Recientemente la Firma costarricense CID/Gallup, a encargo de sectores oposicionistas de nuestro país que la pagaron, realizó una encuesta sobre la confianza que los nicaragüenses tenemos en la gestión gubernamental del Presidente Daniel Ortega Saavedra teniendo como anzuelo el manejo de la pandemia del COVID-19, pero en realidad con un enfoque político electoral de medición dado que el 2021 está a la vuelta de la esquina.
Una encuesta es un procedimiento de exploración diseñado para una investigación descriptiva en el que el consultor recopila datos mediante un cuestionario previamente establecido, sin modificar el entorno ni el fenómeno donde se recoge la información ya sea para entregarlo en forma de folleto o específicamente en gráficas o tablas y si lo queremos entender mejor es realmente es fotografía del momento en que se toma, que en la medida que se comprenda nos hace mejorar o empeorar.
Las encuestas fueron originalmente aplicadas para la investigación de mercados a fin de posesionar en el comercio o la industria un determinado producto a fin de determinar el interés de este ante potenciales compradores. En Nicaragua conocemos muy bien las encuestas y cuando estas se han hecho específicamente en el campo político siempre los que han sido retratados en el fondo del abismo le quieren dar vuelta de calcetín a la realidad que les chima, pero esto nunca pasa de una necedad porque siempre la percepción es más grande que lo que se pretende ocultar.
Desde que en el 2007 el Frente Sandinista retomó el gobierno y en contextos cercanos a los procesos electorales las encuestas siempre favorecieron al FSLN y siempre lo que los números fueron tabulados por consultores internacionales como Borge y Asociados, CID/Gallup, Barómetro Latinoamericano o agencias nacionales como M&R, los resultados siempre fueron muy similares y siempre determinaron de qué lado estuvieron los ganadores y de qué lado estuvieron los perdedores de manera que por mucha vuelta que los de abajo le quisieron dar al asunto nunca cambiaron nada.
Siempre he tratado de ser puntual en mis apreciaciones y siendo coherente con ello deduzco que el oposicionismo al contratar a CID/Gallup, que nunca tuvo afinidades con el sandinismo, apostó muy mal como siempre
y se creyó sus propias mentiras al ambientar malestares, mediáticamente creados en la población, inventando que aquí hay indignación sobre cómo se maneja la pandemia para después venir al remate con una encuesta donde otra vez el tiro les sale por la culata y los pone en caída libre hacia un abismo donde lo grave para el oposicionismo es que aún no encuentra fondo para terminar de estrellarse.
La matemática es perfecta y el sentido común es aún más matemático y lo que te dice la última encuesta de CID/Gallup es que hoy por hoy el Frente Sandinista de Liberación Nacional tiene una aprobación del 24%, seguido muy atrás por la llamada Unidad Nacional Azul y Blanco, UNAB, que no tiene personalidad jurídica con el 5%, o sea 19 puntos abajo; El Partido Liberal Constitucionalista, la supuesta segunda fuerza política del país hasta ahora y que se despedaza internamente en un conflicto por violaciones estatutarias que ya puso en riesgo su personalidad jurídica con apenas un 3% o sea 21 puntos abajo; Ciudadanos por la libertad, que decía ser el tronco donde se rasca el tigre con apenas 2% o sea 22 puntos abajo; La Alianza cínica por la justicia y la democracia, que no tiene personalidad jurídica, pero que quieren pintar a ser los chingones y salvadores de la patria, con un pírrico y miserable 1% o sea 23 puntos abajo y después vienen otros como el tristemente célebre Partido Conservador del que ya es dueño único Alfredo Cesar, el Partido de Restauración Democrática que aspira ser un vehículo electoral de cualquier grupo que se forme para que se le conceda una diputación al Reverendo Saturnino Serrato, no anda tan dislocado el ahora suspirante político y otros que gasta más saliva uno en mencionarlos que el peso que puedan tener y que junto a los demás no son solo rémoras que gravitan alrededor de cualquier mesa para ver que chingaste ven caer para lanzárselo de un tapazo.
Todo lo anterior significa en su conjunto que mientras el gobernante FSLN tiene el 24% de preferencias electorales, sin mover un dedo para el 2021, el oposicionismo todo junto, en un solo costal, por supuesto zurcido y parchado, habiendo hasta intentado un golpe de estado, apenas alcanza el 12% es decir el Frente Sandinista de Liberación Nacional recontra duplica y si las elecciones fueran ahora barrería sin margen de discusión, cómo en realidad ha sido en todos los procesos previos donde la nota discordante ha sido la de los perdedores se siempre.
Habiendo comentado lo que corresponde a la esta realidad fotografiada por CID/Gallup en cuanto a cómo está el electorado en cuanto a sus preferencias partidarias, algo que está más que claro y que no sé cómo pueda el oposicionismo manosear sin que ofenda hasta la inteligencia más precaria, entonces como albarda sobre aparejo, le caen también al tema de los que por ahora son parte del bolsón de los indecisos, de los que no tienen partido o de los que hasta el momento solo prefieren ver los toros de largo porque de todas formas para las elecciones de noviembre de 2021 aún quedan 16 meses y francamente, si yo fuera oposicionista estaría realmente preocupado por la lectura objetiva que nos brinda esto del bolsón de los indecisos.
CID/Gallup nos dice que en “los sin partido” está el 41% de los electores. El oposicionismo cree que esto es materia de celebración, pero si nos vamos a las estadísticas de otras encuestas previas a cualquier proceso electoral del pasado, estas son más bajas que otras y en tal caso como en otras elecciones lo que hay que determinar, a la luz de los resultados finales, es con quienes se quedaron esos indecisos.
Los nicaragüenses, en función del desarrollo del país, de las conveniencias nacionales y de la prosperidad personal siempre ha sabido determinar, en la medida que se acercan las votaciones y hasta en el último momento, por quien decidirse y para sus efectos hacemos comparaciones, medimos capacidades, valoramos actitudes y apostamos por liderazgos sólidos capaces de generar estabilidad y consensos y si esto es así hay una razón más para afirmar categóricamente que el oposicionismo está en serios problemas porque esta encuesta de CID/Gallup nos refleja en primer lugar el estado de descomposición ética y moral de estos grupúsculos que creen que su mejor candidato ahora es Medardo Mairena, un asesino de policías, de profesores y de jóvenes en Morrito que durante el fallido golpe de estado trancó y en consecuencia estranguló la economía de un país que se trajo al suelo lo bien que andábamos hasta antes de Abril de 2018.
Yo no veo cómo el bolsón de “los sin partido” pueda decidirse por un tipejo como Medarno Mairena, no veo cómo pueda apoyar a una Chamorrada que históricamente siempre estuvo en el poder para saciarse y saciar a la burguesía con el tesoro nacional, no veo cómo pueda apoyar a un Félix Maradiaga que no es más que un vividor que aún no termina de explicar en qué gastaron él y todos sus socios la millonada que les dio el imperio para destruir Nicaragua.
Ese bolsón de “los sin partido” donde hay gente muy inteligente que tiene ojos para ver tiene a vista el progreso alcanzado desde el 2007 hasta el 2018, la recuperación que habíamos logrado hasta finales del 2019 reconstruyendo lo que el terrorismo nos hizo y cómo a pesar de la pandemia, hemos sabido luchar contra la adversidad para avanzar, para seguir construyendo y desarrollar integralmente al país, pero sin asesinar a la nación tal, cómo han pretendido esos sectores que ni el dolor ajeno los hace razonar y en consecuencia ser observar el mínimo respeto que merecen familias enteras que se sienten ofendidas por sus barbaridades.
Yo no veo que haya que poner en duda hacia dónde se inclinará la balanza de “los sin partido” a la hora de decidir entre los que han construido y entre los que destruyeron; entre los que erigieron 17 hospitales y tiene nueve más que se levantan y entre los que saquearon unidades de salud, robaron medicinas y quemaron ambulancias; entre los que piden agresiones al imperio contra el país y entre los que gobiernan hablando todos los días de paz; entre los que por propuestas únicamente tienen al odio y entre los que todos los días te hablan de la importancia de la vida; entre los que distribuyen la riqueza para ganarle la guerra a la pobreza extrema y entre los que se quieren robar el tesoro nacional para dejar en condición de paupérrimos a todos por igual; entre los que solo restan y dividen y entre los que únicamente hacen sumas y multiplicaciones.
Pero finalmente los puchos celebran porque CID/Gallup dice, sin mostrar cómo lo sustenta, que la base sandinista se está desgarrando. Puedo poner en remojo esa tesis cuando a raíz del contexto del golpe de estado mucha gente en la base del FSLN fue sorprendida, porque acostumbrándose a gobernar en paz, perdió la alerta activa que siempre le caracterizó y que fue indudablemente permeada por una ofensiva en masa a través de las redes sociales donde la mentira, criminal mentira, hizo un trabajo efectivo.
Esa situación ya está superada. La misma mentira que distanció al sandinismo de base de su partido lo volvió a acercar, reconcilió a su familia y logró algo más, atrajo hacia sí gente que valora y reconoce el trabajo que por el desarrollo del país hace un frente sandinista, que solo, ya hizo más que ningún otro gobierno o partido lo largo de la historia de Nicaragua y por si fuera poco sigue haciendo más desde una voluntad frenética por hacer de la prosperidad nacional y personal del ciudadano la sustancia la esencia de una revolución que no está en riesgo, que ya es irreversible y que es dolor de cabeza únicamente para el fracaso que representan aquellos a los que el tiempo les pasó por encima porque la construcción del futuro no vale para quienes viven anclados en el pasado.
QUE DIOS BENDIGA A NICARAGUA
Por: Moisés Absalón Pastora.