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Las Fundaciones. Transformar la educación… en otra cosa bien distinta


Mientras el sufrido y con frecuencia inconsciente profesorado se lanza a las merecidas, ansiadas y cada vez más discutidas vacaciones estivales, la privatización-mercantilización de la educación mundial (al menos en el cada vez más reducido ámbito de influencia occidental-anglosajona) avanza a la velocidad que se expanden las nuevas variantes de Covid.


Lo que comenzó siendo una reforma educativa planetaria promovida por la OCDE y el Banco Mundial en los años 70, ha ido encontrando por el camino poderosos amigos que además le han proporcionado las estructuras y mecanismos necesarios para su triunfo. Estos aliados han sido el neoliberalismo y las grandes empresas tecnológicas, siendo, a día de hoy, las que están controlando el proceso aprovechando la oportunidad creada por la pandemia.

Comprender como hemos dicho tantas veces lo que sucede en el mundo educativo requiere un enorme esfuerzo.

 Se entremezclan los diferentes actores como un ovillo de lana donde se conjuga la rapidez de los cambios con una trama gigante creada por la intersección de los sectores privados entre sí y las instituciones públicas. Son los lobbies empresariales, por un lado, a través de sus redes los que influyen sobre las instituciones y los gobiernos. 

En paralelo se apoyan en el entramado de organizaciones no gubernamentales y fundaciones que hábilmente se han situado en un limbo público/legal con múltiples posibilidades de actuación y de generar nuevos negocios. 

Así la interacción entre lo público/privado (paternariado se dice ahora) drena recursos hacia el mundo empresarial a costa del presupuesto público mientras las ONGS y fundaciones lo hacen desde otros ámbitos y generan a su vez, una simpatía social hacia las causas “filantrópicas”.

Cada vez más las decisiones que toman los organismos oficiales y las instituciones democráticas son irrelevantes. El control sobre los procesos de privatización ha caído en manos de foros (el fórum Shifting como ejemplo) y encuentros internacionales. 

En estos espacios se hallan en términos de igualdad empresas privadas y gobiernos y se establecen los acuerdos comerciales que en muchas ocasiones vincularán a los estados casi de por vida a través de exigentes clausulas. Los estados pierden soberanía pero sirven de cobertura ideológica cara a la opinión pública.

La base fundamental del funcionamiento de estos encuentros es la presencia de instituciones públicas y empresas privadas que defienden sus intereses. En este sentido es en el que debemos entender la pre-cumbre “transformando la educación “celebrada en París este mes de Junio como portal de la de mayor tamaño que habrá de celebrarse en Nueva York en septiembre de 2022 bajo el mismo lema.

Y es que las grandes empresas tecnológicas ya han determinado la aplicación a la educación de lo que viene a ser su gran negocio presente pero sobretodo futuro de la llamada por ellos mismos “ transformación digital “ convertida en “ la transformación de la educación “ ; no hay lugar para la sorpresa la lectura de la LOMLOE, el destino de los fondos COVID, el plan de acción para la educación digital de la Comisión europea, y la propaganda en este sentido ya nos están advirtiendo claramente de que en la educación han de cambiar muchas cosas, todas las necesarias para alimentar el negocio educativo basado en la electrónica digital y formar los trabajadores que el capital cree que necesitará en el futuro, al mismo tiempo que se colabora en la requisa de la mina de oro que son los datos digitales y personales de millones de usuarios.

Todo ello a enorme velocidad. Se pretende, por ejemplo, que para el 2024 todo el profesorado deberá estar evaluado en cuanto a sus competencias digitales siguiendo el sistema similar a cualificaciones en idioma B1, B2 etc. del marco europeo. 

Las consecuencias son importantes, de esta evaluación puede depender el salario, los concursos de promoción interna y muchas cosas más. La gran pregunta aún por resolver es como se llevará a cabo. Todo este proceso acelerado de transformación es muy opaco, se quiere alejar del debate público.

 Aún así siguiendo el rastro detrás vemos que está capitaneado por las secciones de educación de Intel y Microsoft, a las que hay que añadir como es habitual Cisco, Google, etc…

En España también se están calentando motores. Se celebró una primera cumbre con asistencia de las inevitables escuelas ashoka , educaixa y algún ex -miembro de la la fundación Bofill, en representación del gobierno de la Generalitat ( lo que nos ayudaría a explicar los huevos tirados en la puerta de la fundación en una de las últimas huelgas del profesorado catalán). Educaixa es en nuestro país una de las entidades impulsoras de la transformación educativa, basada en la transformación digital, concepto y palabras que muy pronto nos serán tan familiares como lo era la reforma educativa. 

 Otras organizaciones como la Educational Transformation International sostenida por la fundación “trams”, y cuyos financiadores son entre otros a ACER , Epson y Macmillan han financiado otras pequeñas fundaciones con el objetivo de estar presentes e influir.

Los postulados de esta transformación que exhibe tanto la comisión europea, el gobierno de España, la Caixa y el INTEF son una copia del modelo de transformación educativa de Intel, punto por punto. Comenzando por el absurdo mantra de poner al alumno/a en el centro del aprendizaje; se comprende que los señores de Intel , de la comisión europea y de la banca nunca han impartido clases y por lo tanto ignoran lo que sucede en el aula, pero conviene que alguien les explique que siempre ha sido así, que el interés del docente está y ha estado centrado en el alumnado desde hace mucho, que los profesores hace lustros que diseñan actividades especiales para cada alumno/ a adaptan sus programaciones, las actividades y hasta les vuelven a explicar redes enteras de contenido cuantas veces es necesario, que están siempre generando materiales nuevos adaptados a cada necesidad. 

No es necesario poner un dispositivo ( preferentemente Tablet o teléfono que son más adictivos y tienen una vida más corta) con un programa de una empresa diseñado en Corea para un alumno/a de Albacete, para hablar de enseñanza individualizada, basta con reducir la ratio en los cursos y aumentar el número de profesores/as para que estos puedan dedicar más tiempo a cada uno de sus alumnos/as, claro que esta solución, puede que mucho más barata y más efectiva, no proporciona tanto beneficio a los empresarios del negocio educativo, ni alimenta lobbies, ni intermediaciones rentables. 

Por acudir a un ejemplo reciente en nuestro país, estos grandes inventores de todo lo ya inventado, podrían acudir al trabajo realizado por los movimientos de renovación pedagógica, aunque quizás no tengan los conocimientos necesarios para comprender la tarea que estos realizaron, es difícil comprender cosas complejas si se funciona a base de eslóganes con poco o ningún contenido.

Sucede lo mismo con la cacareada e irreal autonomía de los centros ¿De verdad no se les cae la cara de vergüenza al hablar de autonomía de centros, cuando estos están sometidos a dos mil evaluaciones e informes, deben de seguir los mismos criterios marcados por las autoridades escolares y utilizan recursos idénticos, Moodle, Google clasroom, etc. etc.? ¿Hay algún centro que pueda evadir en nombre de la salud de su alumnado y del sentido común el atropello de la digitalización forzosa y masiva? ¿Qué autonomía pues? La misma del estado español con respecto a las grandes corporaciones internacionales fabricantes de armas o de los municipios frente a las empresas del agua.

Podríamos seguir analizando los numerosos términos usados como mantras y verdades, absolutas. Se nos habla de algo nuevo como la trasformación educativa y se nos quiere hacer creer que esta se conseguirá cambiando una ley, que posiblemente será modificada en pocos meses o años. Aún así muchos de estos “cambios” son meramente superficiales. 

Las leyes educativas siguen un patrón marcado por las empresas privadas con la OCDE a la cabeza acompañadas de sus fundaciones e instituciones públicas asimiladas al capital: ahora se nos hablará de: emprendimiento (para sustituir derechos laborales), resiliencia esa palabra que no es más que una invitación a poner al mal tiempo buena cara (como deben hacer siempre los pobres que por lo demás es a quien más les llueve) digitalización, vacío de contenidos, etc. 

Hace unos años se nos habló de “aprender a aprender” hoy el concepto ha pasado de moda y ha sido superado. Al menos esta vez no lo han llamado la “revolución educativa” sino “transformación educativa” mucho más en consonancia con los nuevos tiempos que vivimos gobernadas por los hombres dueños de las máquinas y del dinero.

Uno de los ejemplos más cercanos es la promulgación de la LOMLOE. Se justificó en parte por la necesidad de adaptarse a los nuevos tiempos pandémicos, aunque habría salido igual sin el auxilio del Covid, salvo que la digitalización y ciertos negocios habrían ido más despacio. La necesidad de huir del debate social ha hecho que se aprobara de forma rápida y de esta forma acogerse a los llamados fondos de recuperación y resiliencia Covid.

El gobierno ha publicitado un encuentro este otoño prolongación de las múltiples cumbres que se vienen celebrando aunque encabezadas por Global education leadres partnership (GELP) dirigida por la OCDE y una gran alianza de la que forman parte los Gates, Cisco etc., pero que está dirigida desde Londres por Innovation Unit una empresa dedicada a la promoción de servicios públicos, educación, salud y salud mental ,las áreas más rentables del negocio post pandémico. 

 Naturalmente de estas reuniones nunca se encuentran ausentes los grandes muñidores del negocio global educativo como Michael Barber y Andreas Schleicher, hombres relacionados con la multinacional educativa Pearson y naturalmente con las más importantes fundaciones. 

La relación con los Informes PISA se evidencia en la participación de sus responsables a nivel internacional que apuestan por la transformación educativa en nombre del beneficio; otra vez una nueva educación que en realidad es la vieja educación de la banca, resurgida de la crisis de 2008, enseñando ética y diseñando el futuro.

Una de las organizaciones más vinculadas al negocio educativo, en el caso español al Banco de Santander, (empieza por educar), junto con otros grupos filantrocapitalistas, tampoco están dispuestos a perder el tren, por lo que se han aprestado a unirse a la red. De tal manera que tenemos al Banco de Santander como sponsor del informe de la OCDE sobre el aprendizaje adulto en América latina para luego contribuir al desarrollo de cualquiera de los programas a través de sus ONG.

En cualquiera de las páginas de las potentes empresas/fundaciones, vinculadas como la Caixa, Telefónica, Banco de Santander, BBVA, podemos seguir el rastro del negocio, camuflado de bellas palabras:”ayuda al profesorado”,” ayuda a la infancia”… ¿No sería mejor que pagasen más impuestos sobre sus beneficios de escándalo y dejasen la educación, mejor dotada de fondos, en manos de sus profesionales?

Pronto además debemos acostumbrarnos a un nuevo nudo de esta tupida red de empresas-fundaciones-instituciones, son los hubs, (dispositivo de red que conecta diferentes nodos). Se supone que son lugares de conexión entre empresas, fundaciones e instituciones públicas deberían poner un poco de orden en esta maraña de conexiones. 

Se pretende que estas conexiones sirvan a la red “filantrópica” para crear nuevos lugares de encuentro, por ejemplo, la Florida philantropic network, tiene como finalidad guiar a los interesados en la creación de una organización filantrópica que pueda unirse ya a la basta e incomprensible red en la que todas donan dinero a todas. 

La creación de más redes genera una trama cada vez mayor, en cuyos vértices se han de encontrar siempre gobiernos o instituciones públicas que aporten el capital. El negocio no está ya solo en las fundaciones que forman parte de la red, sino en las empresas que construyen estas fundaciones. Hemos dado ya la vuelta a todo: la filantropía es hoy sobre todo un negocio.

Efectivamente se está produciendo una transformación de la educación. El hecho educativo va camino de convertirse en algo muy distinto a un bien público. Vamos camino de transformar la educación en un negocio para beneficio de unos cuantos; que son por cierto quienes aspiran a controlar, si no lo hacen ya, la cultura, el pensamiento y la vida a escala planetaria. En nuestras manos está intentar impedirlo.

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Las páginas de referencia que pueden consultarse para comprobar la información vertida en este artículo, consultadas a fecha 26 de julio de 2022, son.








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