Decenas de organizaciones cívicas entregaron las firmas de más de 25.000 ciudadanos que demandan la renuncia del senador republicano Ted Cruz y de otros 17 legisladores y funcionarios de Texas, acusándolos de “complicidad” en la insurrección del 6 de enero en Washington DC.
Aunque esta coalición la integran grupos aliados de los demócratas como Voto Latino y Move On, ya el lunes una organización llamada Republican Accountability Project instaló en San Antonio carteleras callejeras con el texto: “Usted mintió acerca de la elección. Y el Capitolio fue atacado. Renuncie”.
Las demandas presentadas hoy en las oficinas de Cruz en Austin, Houston, Dallas y Washington DC respaldan un comunicado según el cual “a pesar de decenas de querellas en los tribunales y sin evidencia alguna de fraude (en las elecciones presidenciales de noviembre pasado, en que Joe Biden derrotó a Donald Trump), el senador Cruz ha dicho repetidas veces que los resultados electorales, incluso en estados que él no representa, fueron irregulares”.
“El senador Cruz tiene sangre en sus manos. Ha perdido el derecho de representar a Texas en el Senado de Estados Unidos”, añadió la declaración en referencia al asalto al Congreso que dejó al menos cinco personas muertas y decenas de heridos.
María Teresa Kumar, presidenta de Voto Latino, señaló en una declaración escrita que “para que el país se una después de los acontecimientos en el Capitolio, quienes son responsables, incluido el senador Cruz, deben rendir cuentas”.
“No podemos permitir que quienes traicionaron su juramento de fidelidad a la Constitución se deslinden de sus intentos por cuestionar el resultado de una elección libre. Sin rendición de cuentas, esta herida jamás sanará y el país seguirá dividido”, añadió.
En su campaña política más reciente, Cruz, de 50 años de edad e hijo de inmigrante cubano, se postuló para la reelección y la contienda con su rival demócrata Beto O’Rourke se convirtió en la elección más costosa en la historia del Senado. Cruz recibió 50,9 % de los votos frente al 48,3 % del demócrata.
De acuerdo con el Proyecto de Política de Texas, en la Universidad de Texas (Austin), desde que llegó al Senado en 2012 con un índice de opinión favorable del 23 %, Cruz ha mejorado su aceptación pública en su estado pero nunca ha superado el 49 % de popularidad.
Durante la campaña presidencial de 2016, Cruz, al igual que una docena de republicanos, buscó la candidatura republicana y se topó con los insultos del advenedizo Donald Trump, quien llegó a sugerir que el padre del senador había estado involucrado en el asesinato, en 1963, del presidente John F. Kennedy.
Después del triunfo de Trump, Cruz se convirtió en aliado del presidente y cuando el Congreso se reunió a comienzos de enero para dar la certificación final al resultado electoral de 2020, el senador de Texas fue uno de los cinco republicanos en la cámara alta que votó cuestionar ese escrutinio.
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