Asistí en calidad de invitado al acto conmemorativo del séptimo aniversario de la muerte de Tomas Borge Martínez y del siempre conmemorado Primero de mayo, Día Internacional de los Trabajadores.
Era inevitable asistir porque ese 30 de abril, que fue la antesala para recordar la masacre de chicago en 1886 en Estados Unidos, había ocurrido desde su madrugada otro intento de golpe de estado contra la Revolución Bolivariana de Venezuela y siendo nuestros países, el de Bolívar y el de Sandino, naciones con identidades tan símiles lo que correspondía era estar viviendo el ambiente donde el presidente de la república, Daniel Ortega Saavedra, compartiría a la nación el mensaje coyuntural que ya conocemos.
Nicaragua nacionalmente vio el evento en cadena televisiva, pero en el Olof Palme se palpaba la ansiedad de los presentes, que a lleno completo ocuparon el centro de convenciones, porque había hambre por un mensaje orientador que abordara la coyuntura tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.
Hay mucha arista que de la connotación de “miseria humana” pudiera tomar para referir claramente a la perversidad mental y diabólica que camina en dos patas y los primeros que deberían saberlo son quienes piensan que los nicaragüenses nos chupamos el dedo, que por ser mansos creen que somos mensos y que por vernos negociar apuestan a que somos débiles.
El interés que realmente motiva al diálogo, como el que quiere llevar a feliz término el gobierno, no es la de proyectar la fortaleza de Daniel Ortega, porque de eso se encargan los hechos y la realidad que vive el país, sino alcanzar la paz, la paz como vía para ir nuevamente al encuentro de la reconciliación y alcanzar el desarrollo integral de Nicaragua como el que llevábamos antes del 18 de abril de 2018 y eso vale tragar cualquier cantidad de sapos, incluidas las miserias humanas con las que hay que hablar para alcanzar ese propósito y por eso se fue a la pantomima que representó aquel “dialogo” promovido por el ala política de la conferencia episcopal y por eso se está hoy conversando en el INCAE con los de la Alianza que de “cívica” tiene poco y de cínica mucho.
En ese contexto el presidente Daniel Ortega asumió un discurso franco y sincero que puso las banderillas sobre el lomo de la miseria humana que no realiza el daño que hizo al país, que cree que la negociación es exigir sin dar, que cree que aquel encontró es para figurar mediáticamente y lo que es peor que los nicaragüenses nos tragamos el cuento de que ellos representan a algún sector mayoritario de Nicaragua.
Hay miserias humanas que están sentados en calidad de propietarios en la mesa del INCAE que se creyeron el cuento, no solo de que representan a las mayorías en este país, sino que, en su peor locura, se creen tan presidenciables, después de la trastada que le hicieron a la nación, que hasta caminan como candidatos y cuando se ponen frente a los micrófonos de los medios de la falsedad se pintan de gallitos perfilando que están imponiendo sus exigencias cuando la verdad es que dan pena ajena como negociadores porque no son capaces de sostener con argumentos que sus propuestas no solo sean legítimas, sino que además las puedan sostener porque ellos no son más que marionetas de los titiriteros que desde afuera quieren manejar todos los hilos.
Los que están dentro lo único de lo que podrían ser capaces es de estampar sus firmas en un comunicado donde se pida el levantamiento por parte del imperio de todas las sanciones fraguadas cobardemente contra Nicaragua y paremos de contar. Sin embargo, si los seis de adentro hacen eso las otras miserias humanas que están afuera se los hartan vivos porque a ellos tampoco les interesa que terminen esas agresiones porque eso les representa asesinar la fuente de financiamiento que los distingue como lo verdaderamente mercenarios que son.
Si esta miseria humana fuera inteligente se daría fácilmente cuenta que esas sanciones y agresiones también le afecta a ella, pero como está recibiendo lo suyo, como el financiamiento le es matemáticamente puntual, entonces no se va a dignar a pedir el levantamiento de la Nica-Act, ni la aplicación de la Ley Global Magnitsky ni el cese de la actitud invasiva e interventora de la O.E.A como instrumento de los ofensivos, vulgares y ordinarios caprichos de un Imperio que como Estados Unidos usa la prepotencia y arrogancia para vender una fortaleza planetaria que lo conceptúa en la última etapa de su propia decadencia.
A mí que no venga Juan Chamorro a decirme que es un líder político o peor aún representante del pueblo.
Este es un pinche suspirante del poder que para materializar su sueño tiene que ir a una primaria familiar porque la Claudia también quiere como igual pretende Carlos Fernando;
A mí que no me diga José Aguerri que no le apetece la idea de una candidatura si cuando aún me daba la mano no me escondía su felicidad cuando le decía que era candidatiable cosa que no compartían otros asociados en el COSEP que me decían que el “Chano” en la práctica era un dictador y que era peor que Somoza;
A mí que no me venga a decir Mario Arana que representa al pueblo sino tiene idea de lo que es el contacto político con la gente de abajo y que lo más cerca de la política que ha estado es desde las alturas del poder con el tristemente célebre de Enrique Bolaños e calidad de Ministro lo que le permitió posteriormente escupir en los círculos económicos como lo hace ahora desde AMCHAM que es una dependencia del imperio disfrazada de entidad empresarial pero que tienen como fin ser un filtro a través del cual ubicar fichas y hacer profilaxis en algunas economías a fin de permearlas y penetrarlas.
De qué liderazgo o representación puede presumir José Pallais si este lo más cerca que tuvo como vía de contacto con el pueblo fue una inmerecida diputación que por la frecuencia de negocios que tenía con el expresidente Arnoldo Alemán fue premiado con un escaño en la Asamblea Nacional donde recuerdo que en las reuniones de bancada que tenía el PLC este era incapaz de ver ni con el rabo del ojo a las personas que atendían o que visitaban aquel sótano del antiguo Banco de América en busca de cualquier ayuda y de las que se corría burlándose de las necesidades de aquellos humildes liberales a los que con despreció les llamaba pobres miserables.
Estas miserias humanas son con las que el GRUN está conversando en calidad de propietarios en el INCAE, en Metrocentro, en la Nunciatura o donde tenga que hacerlo por el más alto interés de la paz, pero hay otras que si quieren asomar la cabeza perfilándose como ofendidas porque se les llama miserias humanas también pueden ser sujetas de menciones especiales porque sus colas son dinosáuricas, sus techos son sumamente frágiles y sus oportunismos públicos.
Y de esta gente que se alegra por lo que sufre el país, que hacen fiesta cada vez que los Estados Unidos nos sancionan a nosotros o los amigos de Nicaragua como Venezuela o Cuba, naciones que no le hemos hecho nada al imperio, es que habló ayer el Presidente Daniel Ortega cuando dijo que todos sabemos de las actitudes invasivas e intervencionistas del Tío Sam, pero que lo que verdaderamente da vergüenza es como los lacayos nacionales abogan por que se agreda al país que a uno lo vio nacer, sino que además lo celebran con notoria alegría.
Al respecto el presidente dijo literalmente; “Lo que realmente es vergonzoso e indignante es el comportamiento de los Judas y los Caines.
Esos es lo más vergonzoso. Son los mismos que agarraron a Cristo y buscaron a los romanos, al gobernador, a Pilatos, para pedirle la cabeza de Cristo. Y Pilatos, incluso quiso salvar a Cristo porque no encontraba razón, pero los mismos, a los que nuestro General Sandino llamó peleles y vende patrias, esos son los más abyectos que puedan existir en nuestra tierra y sobre nuestro planeta, los que entregan a su pueblo, lo que entregan a su Patria a los imperialistas de la tierra”.
“Los que andan ahí de rodillas pidiendo sanciones contra su pueblo. Los que se alegran cada vez que sancionan a su pueblo, eso es lo más abyecto que puede haber sobre la tierra y lo más abyecto que puede haber aquí en nuestra patria Nicaragua. Porque están continuamente celebrando, cada vez que hay una sanción contra Nicaragua celebran. Si hay una sanción contra Cuba celebran. Si hay una sanción contra Venezuela celebran, se alegran, sí”,
“¿Dónde tienen el alma? ¿Dónde tienen corazón? No tienen ni alma, ni corazón, lo que tienen es veneno, veneno, nacieron marcados por el veneno, lo que los convierte realmente en miserables, esa es la miseria humana, es una expresión de la miseria humana”.
“No he escuchado un solo pronunciamiento, ni un solo comunicado, de parte de los que promovieron y practicaron el dolor, la muerte cuando el país estaba en paz y mejor que nunca.
No he escuchado de parte de ellos, ni de parte de quienes coinciden con ellos en los diferentes campos, económicos, mercantiles o espirituales.
No he escuchado una sola palabra o condena a las sanciones que le han venido aplicando a Nicaragua.
Se alegran más bien, aunque los esté afectando a ellos mismos, porque también los afecta a ellos.
Es un comportamiento tan descompuesto que, aunque los afecte a ellos, se alegran, porque se le apliquen sanciones a Nicaragua, pensando que con eso van a poder destruir la dignidad, el alma, la firmeza, la conciencia de la inmensa mayoría del nicaragüense, que sí tiene dignidad y sí no se rinde, ni se vende”, dijo claramente el presidente Ortega.
QUE DIOS BENDIGA A NICARAGUA.
Por: Moisés Absalón Pastora.