Sobre el virus epidémico transformado en pandemia (que ahorita aterroriza a los ciudadanos y trastoca la rutina de los gobiernos de los países del mundo) llamado popularmente coronavirus, existen ya varias certezas:
1.- Que es una cepa manipulada genéticamente en los laboratorios militares de los yanquis y que fue “sembrada” en China con propósitos hostiles militares y económicos,
2.- Que es altamente contagiosa y difícilmente dejará algún país indemne, si en menos de un año no se encuentra vacuna para frenarla,
3.- Que pese a los propósitos iniciales de sus creadores, es bastante difícil controlar su fatal trayectoria geográfica y social,
4.- Que será controlada, pero que sus daños serán demoledores, en mayor medida para la Economía y la población de…Sus creadores y socios.
China continental (una verdadera potencia económica y militar que se encamina imparablemente a convertirse en menos de una generación en la primera superpotencia mundial), fue sorprendida, golpeada inicialmente en sus finanzas y economía en general, pero sobre todo en su prestigio y sus proyecciones, repito, inicialmente pues en menos de tres meses ya controla la infestación, el impacto en la salud pública, comandando enérgica y eficazmente ( cosas que han sido elogiadas por la OMS, las principales agencias dedicadas a la Salud mundial y los gobiernos del mundo, genuinamente preocupados por la pandemia) la recuperación de los infectados, la propagación del virus y la reducción de sus estadísticas fatales.
Pero sobre todo, se recupera increíblemente del shock económico inicial y demuestra al mundo las ventajas de su sistema híbrido, ante cualquier amenaza a su población y la subsistencia del gigantesco y eficaz Estado chino.
Se ha desmoronado “la narrativa” occidental del origen de la infestación (que culpaba dolosamente a la milenaria y singular tradición culinaria sino-asiática), encaminada a propósitos destructivos y deshumanizados, chocando con el pétreo empeño del pueblo y del gobierno chino y su poderosa base científica e industrial (acompañada de la preocupación y esfuerzos de la comunidad científica y médica mundial) y sobre todo haciendo prevalecer la VERDAD que pese al dominio mediático del Capitalismo mundial, siempre reflota en el mar de la mentira de los enemigos.
Queda demostrado que el Capitalismo, con su falsa democracia y el culto a los “derechos individuales” egoístas del liberalismo burgués, tiene muchas dificultades para actuar con la celeridad y efectividad como sí lo ha hecho la República Popular China, que inclusive ya empieza a cerrar los hospitales que atendieron la emergencia (asombrosamente construidos desde cero en pocos días y equipados con los últimos avances de la Cuarta Revolución Tecnológica), con la invaluable ayuda de la Ciencia médica y farmacéutica cubana, enfrentando efectivamente la recuperación de los afectados por el virus.
Tomemos el ejemplo de Italia, la octava economía más poderosa del mundo y la tercera de la Unión Europea, donde ayer murieron en el mismo periodo más pacientes afectados por el coronavirus que en China y donde la tragedia se enseñorea no sólo en el Norte rico del territorio, sino en toda la Bota itálica.
El gobierno decreta que hay que permanecer en casa y los dueños de empresas, les advierten a los empleados que si no laboran… ¡no habrá salario! Y cuando también se orienta a no desplazarse de una ciudad a otra, las personas dicen que “¡eso restringe sus derechos constitucionales a la libre movilidad!”. “¡Qué locura!” dirán Uds., pero no: Así funciona el Capitalismo.
En cambio, en China la población en riesgo (en el epicentro local del “brote” epidémico), fue mantenida en sus hogares pero monitoreada, alimentada y recibiendo atención médica de calidad y percibiendo sus salarios de manera ininterrumpida.
En gringolandia, está claro (mientras ya hay cientos de casos confirmados y otros tantos sospechosos en los grandes urbes del país) que el diagnóstico será gratuito, pero la asistencia médica tiene un alto costo para el bolsillo de los ciudadanos no asegurados.
El presidente más estúpido que han tenido los gringos (y eso es mucho decir comparándolo con Ford, Reagan o los Bush) manda a que sean las instancias militares las que se hagan cargo de la emergencia sanitaria supeditados al vice-presidente, mientras los gringos “de a pie” empiezan a inquietarse.
Si los militares no sacan la vacuna, que seguramente tienen secretamente guardada y no se las empiezan a administrar a su población, la pandemia golpeará al país con mucha fuerza, al chocar con la “libertad empresarial irrestricta” y el sacrosanto culto al dinero, imperante en la economía neoliberal. Por ese camino irán otros grandes países occidentales.
Pero en realidad no es eso lo que empieza a preocupar al Estado profundo yanqui y al Capitalismo periférico mundial, sino el impacto económico que ya está causando la pandemia.
Una “tormenta perfecta” (como le gusta decir a los gringos) acecha ante la caída de los precios del petróleo (empujados por la “iniciativa” desreguladora de Arabia Saudita, el nudo gordiano de los conflictos militares en el Norte de Siria, la política agresiva gringa contra Irán, la guerra de agresión en Yemen, etc.), la debilidad del dólar, los problemas sistémicos de un Capitalismo agotado (al que desde el año pasado los especialistas de todo el mundo le han pronosticado una recesión mundial a partir de mediados del presente 2020) y los efectos tangibles e innegables producidos sobre el comercio, la producción y las finanzas mundiales a causa de la pandemia del COVID-19 o coronavirus. ¡Ahh! y sumémosle a lo anterior los efectos de las “sanciones” económicas (que realmente son agresiones internacionales) que como resucitados “policías del mundo” de los años veinte del pasado siglo, los gringos reparten a diestra y siniestra alrededor del todo el orbe.
¿Quién saldrá más golpeado de esta crisis?
La realidad muestra que el gran boomerang de la pandemia del coronavirus regresará golpear la cabeza del que lo lanzó inicialmente, dejando al final un mayor reguero de víctimas en la sociedad y la economía capitalista mundial occidental, ante la oportunidad -correctamente aprovechada- por chinos, rusos y demás competidores poderosos.
El capitalismo alternativo asiático, (que esta vez no incluye a Japón ni Corea del Sur) se verá fortalecido por asuntos de competitividad, precios y capacidad productiva.
Hay otros posibles ganadores, como Cuba y su prestigio de potente laboratorio farmacéutico mundial, ajeno al mercantilismo de las grandes corporaciones y fabricantes globales de medicamentos y fármacos.
La crisis de salud ocasionada por el virus ha generado una ventana de oportunidad comercial y ha creado las condiciones para la expansión de un mercado tradicionalmente dominado por un grupo selecto de grandes corporaciones y oligopolios químico-farmacéuticos gringos y europeos.
Nicaragua, debe de luchar por estar entre este pelotón de ganadores, inclusive si somos atacados por la pandemia. Nuestro Sistema de salud pobre, pero inclusivo y participativo, creado en la filosofía de la salud preventiva, proactiva, gratuita de la Revolución Popular Sandinista, que llama a todo el pueblo a participar activamente en las campañas de salubridad, vacunación, lucha de erradicación de vectores y la solidaridad con los compañeros enfermos, preferenciando a la población infantil y de la tercera edad, debe de garantizarnos que el impacto sea colateral, mínimo y controlarlo lo más rápidamente posible.
Que lejos de la angustia y el pánico inducido por los medios de propaganda y control de masas del Imperio y nuestros enemigos cercanos e internos, podamos recuperarnos rápidamente y seguir el impulso de restablecimiento de nuestra economía nacional y familiar.
Puede ser que eventualmente la industria turística nacional decrezca por la merma del turismo internacional y local por la justificada causa de las medidas de prevención del virus, quizá por el posible cierre o restricción de nuestras fronteras o porque nuestro gobierno mande a sus casas de manera controlada a estudiantes y colectivos laborales en riesgo, pero todo eso será temporal.
Ya existe un tratamiento efectivo para curar a los infectados por la pandemia (¡Cuba ha creado el fármaco!), los científicos chinos han sacado y compartido grandes lecciones de la tragedia ya controlada en su suelo, enseñando al mundo los grupos de riesgo, la medidas sencillas y baratas de prevención desde el hogar y el individuo, ha desarrollado las bases para que ellos u otros científicos del mundo puedan crear prontamente una vacuna efectiva contra el virus y sus cepas.
Así que hermanos, no nos arruguemos, confiemos en nuestras autoridades, sigamos sin egoísmo y disciplinadamente las recomendaciones, cuidémonos todos de manera solidaria, tal como lo manda el humanismo inculcado por nuestro Frente Sandinista y no olvidemos que después de cada tragedia hemos resurgido con más fuerza y éxitos, porque somos un pueblo valiente, trabajador y resiliente.