La nueva heroína ecologista de los grandes medios, Greta Thunberg, denunció en la ONU a la Argentina por contaminación ambiental, junto a otros 4 países del mundo: Alemania, Francia, Turquía y Brasil. Nadie pone en duda la necesidad de proteger nuestro medio ambiente. Ya Juan Domingo Perón lo hizo a comienzos de los años ’70.
Pero el ecologismo radical también ha venido siendo utilizado contra el Tercer Mundo para impedir su necesaria industrialización.
Acusar a la Argentina de ser uno de los 5 países con más responsabilidad sobre el cambio climático, junto a potencias como Alemania y Francia es un intencionado desatino, cuando nuestro país adolece de un desarrollo que vuelva digna la vida de sus 45 millones de habitantes.
Cuando los grandes medios globales del poder buscan instalar a una figura, conviene siempre preguntarse: ¿qué objetivo están buscando?
Los cambios que acontecen en el clima del planeta son un tema delicado, que no debería ser tratado como un circo donde personajes mediáticos vociferan consignas que pasan a ser aplaudidas acríticamente.
En este caso, Greta Thunberg, una adolescente de 16 años, diagnosticada con la variante de autismo conocida como Asperger, viene siendo patrocinada por fundaciones transnacionales para instalar los temas que alguna vez intentó promover el vicepresidente norteamericano Al Gore.
En un tono tremendista y apocalíptico, reclama al borde del llanto que se reduzcan las emisiones de carbono a la atmósfera. En la denuncia, llamativamente los acusados no son países como EEUU o China, sino Argentina y Brasil.
Greta con el ex vicepresidente norteamericano, Al Gore, mentor del capitalismo verde y el negocio de los bonos de carbono.
La denuncia se hace en el marco de la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño en base a un protocolo que desde 2014 autoriza a los niños a presentar una queja ante el Comité de los Derechos del Niño de la ONU. Siendo la Argentina firmante de estos tratados, así como de los distintos acuerdos sobre medio ambiente, es pasible de recibir este tipo de denuncias.
El grupo de jóvenes que secundó a Thunberg proviene de 12 países distintos y cuenta con la ayuda del estudio de abogados internacional Hausfeld LLP, Earthjustice (estudio jurídico utilizado por la WWF), el apoyo de Unicef (Naciones Unidas) y la ONG británica Amnesty International.
¿Quién coachea a Thunberg? Luisa-Marie Neubauer, una ecologista ligada al partido verde alemán, la «pata ecologista» del sistema.
Luisa-Marie Neubauer, una de las guionistas de Greta Thunberg.
Neubauer también es miembro de la fundación ONE como «embajadora juvenil»:
¿Quiénes financian a ONE, la ONG global promocionada por el cantante Bono? La Bill Gates Foundation y el magnate megaespeculador George Soros y su omnipresente Open Society Foundations:
Los factores de poder detrás de Greta Thunberg no se ocultan demasiado.
En su promocionado viaje a EEUU en «yate» para «no usar aviones que contaminan», quien brindó su apoyo y su lujosa embarcación «Malizia II» fue Pierre Casiraghi, de la aristocrática Casa de Grimaldi, familia real de Mónaco, hijo de la princesa Carolina de Mónaco, y esposo de la condesa italiana Beatrice Borromeo.
Los proyectos de la embarcación elegida cuentan con el apoyo de la «Fundación Príncipe Alberto II de Mónaco», a su vez financiada con dinero de corporaciones como la banca Credit Suisse, Phillips y Rolex, Dicho viaje, de dos semanas, fue prolijamente filmado para un futuro documental para promocionar aún más su historia.
¿Qué otra organización transnacional apoya a Greta Thunberg? El poderoso Club de Roma, entidad fundada en 1968 por Alexander King, distinguido por la corona inglesa como miembro de la Orden del Imperio Británico, con sede en Suiza y delegaciones en todo el mundo, famoso a partir de 1972 por su documento «los límites del crecimiento»:
El comunicado del Club de Roma, del 14 de marzo de 2019, comienza directamente citando a Greta Thunberg y comparte el mismo tono alarmista:
Entre los miembros (algunos compartidos con la WWF) del Club de Roma encontramos a conspicuos globalistas y elitistas como:
-Reina Beatriz de Holanda (miembro de Bilderberg)
-Fernando Henrique Cardoso (ex presidente de Brasil)
-Rey Juan Carlos y la reina Sofía de España
-Horst Köhler (Ex canciller de Alemania, miembro de Bilderberg, ex director del FMI)
-César Gaviria (ex presidente de Colombia)
-Reina Sofía de España (miembro de Bilberberg)
-Juan Luis Cebrián (Grupo PRISA, miembro de Bildeberg)
-Mikhail Gorbachev (responsable de pactar con las élites occidentales la caída de la URSS)
En Argentina el Club de Roma es presidido por el intelectual liberal Santiago Kovadloff.
Quien se encargó dar a conocer públicamente a Greta Thunberg, en agosto de 2018, fue Ingmar Rentzhog, fundador de «We Don’t Have Time» y también presidente de Global Utmaning (Global Challenge), un think tank que incluye a personajes como Kristina Persson, ex ministra del gobierno sueco (2014-2016) y Anders Wijkman, ex presidente del Club de Roma.
Con semejantes grupos del poder global detrás, es lógico que una perfecta desconocida en 2018 pase en pocos meses a ser recibida por políticos como Arnold Schwarzenegger o Angela Merkel, disertar en la ONU y contar con la amplificación acrítica de miles de medios del sistema. Obviamente el hecho de ser adolescente y estar diagnosticada como Asperger ayudó a construir el personaje, ideal para generar fácil empatía con los más jóvenes. El poder sabe elegir a sus representantes.
¿Qué elemento se utilizó concretamente en el documento de Greta Thunber para denunciar a nuestro país? Un caso en Haedo en el que se relata que por el exceso de consumo de aire acondicionado se satura la red eléctrica, lo que genera cortes del servicio y eso lesiona los derechos de una niña de poder usar la luz para hacer sus deberes escolares.
También se acusa a la Argentina de invertir en la explotación gasífera y del uso de la ganadería.
Todo esto a pesar de que nuestro país solo es responsable del 0,8% de las emisiones de carbono global, contra el 26% de China, el 13% de EEUU y el 10% de Europa. Cabe preguntarse cómo encaja en este planteo la explotación de los recursos de Vaca Muerta.
Sin este tipo de actividad económica, ¿Cómo obtendría Argentina las divisas para industrializarse? Sin industrializarse, ¿de qué modo nuestro país podría tener algún grado de independencia económica?
Sin independencia económica, ¿cómo podríamos aspirar a tener soberanía política? Y finalmente, ¿cómo podríamos alcanzar un grado digno de justicia social?
Obviamente al ecologismo radical este tema no le preocupa en lo más mínimo.
Su paradigma propone para nuestro países el decrecimiento y volver a un esquema pre-industrial que pueda ensamblarse con el post-industrialismo global.
Volvamos a la pregunta original: ¿por qué los medios del sistema, desde Clarín e Infobae a Página 12 y La Izquierda Diario, pasando por grupos internacionales, como CNN, BBC, The Guardian, El País de España y Time, publicitan a esta fanática del ecologismo más extremo?
Ya en 1961 la élite mundial creó la World Wildlife Foundation (WWF), con el patrocinio del príncipe Bernardo de Holanda, Rockefeller y Julian Huxley, entre otros.
El sistema necesita desindustrializar los países, especialmente los del Tercer Mundo, que son concebidos como meras fuentes de recursos naturales y tierras vírgenes para exclusivo disfrute de la élite.
En esta concepción, los siete mil millones de habitantes somos poco más que un creciente cáncer sobre el planeta. Nuestra condición de seres prescindibles irá en aumento a medida que se incremente y acelere la robotización de la producción vía inteligencia artificial.
El cambio climático es un fenómeno complejo y multicausal que no debería ser manipulado por los distintos poderes globales.
http://kontrainfo.com/insolito-greta-thunberg-denuncia-a-la-argentina-en-la-onu-por-contaminacion-ambiental/