Un viernes 13 de junio de 2014, Antonio Aguirre Vásquez, hubiera cumplido 70 años. En 1973, era un joven de 29 años, miembro de la Juventud Socialista. Algunos también señalan que era conocido como “Gonzalo”. Que era miembro del GAP, carpintero ayudante mueblista y oriundo de Curanilahue.
El 11 de septiembre de 1973, Antonio Aguirre se encontraba en el Palacio de la Moneda, donde resiste y es uno de los primeros en iniciar la defensa de La Moneda y del Presidente Allende.
Es una de las imágenes que recuerdo del 11 de septiembre del 73, aún siendo un niño. Siempre me cautivó esta imagen de heroismo y soledad. F
ue una de las imágenes preferidas de la dictadura en sus primeros días, tratando de convertir lo sublime en obsceno.
No conozco mucho de él. Me imagino a Antonio como un joven leal al Presidente Allende, a su gobierno, a su ritmo y dinámica incomprendida muchas veces. Seguramente escuchaba a esos jóvenes igual que él, con sus reclamos por lo lento del proceso. “Reformista” tienen que haberle dicho muchas veces, casi como un agravio.
Pero Antonio debe haber pensado que la revolución chilena no era asunto de consignas ni fetichismo.
Probablemente puede haber recordado el discurso del Presidente Allende, a los jóvenes en la Universidad de Guadalajara:
“Un ejemplo personal: yo era un orador universitario de un grupo que se llama Avance; era el grupo más vigoroso de la izquierda.
Un día se propuso que se firmara, por el grupo Avance un manifiesto -estoy hablando del año 1931- para crear en Chile los soviets de obreros, campesinos, soldados y estudiantes.(…)
Éramos 400 los muchachos de la universidad que estábamos en el grupo Avance, 395 votaron mi expulsión; de los 400 que éramos, sólo dos quedamos en la lucha social.
Los demás tienen depósitos bancarios, algunos en el extranjero; tuvieron latifundios -se los expropiamos-; tenían acciones en los bancos -también se los nacionalizamos-, y a los de los monopolios les pasó lo mismo.
Pero en el hecho, dos hemos quedado; y a mí me echaron por reaccionario; pero los trabajadores de mi patria me llaman el compañero presidente.”
La lealtad y la permanencia de la convicción tienen esa opacidad, que solo la hacen brillar después de un largo tiempo o en situaciones de extrema decisión, como las que vivió, entre otros, Antonio. Esa lealtad de aquellos hombres junto al Presidente, que habían comprometido defenderlo con su propia vida
Al ser ocupado el Palacio de Gobierno por las fuerzas militares, Antonio Aguirre fue hecho prisionero y enviado a la Posta Central, por sus heridas en una pierna y en la región lumbar. En el centro de urgencia fue sometido a intervenciones quirúrgicas.
El 2 de octubre de 1973, aún en tratamiento, a las 10.50 horas fue detenido y sacado de la Posta por una patrulla militar que lo condujo a algún lugar desconocido.
Todos los esfuerzos realizados para ubicar a Antonio Aguirre han sido inútiles. El permanece desaparecido desde el 2 de octubre de 1973, día en que una patrulla militar lo sacara en calidad de detenido desde la Posta Central, lugar donde se recuperaba de las 8 heridas a bala recibidas en la toma de La Moneda, según consta en el parte médico.
Su semblante visible y silencio por largos años, expresa a tantos hombres y mujeres anónimas presentes y ausentes, que ofrendaron sus vidas y resistieron con sus cuerpos la larga noche de horror. Es tarea de muchos rescatarlos, uno a uno, de la oscuridad y el olvido.
Y traer su luz al presente.
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