Nada cambiará fundamentalmente después de enero de 2021. Tal como lo prometió oficialmente Joe Biden, los Estados Unidos seguirán la guerra híbrida contra China. Pero ojo, Beijing lo ha entendido perfectamente.
Washington pretende impedir las Nuevas Rutas de la Seda
Siete años después de ser lanzadas por el presidente Xi Jinping (primero en Astana y luego en Yakarta) las Nuevas Rutas de la Seda o la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) han vuelto cada vez más desequilibrada a la oligarquía plutocrática estadounidense.
La inclemente paranoia sobre la “amenaza” china tiene mucho que ver con la rampa de salida ofrecida por Beijing a un Sur Global que ha vivido permanentemente endeudado con la explotación del FMI / Banco Mundial.
En el antiguo orden, las élites político-militares rutinariamente eran sobornadas a cambio del acceso irrestricto a los recursos de sus naciones, junto con programas de privatización y austeridad (“ajuste estructural”).
Este modelo se prolongó durante décadas hasta que las Nuevas Rutas de la Seda(BRI) se convirtieron en un nuevo estándar para la construcción de infraestructuras, ofreciendo así una alternativa a las formas de dominación imperial.
El modelo chino permite todo tipo de impuestos, ventas, alquileres, arrendamientos y beneficios paralelos.
En otras palabras, significa fuentes adicionales de ingresos para los gobiernos anfitriones, con un corolario importante: pueden liberarse de los diktats neoliberales del FMI / Banco Mundial. Esto es lo que está en el corazón de la oferta “ganar-ganar” del gobierno chino.
Además, el enfoque estratégico de BRI, en el desarrollo de infraestructuras no sólo en Eurasia sino también en África abarca un importante cambio del tablero geopolítico.
La BRI está permitiendo que vastas franjas del Sur Global se vuelvan completamente independientes de la trampa de la deuda impuesta por Occidente.
Para muchas naciones, esto es un asunto de interés nacional. En este sentido, la BRI debe considerarse como un mecanismo económico post-colonialista.
La BRI de hecho tiene la simplicidad de Sun Tzu aplicada a la geoeconomía: “Nunca estorbes al enemigo cuando esté cometiendo un error”.
En este caso occidente ha esclavizando al Sur Global a través de una deuda perpetua. “Y luego usa sus propias armas”. En este caso “ayuda” financiera, para desestabilizar al Imperio.
El mandatario electo de Estados Unidos, Joe Biden con el presidente de la República Popular China, Xi Jinping.
Los mongoles y las antiguas Rutas de la Seda
Nada de lo anterior, por supuesto, está destinado a dar una serenata al volcán de la paranoia, este seguirá escupiendo una avalancha de alertas rojas las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Seguirán ridiculizando a las Nuevas Rutas de la Seda como “mal definidas, mal administradas y visiblemente fallando”. “Visiblemente”, solo para los excepcionalistas, por supuesto.
Como era de esperar, el volcán paranoico se alimenta de una mezcla tóxica de arrogancia y grosera ignorancia de la historia y cultura china. Xue Li, director del Departamento de Estrategia Internacional del Instituto de Economía y Política Mundial de la Academia China de Ciencias Sociales, ha demostrado cómo “después de que se propuso la Iniciativa de la Franja y la Ruta en 2013, la diplomacia de China ha pasado de mantener un perfil bajo para ser más proactivo en los asuntos globales.”
“La política de ‘asociación en lugar de alianza’ es poco probable que cambie en el futuro. El hecho indiscutible es que la diplomacia de las alianzas de los países occidentales hoy es el escogido por unos pocos países del mundo. La mayoría de los países optan por la diplomacia no alineada, además, la gran mayoría de ellos son países en desarrollo de Asia, África y América Latina.”
Los atlantistas están desesperados porque el “sistema de diplomacia de la alianza” está en decadencia.
La abrumadora mayoría del Sur Global se está reconfigurando como un Movimiento de Países No Alineados (MNOAL) recientemente energizado. Es como si Beijing hubiera encontrado una manera de revivir el Espíritu de Bandung nacido en 1955.
A los académicos chinos les gusta citar un manual imperial del siglo XIII, según el cual los cambios en la política deberían ser «beneficiosos para el pueblo». Si solo benefician a los funcionarios corruptos, el resultado es luan (“caos”). De ahí el énfasis chino del siglo XXI en la política pragmática en lugar de la ideología.
Rivalizando con los paralelismos de las dinastías Tang y Ming, en realidad es la dinastía Yuan la que ofrece una compresión al funcionamiento interno de BRI. Así que vayamos a un breve viaje de regreso al siglo XIII, cuando el inmenso imperio de Genghis Khan fue reemplazado por cuatro kanatos:
Había el Kanato del Gran Khan, que se convirtió en la dinastía Yuan, gobernando China, Mongolia, Tíbet, Corea y Manchuria.Teníamos el Ilkhanate, fundado por Hulagu (el conquistador de Bagdad) gobernando Irán, Irak, Azerbaiyán, Turkmenistán, partes de Anatolia y el Cáucaso.Teníamos la Horda Dorada que gobernaba la estepa euroasiática del noroeste, desde el este de Hungría hasta Siberia, y sobre todo los principados rusos. Y tuvimos al Chaghadaid Khanate (llamado así por el segundo hijo de Genghis Khan) gobernando Asia Central, desde el este de Xinjiang hasta Uzbekistán (hasta que Tamerlán llegó al poder en 1370).
En esa época se produjo una enorme aceleración del comercio a lo largo de las Rutas de la Seda de Mongolia.Todos estos gobiernos controlados por los mongoles privilegiaron el comercio local e internacional. Eso se tradujo en un auge de los mercados, los impuestos, las ganancias y el prestigio. Los kanatos compitieron para conseguir las mejores mentes comerciales.
Establecieron la infraestructura necesaria para los viajes transcontinentales ( BRI del siglo XIII , ¿alguien?) Y abrieron el camino para múltiples intercambios entre civilizaciones entre el Este y el Oeste.
Cuando los mongoles conquistaron Song en el sur de China, expandieron el comercio terrestre hacia las Rutas Marítimas de la Seda. La dinastía Yuan controlaba los poderosos puertos del sur de China. Entonces, cuando hubo algún tipo de turbulencia por tierra, el comercio cambió a los mares.
Los ejes clave fueron a través del Océano Índico, entre el sur de China y la India, y entre la India y el Golfo Pérsico o el Mar Rojo. La carga viajaba por tierra a Irán, Irak, Anatolia y Europa; por mar, a través de Egipto y el Mediterráneo hasta Europa; y de Adén al este de África.
También estaba la ruta marítima de comercio de esclavos occidental entre los puertos de la Horda de Oro en el Mar Negro y Egipto, dirigida por comerciantes musulmanes, italianos y bizantinos. Los puertos del Mar Negro transitaban mercancías de lujo que llegaban por tierra desde el Este. Y las caravanas viajaban tierra adentro desde la costa india durante las peligrosas temporadas de los monzones.
Esta frenética actividad comercial fue el proto-BRI; alcanzando su cúspide en las décadas de 1320 y 1330 hasta el colapso de la dinastía Yuan en 1368 en paralelo con la Peste Negra en Europa y el Oriente Medio. El punto clave: todas las carreteras terrestres y marítimas estaban interconectadas. En el siglo 21 los planificadores de la Nuevas Rutas de la Seda estudian con atención una larga memoria histórica.
“Nada cambiará fundamentalmente”
Ahora comparemos este tipo de intercambio comercial y cultural con la paranoia provincial, anti-BRI y anti-China de los Estados Unidos. Lo que obtenemos es el antiguo pensamiento de Mike Pompeo cuando era director de la CIA “mentimos, engañamos, robamos”.
Hoy, el todavía jefe de la Diplomacia estadounidense sigue emitiendo diatribas sobre el “desafío de China”, o la Armada estadounidense vuelve a poner en servicio la Primera Flota (probablemente con base en Perth) para mantener “el dominio marítimo en una era de competencia de grandes potencias”. Más inquietante aún, son los enormes recursos de la Ley de Autorización de Defensa Nacional (NDAA) que autoriza la descomunal cifra 740.5 mil millones de dólares, que acaba de aprobar la Cámara por 335 votos contra 78.
Se trata de financiar el Pentágono el próximo año, que será supervisado en teoría por el general Lloyd Austin, el último “general al mando” de los EE. UU. en Irak y que dirigió el CENTCOM entre el 2013 y el 2016 (el general Lloyd Austin se retiró por una jugosa puerta giratoria para ser parte la junta directiva de la empresa privada Raytheon). Austin, un típico personaje de puertas giratorias apoyó la guerra en Irak, la destrucción de Libia y supervisó el entrenamiento de los “rebeldes moderados” sirios, también conocidos como al-Qaeda, que mataron a innumerables civiles sirios.
La nueva ley de Defensa Nacional de EEUU, como era de esperar, tiene muchas “herramientas para disuadir a China”. Estos instrumentos incluirán:
1. La denominada “Iniciativa de disuasión del Pacífico” (PDI), código para la contención de China en el Indo-Pacífico mediante el refuerzo del Quad.
2. Operaciones masivas de contrainteligencia.
3. Una ofensiva contra la “diplomacia de la deuda”. Esto es una tontería: los acuerdos de BRI son voluntarios, en los que todos ganan y están abiertos a la renegociación. Las naciones del Sur Global los privilegian porque los préstamos son a bajo interés y a largo plazo.
4. Reestructurar las cadenas de suministro globales que conducen a EEUU. ¡Buena suerte con eso! Las sanciones contra China seguirán vigentes.
5. Una presión generalizada que obliga a las naciones a no usar Huawei 5G.
6. El reforzamiento a Hong Kong y Taiwán como caballos de Troya para desestabilizar China.
El director de Inteligencia Nacional, John Ratcliffe, ya ha marcado la pauta: “Pekín pretende dominar a Estados Unidos y al resto del planeta económica, militar y tecnológicamente”. Tenga miedo, mucho miedo del malvado Partido Comunista de China, “la mayor amenaza para la democracia y la libertad en todo el mundo desde la Segunda Guerra Mundial”.
Entonces, nada cambiará fundamentalmente después de enero de 2021, como lo prometió oficialmente Biden-Harris: seguirá la Guerra Híbrida contra China, desplegada en todo el espectro. Ojo, Beijing lo ha entendido perfectamente. ¿Y qué pasará en la realidad?
La producción industrial de China seguirá creciendo, mientras que en Estados Unidos seguirá disminuyendo.
Habrá más avances por parte de los científicos chinos, como es el caso de computación cuántica fotónica, que ha sido capaz de procesar 2.600 millones de datos en 4 minutos.
Al parecer, el espíritu de la dinastía Yuan del siglo XIII seguirá inspirando a la BRI.
Traducción: Cronicón
Fuente: Asia Times
https://www.investigaction.net/es/biden-continuara-la-guerra-hibrida-contra-china/