Nicaragua: “Oenegé” de Javier Meléndez Quiñónez facturó C$88 millones anuales

Nicaragua: “Oenegé” de Javier Meléndez Quiñónez facturó C$88 millones anuales

Nicaragua: Si el adversario no descansa, nosotros no dormimos.


Como todos sabíamos o al menos sospechábamos, al concluir las elecciones presidenciales y legislativas en Nicaragua con un triunfo arrollador para el Frente Sandinista, nuestros adversarios en el exterior aumentarían el volumen de sus ataques a nuestra patria y su gobierno, utilizando todo el arsenal de acciones hostiles (públicas y encubiertas), que incluyen presiones en el ámbito político, diplomático y jurídico y que incluso amenazan con escalar al campo financiero y comercial, teniendo como peligroso límite la acción militar.

Desde abril del 18, Nicaragua ha sido blanco de la doctrina de “Guerra de Cuarta Generación” yanqui que incluye la guerra asimétrica y todo el arsenal de armas y herramientas en el campo de las comunicaciones, psicológico y de control de masas que el agresor imperialista ha desarrollado y utilizado a través de toda su nefasta historia

Todo esto con el objetivo de desestabilizar y destruir a un gobierno soberano de un pequeño país que no encaja en la política de dominación e imposición del gran hegemón que hoy se sabe en decadencia.

La utilización de la OEA como instrumento de presión de los gringos hacia el gobierno sandinista era algo esperado (aunque sí nos sorprendió la unión de último momento a este coro de serviles por parte de gobiernos del Continente, que siguen llamándose “de izquierda” y “populares”), sin embargo, su teatralmente anunciada aplicación del artículo veintiuno de la Carta Democrática Interamericana (es decir la expulsión de Nicaragua de la OEA y sus instrumentos), que pretendía ser una acción política consensuada que trataría de exponernos, lesionar el decoro nacional ante la opinión internacional y humillarnos públicamente, no pudo ser. 

Como decimos popularmente los nicaragüenses: “Los tempraneamos”.

No pudo ser, pues aunque nuestro gobierno siempre propugnó por dignificar con su presencia a lo que quedaba de esa organización, al final tomó la decisión de denunciar el tratado, es decir decidió retirarse de la de esa organización haciendo uso de los mismos estatutos, dejando a nuestros adversarios con las ganas de pisotear nuestra dignidad y exhibiendo ante el mundo qué es en realidad la OEA: Un instrumento que no sirve a la democracia, al desarrollo y a la paz de los países del Continente americano sino, una marioneta muy útil para los intereses de la política exterior yanqui.

De ahora en adelante, todo lo que ahí se diga o haga con respecto a Nicaragua (reuniones de representantes permanentes, cónclaves de cancilleres, reuniones extraordinarias, asambleas generales, pronunciamientos, condenas, llamamientos, etc.) sean amenazas o halagos para “que volvamos al redil de la Democracia”, será nada más que espectáculo para tratar de seguir influyendo en la opinión pública internacional, en su fallida intención de aislarnos.

Sin embargo, esta obcecación además de hacerle el juego a la política exterior gringa, persigue un objetivo vital para la OEA: Retardar el mecanismo de relojería en marcha, encaminado a la implosión de ese organismo inútil a la causa de los pueblos latinoamericanos. 

Su último traspié (su activa participación en el golpe de Estado al gobierno del Presidente Evo Morales) puso al descubierto ante la opinión pública global su servilismo e inutilidad a la causa de los pueblos latinoamericanos y la traición a sus propios estatutos y objetivos de fundacionales. Necesita demostrar que “todavía sirve a la causa”.

Al finalizar el periodo de ley de dos años a partir de la denuncia del tratado y se concrete el retiro, también dejaremos de ser socios del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), al igual que dejaremos de pertenecer a otros instrumentos y organizaciones de la OEA, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Pero eso no tendrá la repercusión fatal que los medios de la derecha pregonan, pues nuestra cartera de préstamo con el BID ya es muy amplia y existen otras instituciones financieras multilaterales internacionales públicas y privadas (de las cuales somos socios activos y que constantemente nos evalúan, destacándonos como socios idóneos y muy responsables) y otras a las que tenemos potencialmente acceso como nación cumplidora de sus compromisos financieros.

A nivel político los gringos ya mostraron sus “Ases”: Un paquete de leyes punitivas y abiertamente reñidas con el Derecho Internacional que pretenden golpear nuestra economía, limitar nuestro derecho a tener los socios y amigos internacionales que queramos y asustar a los pusilánimes. Un compendio de medidas imperialistas ya utilizadas por ellos en Nicaragua en muchas ocasiones durante los últimos cien años de nuestra historia.

Según el gobierno gringo, prohibir la entrada a los EE UU a funcionarios de todo nivel del Estado de Nicaragua, a sus familiares e incluso a personas privadas que tengan nexos de trabajo o de cualquier tipo con las actividades propias del Estado en el área empresarial, comercial o financiero deberá de producir una “estampida” o al menos importantes deserciones laborales en áreas sensibles del área pública, que incluye a personal militar, policía y altos y medios cargos gubernamentales. 

En este decreto del ejecutivo gringo la trampa está en la difusa promesa del otorgamiento de una especie de “perdón” a aquellas personas que rompan definitivamente su relación con el gobierno y Estado nicaragüense de una forma demostrable.

Es decir, esta medida hostil busca incitar al abandono de sus empleos para desorganizar la administración pública y los procesos productivos, crear miedo e incertidumbres en la población, estimular la deserción de los militantes del FSLN y en muchos casos la clara traición a la patria, se convierte en un arma “licita” de la política injerencista gringa hacia nuestro país.

La amenaza (convertida en Ley por el Congreso gringo) con “revisar” la participación de Nicaragua en el Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica, República Dominicana y Estados Unidos (DR-CAFTA), es también usada por la ultraderecha atrincherada en el poder legislativo gringo como arma psicológica, haciendo creer a través de sus medios masivos de desinformación que es posible expulsarnos de ese tratado comercial multilateral por la voluntad de uno sólo de los socios. 

Algo que no es posible si nos atenemos a las cláusulas del propio Tratado suscrito. Incluso, si llegáramos al extremo que así sucediera por manipulación de los gringos, eso en ningún momento sería un golpe incontestable para nuestra economía. El DR-CAFTA es uno de tantos tratados suscritos por nuestro país y podemos perfectamente vivir y progresar sin él.

Los “amigos” del norte tratan de evitar a toda costa que nuestro gobierno profundice para bien de nuestro país las relaciones diplomáticas y económicas con Rusia, China, Irán, Venezuela, Cuba, Vietnam, Turquía y otras naciones de todos los Continentes. 

Este propósito nefasto no ha sido ni podrá ser alcanzado por nuestros adversarios pues estos Estados no obedecen más que a sus propias leyes y su política internacional se rige por el Derecho Internacional, la cooperación, el respeto, la solidaridad entre los pueblos y la paz. Aún en el área centroamericana (tan obediente a los EE UU) y el Caribe seguimos manteniendo excelentes relaciones comerciales con nuestros vecinos, pues con este intercambio, independientemente de la filiación política de su respectivo gobierno, se aseguran las cadenas de suministros vitales para sus ciudadanos.

Esta política de chantaje, desestabilización y mentiras es asumida por otros gobiernos (principalmente Canadá, Unión Europea y las oligarquías latinoamericanas) que han intentado crear en sus espacios un estado de opinión adverso a nuestros gobiernos a partir de informes tendenciosos y plagados de falsedades de la CIDH (que solo en este año se ha “pronunciado” treinta veces en contra del gobierno de Nicaragua) e incluso del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU (que cada vez luce más desinformado y parcial), actuando de voceros del derrotado golpismo en Nicaragua y los influyentes centros ideológicos ultra-conservadores de EE UU y Europa.

A esto hay que sumarle las declaraciones y posicionamiento mediático de líderes de la supuesta “izquierda” latinoamericana y europea, que incluyen a gobernantes y candidatos a la presidencia de algunos países que se aseguran “no molestar” a los gringos y los votantes de sus respectivos países.

Estando al borde de la desintegración del ultra-derechista Grupo de Lima (creado por los gringos con el fin de frenar el triunfo en la urnas electorales en América Latina de gobiernos de corte popular y para también desestabilizar a los gobiernos socialistas y progresistas del área), el Imperialismo yanqui y la ultraderecha busca una nueva quinta columna en la izquierda iberoamericana, esta vez en foros de clarísima tendencia socialdemócrata o por lo menos reformistas, como el Grupo de Puebla de donde se ha excluido la participación de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Una especie de “fuego amigo” disparado desde la retaguardia, donde están los que se dicen “progresistas”, “anti-imperialistas” e incluso “socialistas”.

A lo interno el país se mantiene en calma. Gobierno, trabajadores y empresarios esforzándose al máximo por superar los estragos a nuestra economía de la “tormenta perfecta” (intento de golpe de Estado, daños de dos huracanes consecutivos y la pandemia) y retomar el paso de crecimiento y cumplir con las metas socioeconómicas trazadas por el Plan de Desarrollo Humano. Confiando en su dirigencia.

Este clima de paz y trabajo no ha podido ser empañado con la virulencia antisandinista de los principales jerarcas de la Iglesia católica nicaragüense, personajes que han convertido los púlpitos de sus Iglesias en “tranques” de un golpismo aunque derrotado aun persistente en las mentes de organizadores y participantes del mismo. 

Sin embargo, pese al gran despliegue mediático en el extranjero y el financiamiento para estos menesteres que no deja de fluir, estos personajes no han podido influir ni en la gran masa de la feligresía católica del país, ni en la posición oficial del Vaticano y la Iglesia católica global. Aunque está claro que continuaran con su misión anti-patriótica.

Grandes pruebas esperan a nuestra nación en los meses próximos. Los gobiernos y organizaciones que ya conocemos continuaran por el camino hostil del desconocimiento político al nuevo gobierno otra vez encabezado por el Comandante Daniel Ortega, intentaran golpear nuestra economía, nos provocaran para que cometamos errores, seguirán castigando con sus “sanciones” a funcionarios e instituciones, intentaran echarnos de espacios internacionales, promover crisis migratorias artificiales, ahogarnos financieramente, mientras que los vendepatrias seguirán abogando por que se lastime a nuestro país con medidas cada vez más extremas por parte de la ultraderecha global.…Pero todo será inútil.

El mundo ya no es unipolar y decenas de gobiernos, junto a cientos de pueblos dignos no se afilian a este concierto perverso, manteniendo y desarrollando relaciones políticas, económicas de amistad y solidaridad, suficientes para continuar colaborando con el desarrollo de nuestro país que no abandona sus principios de independencia, soberanía y paz.

A escala, somos una potencia en producción de alimentos, garantizando soberanía alimentaria y creando excedentes para la exportación a vecinos y países lejanos que necesitan abastecer la alacena de sus ciudadanos lo que asegura divisas e intercambio comercial.

Contamos con un pueblo trabajador y digno que no está dispuesto a abandonar su tierra y a su gobierno.

Los gringos tienen una mala experiencia histórica con Nicaragua, pues con pocos recursos pero con gran voluntad y unidad los hemos vencido y esta vez no será la excepción.

Nuestro gobierno y dirigencia trabaja en busca de los caminos que garanticen prontamente la reconciliación nacional y la paz entre los nicaragüenses, se esfuerza en reconstruir un dialogo internacional que lleve a relaciones de respeto y colaboración, aun en medio de la discordancia en otros aspectos y fortalece los lazos políticos, diplomáticos y económicos gobiernos aliados y amigos para garantizar que en cualquier situación, el esfuerzo por construir una nación de progreso y paz no se detenga. La confrontación no puede ser para siempre.

Pero por si acaso, debemos estar preparados para la resistencia y la lucha.

Edelberto Matus.

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