El tiempo para la relativización de los hechos se acabó.
No existe la posibilidad de entrar a discutir, si el chavismo disidente o si el verdadero u originario.
La disputa es más simple y a su vez requiere menos tibieza y análisis: o se salva el proyecto bolivariano y chavista emancipador o el capitalismo mundial con Estados Unidos al frente tomará para su metabolismo la mayor reserva mundial de petróleo del mundo, la segunda reserva de gas, la mayor reserva de coltán y la mayor de oro.
Al imperialismo no le interesan las “tendencias ideológicas”; su propósito es sencillo: reducir por la fuerza u otra vía cualquier proceso de resistencia que impida el movimiento incesante de su maquinaria de acumulación de capitales.
Trump se reúne con Iván Duque, y expresa que tiene casi todo el alfabeto de opciones para eliminar al “usurpador Maduro”.
Iván Duque recibe el premio Oswaldo Payá.
Elliot Abrams es designado encargado para Venezuela, el mismo que consideró la masacre del Mozote en El Salvador, “un logro extraordinario”.
Federica Mogherini, cenital representante de política exterior de la Unión Europea se reúne con Mike Pompeo, y por más de una hora de conversación quedan de acuerdo en que Venezuela debe salir de la crisis por medio de “elecciones libres”.
Brasil, Chile, Perú, Ecuador, Argentina están preocupados por la ayuda humanitaria de migajas que Estados Unidos quiere hacer llegar a Venezuela mientras el bloqueo que le impuso a la economía venezolana le ha costado 30.000 millones de dólares.
Varios países “democráticos” del Caribe, entre ellos Puerto Rico y República Dominicana prestan sus territorios para que las tropas norteamericanas -con una historia inigualable de “promoción de la justicia social y los derechos humanos” en todo el mundo- se trasladen hasta las cercanías de territorio venezolano.
Macri va corriendo a Uruguay, le da una trump-ada a Tabaré Vázquez, acto seguido Uruguay ha cambiado su postura promotora del diálogo por la de “elecciones libres” en Venezuela.
Mientras todo esto ocurre, en Haití continúan las protestas que han sido reprimidas violentamente y ello no produce la misma preocupación que la situación de Venezuela.
En una joya de cinismo, Almagro, después de reunirse con el Ministro de Relaciones Exteriores de Haití, expresa en su tweet que debe apostarse por la salida pacífica y el diálogo para salir del conflicto en esta nación.
En Brasil, se retirará material escolar que haga referencia al feminismo y la lucha contra la violencia de género, toda literatura marxista, y Lula duerme en Curitiba.
En Argentina, todos los corruptos “arrepentidos” acusan a Cristina Fernández de Kirchner de ser jefa de una asociación ilícita, y se persigue a la expresidenta por uno de los sistemas judiciales más corruptos de la región.
Ella, va a declarar imperturbable y silenciosa cada cierto tiempo a un tribunal que como ya vemos está lleno de gente “decentísima”.
Mujica nos regala una vez cada tanto una pieza bellísima acerca de los errores de la izquierda, y Rafael Correa en Bélgica convoca, con paso apurado por el frío, a que el pueblo salga a las calles a defender lo logrado.
La orden de la invasión ya fue dada, y tiene el apoyo hasta de la “neutralidad” de Dios. El Papa, en carta a Maduro, ha desechado cualquier posibilidad de mediar en la crisis.
La iglesia católica, apostólica, romana y pedofílica acaba de escribir otra página “hermosa” dedicada a los pobres de la tierra.
Los millones de venezolanos que hoy no están en Venezuela por diversas razones debieran optar por volver a su tierra, tomar un puesto de combate y estar dispuestos a compartir el hambre y el fusil de aquellos que lucharán hasta el final, o sea hasta la victoria.
Después de una invasión de los Estados Unidos o de sus aliados en la región no quedará nada en Venezuela nada a lo cual regresar.
Ninguna de las reservas naturales que al imperialismo le interesa están en los edificios o en las casas, todas están bajo tierra.
La limpieza de una guerra les dejaría en mejores condiciones para apropiarse de ellas.
La única forma de evitar la invasión a Venezuela es prepararse para ella, que en el cálculo de costos del invasor las bajas sean superiores a los réditos que pudieran obtener de dicha empresa.
Para ello, mientras se estira el tiempo con los llamados al diálogo, todas las personas en Latinoamérica y el mundo dispuestas a pelear deben organizarse en Brigadas Internacionales.
Cuba debe organizarse para la lucha así como ya hicimos en la guerra civil española, en Bolivia, en África, y en cuanto episodio internacionalista hemos participado, alcanzando una enorme experiencia en propinarle golpes demoledores a los imperialistas y a sus títeres del momento.
La OEA acaba de afirmar que el referendo constitucional del próximo 24 de febrero en Cuba es “ilegítimo”.
¿Qué nos hace pensar que después de Venezuela no vendrá Cuba?
https://medium.com/la-tiza/hoy-venezuela-mañana-cuba-cf58170371cf