Un cuento de hace dos años, con una nota actualizadora.
Tengo una amiga de esas que son tan tranqueras y tan idiotizada con lo del azul y blanco que si Daniel le permitiera andar jugando con la bandera nacional, andaría pintada, toda ella, exhibiendo su cara, labios, ojos, uñas, cejas y hasta el ombligo con los colores de la bandera, con pañoleta en el pelo, blusa, pantalón o falda en los mismos colores, toda ella, envuelta con los mal usados y vulgareados colores de nuestro sagrado símbolo nacional.
Mi amiga, sueña y canta canciones que se inventa cuya letra habla del dictador huyendo en un avión, o de la Nicaragua que tendremos llena de justicia y democracia, con gente feliz, cada quien con su carro, su trabajo ganando en dólares, muchos dólares, sin niños muriéndose de hambre, con edificios y autopistas, como los de Miami o mejor aún, como los de New York y con abundancia de todo.
En sus letras cuenta que todo será tan bonito y tan lleno de amor que la gente va andar riéndose sola en las calles.
Una de las canciones, la subirá a las redes en cuanto Daniel se vaya, pues ahorita tiene miedo, pero ya la tiene grabada con el sonido de guitarra de su hermano y ella cantando.
Una vez me dijo "Vas a ver como se va a vender mi canción en Miami, Argentina y Arabia Saudita, cuando Emilio Estefan la apruebe" En esta canción ella habla de Daniel en una cárcel de los Estados Unidos, pagando por crímenes que cometió desde que era un recién nacido.
En la cuadra todos sabemos como es ella, sabemos incluso el nombre que usa en su perfil anónimo de Facebook, donde publica cosas como que ya están listos los fusiles para acabar con todos los orteguistas y que también hay bombas suficientes para no dejar vivito a ningún policía mierda y que si alguno quedara vivo que ya están listas las piedras para apedrearlo hasta que muera amarrado a uno de los palos del parque central mientras el Canal 10 lo tira al mundo en vivo y a todo color.
Su mamá le llora pidiéndole que se calme, que no sea tan bruta, que eso no está bueno, que tiene el alma negra y que si los policías se enteran le van a pegar una arrastrada y que va a ir a parar al Chipote por inventora.
Sus publicaciones hablan también de la Biblia y de la virgen y de Báez y de cualquier cosa que joda a Daniel aunque se hunda Nicaragua.
Una de sus publicaciones permanentes es esa de que “aquí nada está normal, que no hay nadie en las calles, ni en los establecimientos, ni en los colegios, ni en los parques, y que sólo en la iglesia es que hay gente porque llegan allí a pedirle protección a Dios y a pedirle también que Ortega se muera de una vez por todas.
Está tan llena de sentimientos antisandinistas, que se enoja si alguien va al cine, o va al super, o a un bar a tomarse una cerveza o si ve a niños jugando en el parque.
Es que esta gente es imbécil y no entiende que tenemos que unirnos, y que tenemos que hacer un paro nacional, grita a veces muy enojada.
Ayer me la encontré allí por el colegio de las Monjitas Españolas, me detuve y tras preguntarle si iba para su casa la invité a subir a mi carrito.
Ni siquiera se había acomodado en el asiento cuando comenzó a vociferar y a mostrarme su inconformidad por el mensaje que un amigo le había enviado a su celular, por WhatsApp ¿Cómo creés, me dijo, que va a ser correcto que este hijo de p dictador, ahora venga a cobrar el 20% por las remesas?, ¡Qué se cree este imbécil!. Estás loca le dije, eso no es cierto.
Claro que sí, me refutó ella, tiene que ser cierto pues este amigo mío es una persona seria y no me va a decir mentiras. No es cierto, mujer, volví a decirle, pero ella continuó mientras exclamaba, criminal hijo de p, decime vos como ahora yo voy a darle de hartar a la niña, como si a mi esposo no se sudara los huevos para conseguir los riales en Miami. Es falso, mujer, le dije con fuerza, nada de eso es cierto.
Y creo que comenzó a creerme pues se fue calmando y de repente me sonrió y me dijo: es que este hijo de p, ya nunca se va a ir, ay que sacarlo a verga limpia, e hizo una pausa para sentenciar - ah pero mi presidente Trump ya se la cantó y va invadir Nicaragua. ¡Vas a ver como sale en guinda!- y tras acabar la frase se le salió una carcajada que tenía un toquecito de diabólica. Le va ir bonito - terminó diciéndome con sarcasmo.
En ese momento pasábamos por el Mercado de Artesanía, y un taxi que iba delante de nosotros se detuvo a media calle para recoger a dos señoras, obligándonos a detenernos.
Ella aprovechó para ver hacia adentro y con una felicidad que no le cabía adentro me dijo: mira, mira, no hay nadie comprando en el hijueputa mercado, y se lanzó una risotada de burla que me incomodó.
Ella continuó diciendolo refiriéndose a los comerciantes, ya poco les falta para morirse de hambre a los diavergas.
Acodarte de tu hija, le dije entonces, no ves que toda esa gente tiene familia que mantener a la que tiene que darle de comer. Si pensaras un poco y no fueras tan loca, entenderías que toda esa gente también tiene familia.
Ella se encogió de hombros. Yo me acordé de lo que me acababa de decir de las remesas y se me ocurrió sensibilizarla hablándole del asunto.
Toda esa gente, sería feliz si igual que vos, ellos recibieran esos 300 dolares mensuales en remesa, que tu marido te manda a vos para que vivas sin hacer nada y de rebelde sin causa.
Esa pobre gente sería feliz incluso si todos tuvieran que pagar ese mentiroso 20% del que hablaste. Me vale verga, me dijo, ¡por mi: que se mueran!. Para que jodido son sapos. Y se quedó viendo un carro que nos adelantaba por la derecha.
Ya para entonces íbamos allí por donde fue el Aserrillo Santa Rosa de la calle El Limón. Yo ya no quise decir nada. Sentía mucho pesar por la gente del mercado y me acordé de la gran cantidad de turistas que se podían ver en las calles de Masaya antes de los tranques, llenando hoteles, restaurantes, mercado, taxis, todos sonriendo, desplazándose en medio de mucha gente de la población, gente feliz, que iba para cualquier parte, gente sin problemas todavía, algunos inclusive que, como mi amiga, todavía no habían aprendido a odiar.
Nota: Hoy, casi tres años despues, mi amiga desquiciada, sigue creyendo que Trump es la solución, pero es enemiga de los divisionistas, Maradiaga, Mora, la Lucía, la Mónica, el gordinflón tapafloja y de aquella heroína de mentira a la que los medios le inventaron un cáncer (Nahomy Urbina Marcenaro La Macha), que más bien era una panza que nueve meses exactos después de los tranques, le produjo un bebito en CR. Ah, y es enemiga de su exmarido que la mandó a pelar gallinas pues terminó quedándose con una hondureña fea como el diablo, dice ella, "una loca de aquellas que se fueron en caravana a la Yunai", pero que lo que más le duele son los 300 dólares, que lo demás no importa, pues "el hijuelasetentamilparesdelagranp de mi marido es un indio monimboseño de los que hay que decir ¡que horriiiiiiible!, y además - me dice poniéndose coquetona - ya le puse el ojo a un picarón chelito jinotegano que viene los sábados al mercado, que parece gringo y que se gasta unos ojos azules como pa' comerlos".