducción de la Fiebre porcina africana y moho azul del tabaco el 1971, el Dengue Hemorrágico 2981, la Conjuntivitis hemorrágica 1981, la Seudodermatosis modular bovina el 81, la Disentería el 82, Sigatoka negra de banano. Hemorragia viral de conejo, la Varroasis de las abejas, y los Thrips de los melones, son algunas de las enfermedades bacteriológicas con la que los EE.UU., han atacado a Cuba.
Sí contra Cuba, una pequeña isla con poco más de 10 millones de personas contra la que ha desatado el más despiadado ataque, por lo que contra Rusia, el gigante euroasiático es obvio que la guerra bacteriológica debe ser no sólo más cruel, sino más sofisticada, y que esté a la altura de lo que en Ucrania se ha encontrado el año pasado, como son los biolaboratorios militares norteamericanos, financiados por la familia de Joe Biden y su hijo Hunter, a través de la fundación Rosemont Seneca & Thornton.
Y es que después de la destrucción de la presa de Kajovka y la inundación de la región de Kherson, el jefe de las Tropas Rusa, teniente general Igor Kirillov, jefe de las Tropas Rusas de Protección Radiológica, Química y Biológica de Vladimir Putin, aseguro que el objetivo de este atentado -como al gasoducto del Nord Stream- sería infectar a los soldados para que enfermen o incluso mueran.
La inundacion de Kherson planeada por el régimen de Kiev puede complicar la situación, incluso en lo que respecta a las infecciones por arbovirus”, declaró Kirillov, refiriéndose a la destrucción de la presa de Kajovka, cuya autoría se atribuye a Rusia.
“Tras un descenso del nivel del agua, es posible que se formen focos de enfermedades transmitidas por mosquitos, principalmente la fiebre del Nilo Occidental”, afirmó.
“El alto nivel técnico de la preparación estadounidense para el uso de vectores infectados queda evidente en la patente de un dron diseñado para propagar mosquitos infectados en el aire”.
Es entonces entendible que teniendo EE.UU. como antecedente todo el prontuario de promover guerras bacteriológicas contra Cuba -rntre otros países- y además desarrollando Armas biológicas en Ucrania; no sólo que son quienes ha provocado ese auto atentado -otra especialidad de los estadounidenses- contra la represa de Kajovka en Kherson; sino que además son quienes están detrás de enfermar a la población rusa contagiando enfermedades virales.
Y LA ONU debe dejar de lado su impertinente ingenuidad pidiendo que Rusia permita el ingreso de ayuda "humanitaria", para que con ese pretexto se introduzca el caballo de Troya de meter enfermedades virales y contagiosas contra el pueblo ruso.
Pd. Con notas del portal Rusia Today
Rolando Prudencio Briancon
Abogado