No se puede prever lo que se sobreviene, pero el pueblo ya no está aceptando gatopardismos, ya aprendieron la treta del sistema: de cambiar todo para que nada cambie. Vienen, pues, horas, días y quizá meses de lucha para el pueblo de Guatemala.
Con el gordito cínico a la cabeza, Allan Rodríguez, la Junta Directiva presidida por este glotón descontrolado e inescrupuloso, ahora resulta que dieron marcha atrás con el presupuesto más grande de la historia de Guatemala, diseñado con un profundo sentido de clase. Todavía el decreto no avanza a la abrogación total, sino que quieren discutirlo para analizarlo con prolijidad y técnica (ja, ja, ja). Los grandes dineros asignados y los disminuidos van, en su orden, para los oligarcas corruptos y, los precarios, para el pueblo. ¡Cómo cambia realmente el poder y el dinero mal habido a las personas! Nadie se imaginaría que este Sancho Panza guatemalteco olvidó su humilde pasado en el pueblo de San Lucas Tolimán, Sololá, donde comía mojarritas del lago de Atitlán con papas y tortillas; para ser ahora propietario de una barriga ostentosa que le crece exponencialmente y lo ha transformado en un auténtico marrano. Él fue el de la idea de aumentar el presupuesto para mejorar la comida de los diputados, porque la tripa le rechina si no le echa algo cada dos horas.
Pero lo peor del señor Rodríguez, consumado corrupto, es que no vacila, no le amaga y, junto con el señor Giammattei, pensó tener sus propias caletas repletas de quetzales. Soñó que le había llegado la hora de volverse millonario con el dinero del pueblo de Guatemala y que, en este momento, por culpa de “los desgraciados manifestantes comunistas” se le aguó la fiesta. Recurrieron a sus amos y por la noche, como si no hubiese tanto salón en los hoteles y en las dependencias públicas disponibles, hicieron su primera sesión después del incendio del edificio del Congreso, en un cuartel. No hay ningún disimulo quien está con ellos, quienes son los que los respaldan y con quienes reparten el dinero sucio.
No contaban que el movimiento social no solo ya no le importa mucho lo de la modificación y derogación del presupuesto, sino que exigen que todos los diputados y presidente renuncien a sus cargos y se inicie un proceso de reconversión profunda del Estado guatemalteco para avanzar en la justicia social y la construcción de la verdadera democracia.
La movilización contra el fementido presupuesto fue el motivo, pero la causa es otra. Más profunda. De más calado: lo insoportable que se han vuelto los politicastros guatemaltecos por sus descarados actos de corrupción y por la miseria que campea en el campo y las ciudades de Guatemala, causa real de la movilización del pueblo de Guatemala, que no tiene la intención de parar hasta que no salgan defenestrados los politiqueros y no se convoque no solo a dialogar, sino a tomar acuerdos con obligatoriedad de cumplimiento para avanzar en la reconversión del Estado de Guatemala.
El pueblo de Guatemala ya sabe que no puede y no quiere hablar con los mañosos. Y el gobierno, por supuesto, convocó a un “diálogo” con sus afines. Los politiqueros, cortos de visión política, no se dan cuenta de la envergadura de la movilización popular y que ya nadie está por las manifestaciones pacíficas inocuas, de esas que le gusta al CACIF. El pueblo perdió la paciencia. Entretanto, el régimen fascista recibe el apoyo de El Guasón Uruguayo, Almagro, tras convocar Giammattei a la Carta Democrática Interamericana de la OEA y, recibir el respaldo ¡vaya respaldo! de un eficiente sinvergüenza, Juan Guaidó, que apoyó incondicionalmente al amigacho fascista de Guatemala.
No se puede prever lo que se sobreviene, pero el pueblo ya no está aceptando gatopardismos, ya aprendieron la treta del sistema: de cambiar todo para que nada cambie. Vienen, pues, horas, días y quizá meses de lucha para el pueblo de Guatemala.
Publicado por La Cuna del Sol