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Nicaragua: Una nueva resurrección



No cabe duda que el paso de ETA y de IOTA por Nicaragua fue devastador. Lo fue también para Honduras, El Salvador y Guatemala, a los que afectó en condición de tormenta, pero a nosotros nos dio en la nariz, como huracanes en categoría 4 y 5 cinco respectivamente con una furia que para efectos prácticos licuó todo lo que estaba en la trayectoria de tan destructores monstruos.


No es la primera vez que, por nuestra posición geográfica en la cintura, centro y ombligo de las américas nos golpea un huracán. Desde 1892 que tenemos registros de estos fenómenos en nuestro territorio solo el Mitch, por falta de previsión y responsabilidad del gobierno de Arnoldo Alemán y por la precaria infraestructura existente fue peor que el ETA y el IOTA que se sucedieron unos tras otro con apenas un intervalo de trece días y con un ancho tan aterrador que abrazó en su furia desde el centro sur de Nicaragua hasta Guatemala.

El ETA no produjo muertos, pero creó las condiciones para que el IOTA que furiosamente venía al remate nos causara hasta ahora 21 muertos y roguemos a Dios que no resulten más, todos ellos fueron un efecto indirecto del huracán por las situaciones en que se dieron donde la responsabilidad personal pudo haberlos evitado, pero que ahora son las estadísticas más dolorosas porque son irrecuperables.

En cuanto a lo material se refiere la evaluación continua, aunque preliminarmente tengamos una idea que alcanza los 18 mil millones de dólares y sumando porque hasta hoy no se consideran los daños en lugares que no son accesibles y que requieren de un análisis más científico que el simple inventario de las miles de viviendas afectadas, de los caminos destruidos, de los puentes colapsados, de los hospitales, clínicas médicas, escuelas, sedes institucionales del estado, pequeñas, medianas y grandes empresas y por supuesto el impacto ambiental porque en este tema debemos reconocer que la característica huracanada de los fenómenos fue una embestida salvaje contra nuestros recursos naturales.

Ciertos que la tarea que tenemos por delante todos los nicaragüenses de buena voluntad para ser parte de la reconstrucción que ya está en marcha consumo en éste momento el deseo de ponerme de pie, levantar orgullosa mi frente como ciudadano de este país y aplaudir sonora y extendidamente a todos esos héroes, que alimentados por una conciencia humana que nos hace únicos, no se cruzaron de brazos para ver por dónde empezar, sino que dieron el paso al frente, asumieron el reto y hoy están poniendo en pie un Caribe Norte que no tenga duda encontrará en esta tragedia una oportunidad.

Yo quiero reconocer primero que todo en el Presidente Daniel Ortega y la Vicepresidenta Rosario Murillo que desde el primer momento que ETA se perfiló como un amago se declararon las alertas correspondientes y cuando ya era una amenaza constituida el Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres, SINAPRED y sus comités municipales, el Ejército de Nicaragua, la Policía Nacional, el Ministerio de Salud, ENATREL, la Empresa Portuaria Nacional y todas las instituciones del estado se activaron.

El impacto del ETA y del IOTA fue amortiguado desde el primer momento en que la línea de defensa fue por la vida y más de 41 mil personas fueron evacuadas y llevadas a albergues no para ser tiradas como cualquier cosa sino para darles donde dormir, dónde se alimentaran, dónde estuvieran seguras, pero también fueran médicamente atendidas mientras los monstruos liberaban toda su furia contra las precarias construcciones de miles de viviendas arrasadas y que fueron el hogar de los damnificados que no dudo en un futuro próximo estarán mejor que ayer, por supuesto partiendo de una nueva cultura de vida porque pienso que muchos conceptos arquitectónicos tendrán que cambiar en nuestro caribe para defendernos de violencias huracanadas como las que han vivido.

Un amigo me decía que estos dos letales huracanes que nos golpearon fueron como nuestras fiestas patronales que detrás de la imagen venían las cuadrillas de las alcaldías limpiando toda la cochinada que promesantes y pirucas, que nunca faltan, van dejando en el camino y realmente algo así estamos viendo porque hoy por hoy gran parte de lo dañado, apenas unos días atrás, está restablecido.

Qué diferentes somos a otros países que como Honduras y Guatemala fueron golpeados por tormentas tropicales y no con huracanes como nosotros. Periodistas de estos países hicieron Fecebook Live y aquí los vimos en nuestras redes y los compartimos en nuestros medios, reconociendo en el gobierno de Nicaragua y en los nicaragüenses su actuar diligente, disciplinado, responsable y ordenado frente a la tragedia porque mientras nosotros aquí hemos restablecido mucha estructura destruida -ni siquiera dañada- en el caso de nuestros vecinos apenas comienzan a ver qué hacer mientras miles de sus ciudadanos pierden cada día las esperanzas de tener aunque sea una ayuda mínima en el futuro.

Los huracanes lo primero que destruyen es el tendido eléctrico porque desde kilómetros previos a que el ojo toque tierra sus vientos te ablandan poco a poco y así cables, postes y transformadores se vienen al suelo y efectivamente eso pasó con nosotros, pero vayan a ver casi la totalidad de lo afectado está en pie y eso se debe al excelente trabajo de ENATREL que al habilitar la energía como en efecto dominó hizo posible que TELCOR y ENACAL hicieran lo suyo.

De igual manera hay que reconocer que la Empresa Portuaria Nacional no dejó para mañana la rehabilitación del muelle de Bilwi que fue prácticamente destruido, sino que, mientras diseña el nuevo y moderno que lo sustituirá, repara el actual para que los barcos cisternas de combustible, los que transitan comercialmente y los pesqueros no postren económicamente a la zona.

Hay en todo este despliegue de solidaridad para los que han sufrido el impacto de estos dos asesinos huracanados un lugar especial que conferir y es para la Juventud porque esos chavalos desplazados a lo largo y ancho del territorio de desastre tienen una conciencia ciudadana, humana y cristiana que no todo país cuenta como activos en sus tesoros y cuando hablo de juventud no solo me refiero a la estructura de relevo dentro del partido sandinista, la 19 de Julio, sino que cuando hablo de juventud me refiero también a los briosos componentes del Ejército y la Policía que estuvieron al frente de las misiones de evacuación, seguridad, avituallamiento y rescate en cada uno de esos escenarios tan crudos e impresionantes que de pronto se nos pintaba como el diluvio en vivo y a todo color.

Hay en nuestro país mentes consumidas por el odio porque viven para el odio y que sin hacer nada por el prójimo que sufre, estas desde la comodidad de sus holgadas economías y desde el confort de sus opulentas residencias, no piensan en algo que pueda ser constructivo o edificante, sino que se las pasan criticando y criticando como lo pasaron haciendo en este contexto del paso del ETA y del IOTA por Nicaragua.

A esos retorcidos sin cabezas, ojalá y sigan en lo mismo porque frente al dolor de los que directamente fueron impactados se anulan más, les decimos que nuestra respuesta no necesita de palabras porque las fotos, los videos, los testimonios y el reconocimiento del mundo, que resalta nuestra capacidad de defensa y atención ante los desastres, es la mayor credencial que podemos lucir y por eso mismo es que tras haberse dicho que aquí no vamos a esperar, sino que comenzamos a solucionar con lo poco que tenemos, es que ya hay voluntad para no dejarnos solos en el esfuerzo y por eso podemos afirmar que tenemos asistencia asegurada para la reconstrucción y que el BID, el FMI y los que vienen detrás de estos nos respaldan.

Los damnificados no están solos porque tenemos un gobierno responsable que está trabajando como corresponde, sin show, sin farándula, con solidaridad y amor al prójimo y si esto no gusta a las bacterias del odio que pesadilla para ellos porque la resurrección del caribe, como la resurrección misma del país luego del fallido golpe de estado de 2018, de la pandemia y de estos huracanes es efectiva y nadie la detiene porque va de la mano del Creador.

Por: Moisés Absalón Pastora.

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