El viernes pasado, se supo que el preso político nativo americano Leonard Peltier, de 77 años, estaba enfermo de COVID-19. Peltier ha estado en prisión por más de 46 años, lo que lo convierte en el preso político más viejo de los Estados Unidos.
Este hecho ha llamado la atención sobre su caso, pero lo cierto es que su libertad ha sido un reclamo permanente de un movimiento desde el primer día de su injusto encarcelamiento.
Durante décadas, activistas estadounidenses y extranjeros junto con personalidades de renombre como el Dalai Lama, el reverendo Jesse Jackson, el senador Patrick Leahy e incluso el Papa Francisco han exigido que se haga justicia en su caso.
Sin embargo, los ex presidentes Bill Clinton, George Bush y Barack Obama hicieron la vista gorda ante el tema, descuidando su papel de corregir un sistema penal que es cruel y disfuncional en el mejor de los casos, como se demuestra tan vívidamente en el caso de Peltier.
Desde que el presidente Joe Biden llegó a la Casa Blanca, se le han presentado varias peticiones, pero todas siguen sin respuesta. Entre los que exigen a Biden que otorgue clemencia ejecutiva al activista de los derechos civiles de los nativos americanos se encuentra el exfiscal James Reynolds, quien ayudó a enviar a Peltier a prisión en 1977 y participó en dos de las tres apelaciones presentadas por la defensa de Peltier.
En su carta al presidente, Reynolds reconoció que fue parte de juicios amañados para enviar a Peltier tras las rejas sin evidencia de culpabilidad.
Pero, ¿por qué Biden debería conceder el indulto ejecutivo a un nativo americano que presuntamente mató a dos agentes del FBI? Reconocer la injusticia podría ser la primera razón para hacerlo, ya que hay muchas pruebas que respaldan la inocencia de larga data de Peltier.
Teniendo en cuenta las declaraciones de Reynolds y toda la evidencia recopilada a lo largo de estas 4 décadas, es claro que el sistema judicial se puso del lado de las agencias gubernamentales, a saber, el FBI, para encontrar culpable a Peltier de un doble homicidio, incluso cuando había evidencia abrumadora que respaldaba su inocencia.
El FBI amenazó e intimidó a los testigos para obtener testimonios prejuiciosos y ocultó pruebas balísticas asegurando que el rifle de Peltier no había disparado las balas que mataron a los dos agentes del FBI.
El juicio fue tan falso que después de que los fiscales admitieran que no sabían quién mató realmente a los agentes, Peltier fue declarado culpable de ayudar e incitar a los asesinatos y condenado a dos cadenas perpetuas en prisión.
También es sospechoso que las otras dos personas que fueron acusadas inicialmente junto con Peltier fueran declaradas inocentes debido a la falta de pruebas consistentes. En un momento Peltier era el único sospechoso que quedaba y alguien tuvo que pagar por la muerte de esos dos agentes.
Otro aspecto del caso es que lamentablemente es una muestra más del trabajo de COINTELPRO ya que, al momento de su arresto, Peltier estaba bajo la vigilancia del FBI por sus actividades en defensa de los derechos de los nativos americanos.
El gobierno quería hacer de él un ejemplo para los demás sobre lo que podría pasarles por defender la justicia para su propio pueblo.
Otra razón por la que Biden debería conceder el indulto es que Peltier cumple los criterios para la conmutación. Lo describió perfectamente el jefe del Comité del Senado que supervisa la Oficina de Asuntos Indígenas, el Senador Brian Schatz.
Escribió una carta al presidente diciendo que Peltier es viejo y padece enfermedades críticas; ya ha cumplido suficiente tiempo en prisión; y, por último, la indisponibilidad de otros recursos en prisión.
Leonard Peltier sufre de diabetes, enfermedad cardíaca, enfermedad renal y presión arterial alta.
Para un hombre que envejece en su condición, contraer COVID-19 en medio de estas circunstancias es nada menos que una sentencia de muerte. Peltier se había quejado antes de que las autoridades de la prisión federal de alta seguridad en Coleman Florida se negaron a darle una vacuna de refuerzo de Covid. Peltier ha descrito la prisión como una “cámara de tortura” desde que comenzó la pandemia.
¿Cómo es posible que a pesar de las súplicas de Peltier de recibir una dosis de refuerzo, las autoridades penitenciarias se la negaron? La Oficina de Prisiones (BOP) argumenta que no han podido vacunar, ni siquiera a los presos mayores, con la dosis de refuerzo.
No obstante, en el mundo exterior, el gobierno emite mandatos de vacunación. Entonces el problema no es la falta de vacunas y recursos sino la voluntad de tratar a los presos como seres humanos.
Sin embargo, Peltier es solo un ejemplo del trato que reciben los presos políticos en Estados Unidos.
Como mencionamos en un artículo relacionado titulado “ Presos políticos en Cuba y en Estados Unidos; Realidad y ficción, parte 2 ”, otros presos políticos como Sundiata Acoli o Mumia Abu-Jamal también contrajeron la COVID el año pasado y también padecen enfermedades graves, y sus vidas aún corren un alto riesgo.
El sistema judicial-penal parece comprometido con la indiferencia hacia los presos en general y los presos políticos en particular y se contenta con dejarlos morir como fue el caso de Russell Maroon Shoats, quien fue liberado en estado crítico y murió solo 51 días después.
Los presos políticos son los casos más visibles, pero el problema afecta a toda la población penitenciaria, que asciende a 2,3 millones de personas.
Una de cada 4 personas encarceladas en el mundo está en los EE. UU.; un país que representa menos del 4% de la población mundial. Es retorcido que a Estados Unidos no le importen.
¿Por qué? ¿Porque la gran mayoría son latinos, negros y pobres? ¿Dónde está el respeto a los Derechos Humanos? ¿Dónde está la empatía y la conciencia social? Esto es algo que la sociedad estadounidense debe analizar con seriedad.
La mayoría de esas personas pueden ser culpables de algunos delitos, pero siguen siendo víctimas de un sistema social y político que las margina y les quita toda posibilidad de una formación digna para el desarrollo o de su reintegración en la sociedad.
En otros casos, el único delito del que pueden ser culpables es ser fieles a sus ideales y luchar por un país más equitativo y justo, como es el caso de Leonard Peltier. Solo en base a eso, todos los que aman la justicia y las causas justas deberían apoyar a Peltier y exigirle a Biden que salve una vida inocente.
“Entrar y salir del encierro el año pasado al menos significaba una ducha cada tercer día y una comida más allá de un sándwich mojado con un poco de mantequilla de maní, pero ahora con COVID como excusa, nada. Sin teléfono, sin ventana, sin aire fresco, sin humanos con los que reunirse, sin la voz de los seres queridos, sin alivio”, como Peltier describió su situación actual en Coleman.
No hay mejor descripción de las condiciones inhumanas de la red penitenciaria de Estados Unidos, que es la más grande y poblada del mundo.
Hoy, estas terribles condiciones se agravaron aún más cuando las 120 prisiones federales de EE. UU. en los EE. UU. se cerraron por completo después de que 2 reclusos fueran asesinados en la prisión federal de Beaumont, Texas, una prisión notoria donde el preso político cubano Ramón Labanino de los 5 Cubanos pasó muchos años. años por monitorear la actividad de los terroristas cubanos que operan en EE.UU. contra su país.
Es evidente que la vida de Peltier corre grave peligro, por lo que el indulto ejecutivo de Biden es una decisión de vida o muerte. La pelota se la queda el presidente que de un plumazo podría liberarlo.
El gobierno de EE. UU. no es conocido por tomar decisiones basadas en una obligación moral, pero Biden podría aprovechar la oportunidad para hacer precisamente eso.
La vida de Leonard Peltier, el valiente nativo americano luchador por la justicia, está en sus manos. Y la pregunta crítica permanece, ¿qué razón podría tener Biden para no liberarlo?
https://mronline.org/2022/02/03/why-wouldnt-biden-grant-clemency-to-leonard-peltier/
