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Nicaragua: Seguridad por el bien común


1- Un delincuente, autor o cómplice de delito, suele descalificar la actuación policial-estatal por el simple motivo que le impidió delinquir o actuó ante un hecho penado por ley que cometió o del que fue partícipe, frustrando o limitando la acción criminal o evitando usufructuar beneficios e impunidad.

2- La policía, entidad de seguridad pública, -elemento inseparable del bien común-, tiene dos funciones esenciales e inseparables: prevención y coerción.

 i) “Prevenir” para que no ocurran delitos que afecten personas, propiedad y paz social, mediante patrullaje, regulación, campañas informativas, inteligencia, etc.

 ii) “Reprimir” falta o delito ocurrido, restablecer orden alterado, investigar, usar fuerza legítima, capturar al autor y llevarlo ante autoridad competente según la ley, asumiendo responsabilidad por su actuación.

3- La policía debe priorizar auxilio y protección a víctimas. 

La acción policial contra autores de delito, contra quienes pretendan alterar orden social, destruir, dañar personas y bienes públicos o privados, debe ser inmediata, oportuna, conforme a la ley.

4- La no actuación policial frente al desorden público que impida desempeño social y económico, movilidad, vida comunitaria, es omisión; actuar es deber del estado y su fuerza pública; es obligación ineludible por bienestar general, restablecer y preservar seguridad ciudadana, convivencia: condiciones para la paz y el desarrollo.

5- Los ciudadanos necesitamos que el Estado, a través de sus cuerpos de seguridad pública, nos garantice seguridad, orden, para ejercer nuestros derechos fundamentales -asumiendo las obligaciones que implican-, que preserve la convivencia colectiva y actúe con efectividad contra comportamientos delictivos que afecten la vida y el desarrollo colectivo.

6- Caos, anarquía, desorden público, para ocupar poder político de facto, son delictivos, antidemocráticos, no cívicos. Manipular, azuzar y desinformar, aunque sea empresario, religioso o de cualquier origen, es oportunismo mal intencionado. 

El camino democrático, legítimo, cristiano -práctica de esperanza y amor-, son opuesto a esos actos y actitudes ilícitas y delictivas.

7- Nicaragua retomará rumbo de prosperidad, seguridad y paz con las personas de buena voluntad, que creemos, con patriotismo cívico, que el diálogo responsable (asumiendo y cumpliendo compromisos), es el camino del bien común, sin injerencia extranjera, ni desinformación, que, aunque contamina las mentes y manipula emociones negativas, no es sostenible. 

Perdón sin impunidad y no repetición.

Francisco Bautista Lara
Paz y bien.
FJBL, 8 de mayo 2019

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