Hace exactamente 100 años fue presentado el ambicioso plan para electrificar la Unión Soviética, un plan que ha sido calificado como una fantasía utópica, pero resultó ser un éxito rotundo. Este proyecto acabaría rehabilitando el desarrollo no solo de la industria energética, sino de toda la economía nacional del país más grande del mundo.
Bautizado como GOELRÓ, por sus siglas en ruso, se convirtió en el primer plan para el desarrollo de la economía del país euroasiático en ser adoptado e implementado después de la Revolución de Octubre de 1917. Fue propuesto el 22 de diciembre de 1920 durante el VIII Congreso Panruso de los Sóviets, celebrado en el teatro Bolshoi, donde fue ratificado y aprobado después de una espectacular presentación.
El evento fue llevado a cabo al más alto nivel técnico para la época, con la demostración de una enorme maqueta de electrificación de Rusia, que también estaba electrificada.
Así, unas bombillas brillantes deslumbraban los lugares donde estaba previsto construir las centrales eléctricas, mientras que unas líneas deslumbrantes ilustraban los tendidos eléctricos que todavía no existían.
Todo este espectáculo también causó una gran impresión porque todos estos elementos se encendían a medida que el presentador contaba sobre ellos.
Con ello, un hecho irónico sirvió de ilustración de la situación que vivía Rusia en 1920 en cuanto al abastecimiento de electricidad: la iluminación del Kremlin y del teatro Bolshoi durante el evento consumieron toda la electricidad generada en Moscú, dejando el resto de la ciudad sumergida en total oscuridad.
La utopía de los electricistas
El plan GOELRÓ se desarrolló por iniciativa del líder soviético, Vladímir Lenin, quien era un gran entusiasta de la electrificación de Rusia.
"El comunismo es el poder soviético más la electrificación de todo el país, ya que la industria no puede desarrollarse sin electrificación", declaró.
Sin embargo, esta iniciativa fue tildada de una fantasía en muchas partes del mundo, donde se creía que la electrificación de Rusia, y posteriormente la URSS, sería imposible. Así, tras reunirse con Lenin, el autor británico Herbert George Wells criticó duramente estos planes en su artículo titulado Rusia en las sombras.
"El hecho es que Lenin, quien como un buen marxista ortodoxo denuncia a todos los ‘utópicos’, ha sucumbido finalmente ante una utopía, la utopía de los electricistas", comentó Wells.
Según él, un plan semejante tendría éxito en un países más pequeños y poblados más densamente, pero en caso de Rusia suponía "un esfuerzo mucho mayor a la imaginación constructiva".
Sin embargo, el plan GOELRÓ era más elaborado de lo que se creía, puesto que se basaba en el plan elaborado en 1915 y 1916 por Gleb Krzhizhanovski, quien argumentó la importancia de la construcción de las potentes centrales eléctricas regionales.
Así, en un principio estaba prevista la construcción de 10 plantas térmicas y otras 20 hidroeléctricas, que serían unidas en unos grandes sistemas eléctricos. De hecho, fue Krzhizhanovski quien encabezó la elaboración del plan en el marco de la Comisión GOELRÓ, formada en febrero de 1920.
Una fantasía hecha realidad
Estaba pensado que el proyecto debía cumplirse en un plazo de unos 10 o 15 años, y ya para el 1931 el plan fue sobrepasado. De hecho, en lugar de un aumento del 450%, en 1932 la generación de electricidad había aumentado en un 700% en comparación con 1913.
A modo de comparación, el desarrollo de una red eléctrica en el Reino Unido, denominada Grid System, comenzó en 1926, y comenzó a funcionar a plena potencia tan solo en 1947.
Con ello, cabe destacar que el país europeo tenía un área 170 veces más pequeña que la Unión Soviética, lo cual pone incluso de mayor relieve el hito logrado en el marco del plan GOELRÓ.
En gran medida, una proeza que era considerada como no factible ha sido posible gracias el hecho de que el ámbito de la electricidad se desarrollaba a un ritmo trepidante en la época de Rusia Zarista, y continuó haciéndolo bajo el Gobierno Comunista. Un ejemplo de ello son los inventores Pável Yablochkov y Aleksandr Lodygin, quienes le regalaron al mundo las lámparas de arco voltaico y de incandescencia mucho antes de que Thomas Edison presentara sus desarrollos.
Otro importante avance ruso en el ámbito de la electrificación fue el desarrollo del sistema de corriente trifásica por Mijaíl Dolivo-Dobrovólski.
Estos, y otros logros sirvieron de cimiento para la electrificación del país más grande el mundo en el marco del plan GOELRÓ.