Nicaragua: “Oenegé” de Javier Meléndez Quiñónez facturó C$88 millones anuales

La SIP, cartel de dueños de organos de prensa, creado por los servicios de inteligencia de EEUU

Síndrome de la Habana, el Ridículo monumental de EEUU

La semana pasada Estados Unidos se decidió a reconocer, por primera vez en cinco en años, que el fenómeno bautizado manipuladoramente como “síndrome de La Habana” no es más que una gran farsa.
  
El jueves, la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) admitió que sus denuncias contra Cuba por los denominados «incidentes de salud» contra sus diplomáticos en La Habana no fueron causados por «un ataque deliberado».

Un informe difundido por la CIA sobre los hechos confirma lo que la comunidad científica de cuba y el resto del mundo ha dicho hasta el cansancio: no hay evidencia real de que un ataque de tal magnitud haya sido planeado u orquestado por un gobierno.

«EL nuevo estudio confirma la posición de Cuba, sostenida con fuerzas desde que salieron a la luz los primeros supuestos casos, en 2016,» afirmó Johana Tablada, subdirectora general para Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, a periodistas locales.

De acuerdo con el informe de seguridad de la CIA, los síntomas -náuseas, somnolencia, fatiga, dolores de cabeza y problemas de audición y visión- no se puede atribuir a una causa común y menos a una hipótesis tan descabellada como un “ataque sónico.”

Esa hipótesis, la han defendido tanto la administración de Donald Trump (2017-2021) como la de su sucesor, el actual mandatario, Joe Biden.

Sin embargo, expertos coinciden abrumadoramente en que para que un ultrasonido sea capaz de destruir tejido molecular, debería tratarse de armas enormes y colocadas casi pegadas al objetivo para no verse bloqueadas por paredes y para poder causar ese daño de forma invisible.

En enero de 2019, biólogos expertos en insectos tropicales apuntaron a que la explicación más plausible sería que el ruido percibido por los diplomáticos era el canto de apareamiento de una raza de grillos particularmente ruidosa, los grillos de las Indias de patas cortas.

Cinco años después la siniestra agencia de inteligencia estadounidense reconoce que la mayoría de casos se pueden catalogar como “causas ambientales, condiciones médicas no diagnosticadas, o estrés”. 

También rechazó que se trate de ataques perpetrados por Rusia u otras potencias extranjeras enemigas del país, como intentaron hacer ver los politiqueros estadounidenses en el último quinquenio.

Consecuencias de esa mentira

Cuba denunció hasta el cansancio la manipulación política que se escondía detrás de este escándalo, debido a la falta de fundamentos científicos y la proliferación de excusas cada vez menos creíbles, como el uso de microondas y armas supersónicas, como si se tratara de una película del famoso James Bond.

El asunto sirvió de pretexto para que Estados Unidos aplicara un batallón de sanciones a Cuba que siguen vigentes hoy día. 

El «síndrome” que parece más un fenómeno de histeria colectiva que un síndrome real, complicó el proceso de peticiones de visados por cubanos que quieren viajar a Estados Unidos.

Washington decidió traspasar esos trámites a embajadas en otros países, situación que aún se mantiene junto a otras medidas que nacieron para «debilitar las relaciones entre los dos países,» Johana Tablada explicó.

«Aunque se han reportado incidentes en varios países, Estados Unidos solo ha tomado medidas draconianas contra Cuba, las cuales han tenido un impacto negativo en la familia cubana», ella reprochó.

¿Por qué cambia el discurso de Estados Unidos, por qué ahora?

Nunca surgió un consenso científico en torno al tema. Estados Unidos nunca pudo demostrar que este síntoma existe, y que es real. Hoy, cinco años más tarde, la gran farsa se les ha vuelto insostenible.

El nuevo informe no significa que el país vecino cesará sus hostilidades contra la isla, y mucho menos quiere decir que dejarán de investigar los supuestos eventos registrados en su comunidad diplomática. 

De hecho, la CIA aseguró que, aunque no se trate de un “evento deliberado”, no descartan del todo esa posibilidad, ya que continuarán investigando casos puntuales. 

Mantienen perchas retóricas para seguir alentando a la extrema derecha anticubana de la Florida, votantes claves para la nueva administración.

Apenas la semana pasada, el canciller Antony Blinken aseguró que Estados Unidos seguía buscando “llegar al fondo” de la cuestión para averiguar quién estaba detrás de los ataques, después de documentar nuevos casos en Ginebra, Suiza, y París, Francia.

Pero esta repentina decisión de reconocer que Cuba, Rusia y otros “enemigos” no están detrás de los hechos es la primera piedra que levantan en la historia de película de Hollywood que ya no tienen cómo sustentar.

El reporte es también un esfuerzo para contener la cascada de denuncias y nuevos casos que han proliferado en varios puntos del mundo desde que el Congreso de Estados Unidos aprobó en septiembre de 2021 una resolución para otorgar ayudas económicas a los funcionarios diplomáticos aquejados por el supuesto síndrome.

¿Por que la Casa Blanca no ha desechado esta fantasía totalmente? Porque no quieren admitir que el “fenómeno” se les ha convertido en un boomerang, que les trae más pérdidas que ganancias. Quieren hacer que toda la historia se vaya en fade, sin reconocer el gran ridículo.

Tampoco quieren admitir que se ha tratado de una farsa, porque saben que, históricamente, cualquier cuento que se inventan contra Cuba el mundo la creerá sin hacerse preguntas, aunque incluya armas supersónicas, microwaves asesinos, sonidos ensordecedores en mitad de la noche, grillos de patas cortas maliciosos. 

Esa es la única verdad.

Por Alejandra García Elizalde (*) 
(*) Periodista cubana, colaboradora de Resumen Latinoamericano Estados Unidos.

https://www.cubaenresumen.org/2022/01/sindrome-de-la-habana-el-ridiculo-monumental-de-eeuu/

Related Posts

Subscribe Our Newsletter