Europa: Milunka Savic: Una amazona de Serbia para el mundo

La leyenda de la creación de la mujer, con una costilla extraída de Adán, encubre un mensaje subliminal de sometimiento y relegación, un mito que muchas de ellas decidieron quebrar en el curso de la historia.

Quizás no hay pueblo o nación en el mundo que no tenga un ejemplo. Y Serbia no es la excepción.

El nombre de Milunka Savic le dice poco y nada a un lector en cualquier latitud del mundo y lo único reconocible podría ser su indiscutida ascendencia eslava.

Sin embargo, si sabemos que fue condecorada dos veces con la orden de la Legión de Honor y la Cruz de Guerra 1914-1918 con palma de oro (la única mujer), de Francia, la orden San Jorge y San Miguel, del Reino Unido, y la Cruz de San Jorge, de Rusia, todas por sus méritos en combate, entonces despierta el interés.

En cuanto a los honores nacionales, recibió todos los más relevantes, entre ellas dos Estrellas de Karadjordje y la Medalla de Oro al Valor Milos Obilic, lo cual la convierte en la mujer más condecorada en el mundo por méritos militares.

Todo comenzó cuando tenía apenas 21-23 años (la fecha de nacimiento no es precisa, 1890 o 1892).

Un día llegó a su modesta casita en una aldea del distrito de Raska, en el remoto sur del país, la carta de reclutamiento para su hermano, coincidiendo con el estallido de la segunda guerra de los Balcanes y la joven Milunka se cortó la abundante cabellera, se vistió con ropa de hombre y se presentó a filas.

Pronto integró el Ejército de Tierra de Serbia con el que participó en varias batallas, entre ellas la de Bregalnica, por la cual recibió la primera distinción.

> Sufrió heridas en varias ocasiones, pero por la recibida en el pecho debió ser recluida en un hospital y entonces se descubrió su verdadero sexo. Eran tiempos en que no se permitía a mujeres ser militares, pero el arrojo demostrado por Milovan (así se inscribió) convenció a sus superiores e hizo añicos las barreras.

Finalizadas esas dos contiendas, estalló lo que luego se denominaría la Primera Guerra Mundial, en la que su bravura brilló con luz propia en la batalla de Kolubara y después en la del río Crna, cuando capturó ella sola 23 soldados agresores búlgaros.

Colmada de gloria y galardones al terminar la conflagración en noviembre de 1918, fue desmovilizada poco después, cuando rechazó trasladarse a Francia, donde le aguardaba una vida muelle y jugosa pensión, y decidió permanecer en Belgrado como empleada en una oficina de correos.

Se casó en 1923, tuvo una hija, se divorció y adoptó a tres niñas más, las educó ella sola.

Pero en el período entre las dos guerra mundiales, cayó en el olvido y tuvo que hacer cualquier trabajo doméstico para subsistir, hasta que en 1927 consiguió una plaza fija en el Banco Hipotecario del Estado de..Âífriega pisos!, hasta ocho años más tarde, cuando fue promovida a... limpiar la oficina del director.

Cuando la ocupación alemana durante la Segunda Guerra Mundial, por negarse a compartir como heroína (se acordaron entonces de ella) en un banquete con generales y oficiales nazis la condenaron a 10 meses de cárcel.

No fue hasta la victoria del ejército guerrillero popular comandado por Josip Broz Tito y el inicio de la etapa socialista que recibió en 1945 una pensión del Estado, pero siguió viviendo en pésimas condiciones, sin pedir nada, hasta que a inicio de los 70 le otorgaron un apartamento en el corazón de Belgrado.

Allí falleció, el 5 de octubre de 1973, con 81 años de edad, y fue sepultada junto a otros héroes del país en el Nuevo Cementerio de Belgrado, adonde acudió el 15 de julio de 2019 el presidente de Francia, Emmanuel Macron, a rendirle tributo a quien su país también tuvo como una heroína.

Una calle de la capital lleva su nombre, en la villa de Vitanovac, municipalidad de Kraljevo, lo exhibe con orgullo una escuela, y su pequeña casita natal en la sureña Raska es hoy un sitio de culto para honrar a esta amazona serbia, un ejemplo irrefutable de que lo de sexo débil es realmente insostenible.

*Corresponsal de Prensa Latina en Serbia