La Alianza Golpista, Dora Maria Tellez Del MRS, Silvio Baez de la Iglesia Católica |
El pasado 9 de julio/2018, en la Basílica Menor de San Sebastián, en la ciudad de Diriamba, Carazo, a unos 40 Km al sur de Managua, una multitud de nicaragüenses obligó a abrir las puertas de dicha Basílica, y encontraron atrincherado a un grupo de personas armadas contrarios al gobierno. En ese acto, la multitud de fieles agredió física y verbalmente al Cardenal, al Nuncio Apostólico, a vario obispos y a sacerdotes que acudieron a liberar a los “caballeros cruzados” atrincherados.
Ya en semanas pasadas, dentro de otro templo católico del país, según los manifestantes, los opositores al gobierno, secuestraron y violaron a una agente de la Policía Nacional Civil.
Este acto de la protesta y repulsa contra los jerarcas católicos fue calificado y denunciado por la Iglesia Católica como un sacrilegio (afrenta contra personas consagradas).
Pero, los manifestantes, cuyas acciones los filmaron y difundieron en las redes sociales, asumen como una legítima protesta en contra de sus pastores y obispos que promueven y protegen a delincuentes que están ensangrentando al país.
En otro de los videos difundidos, un sacerdote fornido, uniformado con cleriman, con las venas tensas y los ojos henchidos de odio, insufla arengas violentas a todo pulmón, instigando la defenestración del gobierno democráticamente electo.
¿Qué función cumple la jerarquía católica en la convulsa Nicaragua actual?
En América Latina, las jerarquías católicas históricamente fueron contrarios a cualquier proceso revolucionario. Es más, muchos obispos y cardenales fueron y son cómplices de los asesinados selectivos de sus sacerdotes que optaron por la “opción preferencial por los pobres”.
La jerarquía católica nicaragüense actual estuvo “cómodo y silente” con el Gobierno de Daniel Ortega porque éste, en 2005, “les concedió la prohibición del aborto”.
Pero, este “contubernio revolucatólico” fue traicionado por los mitrados porque se dieron cuenta que “sus ovejas” se salían del corral.
Las personas indignadas que desenmascararon a la jerarquía católica en Diriamba no son delincuentes, ni mucho menos “turba”, como dice la Iglesia Católica.
La mayoría de ellas, son fieles católicos despiertos.
Si hubiese sido una “turba”, ahora estaríamos asistiendo a un sepelio de varios obispos y curas (promotores y defensores de delincuentes atrincherados en los templos) asesinados por sus fieles Por qué para la jerarquía católica Daniel Ortega, hasta hace tres meses atrás, era un gobernante ejemplar, y ahora es su enemigo?
¿Por qué obispos y curas, utilizando insignias y sotanas sacras, predican la defenestración y odio contra Ortega?
¿Por qué no existe un solo pronunciamiento o comunicado de la Iglesia Católica en contra de los delincuentes armados que se atrincheran en los templos católicos, para desde allí asesinar a los creyentes seguidores de Daniel Ortega?
Como en la Edad Media, los mitrados en Nicaragua creen tener potestad para ungir y destituir gobernantes terrenales, ¿Será que no se dan cuenta que vivimos en el siglo XXI? ¿Por qué declaran abiertamente la “guerra santa” a un gobierno elegido por el pueblo?
Ahora, los obispos dicen defender a los pobres, pero los pobres de Nicaragua optaron por el proceso de cambio que ¿Por qué callaron sistemáticamente durante más de 500 años ante el despojo sangriento de los católicos empobrecidos en nombre de Dios?
¿Por qué guardaron silencio cuando los gobiernos neoliberales, sólo en décadas pasadas, asesinaban millones de niños nicaragüenses por hambre y desnutrición?
La jerarquía católica debe entender que el pueblo de Nicaragua ya no está dispuesto a someterse a una oligarquía religiosa que los quiere trasquilar en nombre de Dios.
Mucho menos ser deglutido por un Imperio de la muerte que destruye países enteros y asesinan niños en nombre de un Dios desconocido, cómplice de tanta atrocidad.
https://www.redvolucion.net/2018/07/11/guerra-santa-en-nicaragua/