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Arias ha falseado la historia, afirma Vinicio Cerezo, artífice de Esquipulas II



Veinte años después de Esquipulas, Vinicio Cerezo y Daniel Ortega acusan a Óscar Arias de haber obstaculizado las negociaciones y de inventarse la autoría de un plan de paz que terminó valiéndole un premio Nobel. 

"Es mentira que el presidente Arias llegó a presentar un documento... ¡pero es absolutamente mentira!", dice Cerezo. 

"La iniciativa fue mía".

Por Daniel Valencia, diario digital El Faro, de El Salvador

"Es hora de contar la historia como debe de ser. No con los cuentos del ganador". La frase es de Vinicio Cerezo, quien fuera presidente de Guatemala en la segunda mitad de los años ochentas, y anfitrión de las dos cumbres de Esquipulas que dieron por resultado un documento en el que los cinco mandatarios centroamericanos manifestaban su decisión de pacificar la región.

Cerezo estuvo la semana pasada en San Salvador, en una visita privada, pero aprovechó para contar a este periódico su propia versión del acuerdo que terminó dándole al entonces (y ahora) mandatario costarricense, Óscar Arias, el Premio Nobel de la Paz. 

El ex presidente guatemalteco asegura que "nunca" existió un documento Arias para la paz, y que el Nobel se adjudicó algo que no le correspondía. 

"La iniciativa fue mía, de eso no hay ninguna duda. Cuando yo propuse la reunión de presidentes y el plan de paz –que todavía no estaba en una fórmula de acuerdos-, Arias no estaba todavía como presidente de la república". 

Veinte años después de aquel histórico acuerdo, dos de los firmantes (Cerezo y el entonces, y ahora, presidente de Nicaragua, Daniel Ortega) han decidido hablar públicamente de lo que consideran una "mentira histórica". 

Los otros dos firmantes, el salvadoreño Napoleón Duarte y el hondureño José Azcona, ya no están vivos para dar su versión. Ortega declaró la semana pasada que el presidente Arias "conspiró" junto a los Estados Unidos al intentar dejar fuera a Nicaragua de las negociaciones de paz, una versión que Cerezo confirma. 

El nicaragüense se negó a asistir a los actos conmemorativos de la firma del acuerdo, celebrados en San José la semana pasada a invitación de la fundación Arias. Fue el único mandatario centroamericano ausente en la reunión. 

Cerezo ni siquiera fue invitado, según él mismo confiesa.

 Los tres han confirmado su asistencia el martes de esta semana, en Managua, a un acto convocado por el Cardenal Obando y recibirán un doctorado honoris causa.

El Nobel de Esquipulas

La página oficial de los Premios Nobel declara que el premio de paz 1987 le fue conferido a Arias "por su trabajo por la paz en América Central, esfuerzos que llevaron al acuerdo firmado en Guatemala el 7 de agosto" de 1987.

Ese acuerdo es Esquipulas II, del cual se acaban de conmemorar dos décadas La historia oficial otorga al presidente costarricense la autoría del llamado Plan Arias, que culminó con la firma del acuerdo de Esquipulas. 

Sin embargo, tanto Ortega como Cerezo aseguran que la historia real fue muy distinta, y hablan de un Arias obstaculizando el proceso para dejar fuera a la Managua sandinista del acuerdo.

Según Cerezo, el acuerdo se planificó en Esquipulas I, celebrada en 1986, y se fue cuajando durante todo un año. 

El documento final fue terminado en el Hotel Real de Guatemala... y firmado en su oficina (ver entrevista). "El documento original de Esquipulas II lo presentamos nosotros en Guatemala. 

Y fue discutido y redactado detalle por detalle por los técnicos de todos los países y cada frase la aprobábamos los presidentes", dice Cerezo. 

"Aunque nosotros produjimos el documento básico, el documento final fue un esfuerzo de todos. Es mentira que el presidente Arias llegó a presentar un documento". 

El canciller de Guatemala, Gerth Rosentahl, quien trabajó para la subsecretaría de la CEPAL en México, oficina de la ONU que apoyó con asesoramiento en la redacción del acuerdo, dijo a El Faro que no puede comentar las declaraciones del expresidenter. 

"Entiendo la situación del ex presidente Cerezo, quien jugó un papel destacado en la negociación del acuerdo y quizá se sienta relegado en cuanto al reconocimiento que se merece. 

Pero no ganamos nada al entrar en una discusión de quién tuvo más peso para la realización del acuerdo", dijo vía telefónica. Sin embargo, a la hora de responder quién fue el precursor del acuerdo de paz y si el mérito se le tenía que dar a uno solo presidente, respondió: "ese acuerdo lo aprobó la región en conjunto.

En Guatemala pensamos que el papel del presidente Vinicio Cerezo fue igual de relevante. 

A los guatemaltecos nos hubiera gustado que ese premio hubiera sido compartido con el presidente Cerezo. 

A mí, en lo personal, me hubiera gustado más que el Nobel hubiera sido compartido entre todos los mandatarios de la región".«Soy uno de cinco presidentes»

Hace 20 años en Estocolmo, durante la ceremonia de entrega del premio Nobel, Óscar Arias pronunció un discurso en donde exaltó la importancia de todos los mandatarios de Centroamérica en la obtención de un histórico acuerdo que marcó la pauta para que los conflictos bélicos en la región cesaran.

 "Recibo este premio como uno de los cinco Presidentes que han comprometido ante el mundo la voluntad de sus pueblos para cambiar una historia de opresión por un futuro de libertad; para cambiar una historia de hambre por un destino de progreso; para cambiar el llanto de las madres y la muerte violenta de los jóvenes por una esperanza, por un camino de paz que deseamos transitar juntos", dijo.

Pero antes de mencionar a sus homólogos, Arias habló de su plan, un documento que 20 años después revela cicatrices entre tres firmantes del acuerdo que todavía no han sanado.

 "Ante la cercanía de la violencia de Centroamérica, Costa Rica y toda su historia, Costa Rica y en especial el idealismo de su Patria Joven me exigieron llevar al campo de batalla de la región la paz de mi pueblo, la fe en el diálogo, la necesidad de la tolerancia.

Como servidor de ese pueblo, propuse un plan de paz para Centroamérica.

Ese plan se fundamentó también en el grito libertario de Simón Bolívar, expresado en el trabajo tesonero y valiente del Grupo de Contadora y del Grupo de Apoyo", dijo Arias. Ahora Cerezo dice:

"Adjudicarle a la genialidad de un presidente el trabajo de unas 200, 300 personas es un acto de injusticia histórica.

Es mentira que el presidente Arias llegó a presentar un documento... ¡pero es absolutamente mentira!" En uno de esos equipos que trabajaron en la redacción del documento, por el lado de El Salvador, se encontraban Fidel Chávez Mena y Adolfo Rey Prendes, funcionarios de gobierno en tiempos de Napoleón Duarte. Ambos comparten la versión de Cerezo.

 "(El acuerdo de paz) fue redactado detalle por detalle e intervenimos un grupo de personas, un montón de gente que participamos en eso. Sin disminuir la importancia, que la tuvo (Arias), el hecho está en que nació como dice el presidente Cerezo.

Todos lo discutimos conjuntamente", dice Chávez Mena. Adolfo Rey Prendes, hombre de confianza del presidente salvadoreño Napoleón Duarte, señala que los principales artífices del acuerdo de paz para Centroamérica fueron Cerezo y Duarte, "quienes además de ser grandes amigos, compartían una fuerte relación basada en principios ideológicos por ser ambos demócratas cristianos. "Cerezo y Duarte fueron los principales negociadores del acuerdo", dice Rey Prendes.

"Yo acompañé a Napoleón Duarte a una reunión con Daniel Ortega en Nicaragua en donde Duarte buscó convencer a Ortega para que este apoyara el plan de paz en la región.

Sin duda, Duarte de El Salvador y Cerezo de Guatemala merecen mucho más peso en la historia que Arias. Él no hizo nada". El ex ministro de la presidencia incluso se atreve a formular que quién ideó el plan de paz para Centroamérica fue su "amigo".

"Duarte, desde que tomó posesión en 1984, tenía una postura muy clara, y personal, de convertirse en el hombre que negociaría la paz para El Salvador y Centroamérica.

Pese a la presión de Washington para que no ocupara la palabra diálogo para terminar el conflicto en El Salvador, Duarte fue lo primero que propuso en su primer discurso en la sede de la ONU en 1984", dice. "El plan de paz no se hubiera concretado si Duarte no hubiera convencido a Ortega de que lo apoyara.

Esto, pese a que entre ambos mandatarios había conflicto. Recuerde que en Ilopango, Estados Unidos nos había metido la base militar de apoyo a los Contras. Y desde Nicaragua estaba claro que los sandinistas apoyaban a la guerrilla salvadoreña". Abraham Rodríguez, secretario privado de Duarte, matiza un poco la versión de su ex compañero de partido.

"Sin duda que Duarte fue pieza clave para el acuerdo de Esquipulas, pero sería muy desatinado decir que él fue el promotor de una Centroamérica en paz. Ese mérito hay que adjudicárselo a Contadora y el grupo de apoyo y a todos los presidentes... y a Vinicio Cerezo en Guatemala, que con el apoyo de Duarte, jugó un pape crucial", dice.

El gobierno estadounidense no quería una Centroamérica unida que hablara de diálogo para solucionar la paz. Con los sandinistas y Daniel Ortega gobernando Nicaragua y la guerrilla salvadoreña buscando la "revolución" en El Salvador, el presidente Ronald Reagan impulsaba la solución militar del conflicto.

El apoyo a los contras era su principal arma. En la vía diplomática, su otra arma era el descrédito hacia el gobierno sandinista. "Quien más preocupado estaba por la situación de la región era Estados Unidos.

Precisamente por el papel de Nicaragua en la región", dice el ex embajador por El Salvador en Washington, Ernesto Rivas Gallont. "Todo lo que sucedía, en una u otra forma, Estados Unidos tenía que ver. No sé si Estados Unidos tuvo que ver con el premio Nobel para Óscar Arias, pero el gobierno del presidente Reagan estaba muy cerca del cardenal Obando y Bravo (de Nicaragua).

De hecho, es conocido que Washington presionó en el Vaticano para que Obando y Bravo fuera el cardenal de Nicaragua. Obando y Bravo era hombre de Washington, de eso no hay duda. Y ahora, la semana entrante, Arias irá a nicaragua a agarrarle la mano a Obando y Bravo y decirle: nosotros fuimos", dice Rivas Gallont, en alusión a la visita que hará Oscar Arias este 21 de agosto a Managua, previa invitación del cardenal.

 "Es cierto. No fue una iniciativa de Arias. Que Arias salió premiado, creo que Obando y Bravo tuvo que ver mucho en eso. Ahora, que Esquipulas fue el artífice de la paz en la región tampoco es cierto.

Hay una secuencia de eventos que sucedieron a partir de Esquipulas que hicieron los acuerdos de paz en El Salvador y el resto de la región", agrega. En diciembre de 1987, la revista Envío, una publicación de análisis de la Universidad Centroamericana de Nicaragua, publicó un artículo en donde menciona la relación entre Obando y Bravo y un plan de paz, muy diferente al de Esquipulas, propuesto por Arias.

 "Al calor del Contragate, crisis de Reagan y cierto despertar del Partido Demócrata de Estados Unidos, el Presidente Arias comenzó a elaborar la primera versión de su Plan de Paz, que concibió inicialmente como un mecanismo de presión política, en forma de ultimátum, contra Nicaragua, coincidente en todo con los planes de Reagan menos en la continuación de las presiones militares por la guerra contrarrevolucionaria", reza el texto.

Según la revista, "en coincidencia con ese Plan", siete partidos políticos de oposición de Nicaragua - los extraparlamentarios y pro-norteamericanos de la Coordinadora y otros presentes en la Asamblea- elaboraron un plan de 9 puntos y se acercaron públicamente al Cardenal Obando buscando implícitamente su apoyo para el mismo.

 "Es en esta delicada coyuntura, de la que finalmente saldría una reelaboración del Plan Arias, cuando noticias publicadas fuera de Nicaragua revelaron que el Cardenal estaría haciendo planes con estos grupos opositores, basándose para ello en datos sobre lo discutido en las conversaciones Iglesia-Estado", añade la revista.

De Contadora a Esquipulas II

Ante el conflicto regional y particularmente ante la confrontación Estados Unidos -Nicaragua, el Grupo de Contadora fue creado en 1983 para hacer frente a la situación explosiva que reinaba en América Central, y responder de manera ejemplar a una triple preocupación: poner fin a los terribles sufrimientos que padecían los pueblos de América Central a causa de los conflictos militares de sus países, defender el derecho de cada uno de ellos a la independencia y contribuir a la solución de una crisis cuyas repercusiones implicaban graves riesgos para la paz en el mundo.

 Los Ministros de Relaciones Exteriores de Colombia, México, Panamá y Venezuela se reunieron en la isla de Contadora, donde decidieron aunar sus esfuerzos y firmaron el Acta de Contadora para la Paz y la Cooperación en Centroamérica.

Este plan de paz recibió el respaldo del Consejo de Seguridad, de la Asamblea General de las Naciones Unidas y de numerosos organismos regionales e internacionales. En 1985 se crearon Grupos de Apoyo en Lima, Argentina, Brasil, Perú y Uruguay en torno a los consejeros del Grupo de Contadora que a partir de entonces se reunieron conjuntamente.

En enero/87, los Grupos de Contadora y de Apoyo y los Secretarios Generales de la ONU y la OEA -Pérez de Cuéllar y Baena Soares- realizaron una gira por los países centroamericanos buscando contribuir a la paz en la región. En febrero/87, la III Conferencia Ministerial, que contó con la participación de la Comunidad Económica Europea (CEE), los países centroamericanos y el Grupo de Contadora, concluyeron, a pesar de Tegucigalpa (Costa Rica, Honduras y El Salvador) que el Grupo de Contadora seguía siendo "la única instancia viable para acceder a una solución política" para la región.

El plan de Arias

Hace dos semanas, los presidentes de la región -exceptuando Daniel Ortega- se reunieron en Costa Rica para conmemorar el vigésimo aniversario de los acuerdos de Esquipulas II. La ausencia de Ortega en la celebración organizada por la Fundación Arias –organización creada por Arias luego de haber recibido el Nobel-, según manejó la prensa nicaragüense, fue resultado de las fuertes diferencias entre los dos presidentes.

Según una publicación nicaragüense, ex cancilleres del vecino país apoyaban la postura de Ortega y señalaban que al mandatario siempre le molestó el protagonismo que Arias se adjudicó con los acuerdos.

"Para el ex canciller Norman Caldera, lo que Ortega no tolera es el afán de "protagonismo" de Arias en la región, lo que le permitió en 1987 recibir el premio Nóbel de la Paz por la firma de los Acuerdos de Esquipulas, cuando otros presidentes como el salvadoreño Napoleón Duarte y el guatemalteco Vinicio Cerezo habrían hecho más trabajo por la pacificación en Centroamérica", dice la página web La Gente, de una estación de radio de Nicaragua.

El miércoles 8, el mismo día en que Arias junto a los actuales presidentes de la región celebró la conmemoración de Esquipulas II en San José, Ortega llamó a Arias "conspirador".

"En una ocasión, el Presidente de Costa Rica reunió a los Presidentes centroamericanos en Costa Rica, antes de estos Acuerdos, ¡y les propuso que alcanzaran acuerdos sin tomar en cuenta a Nicaragua!". Ortega se refería al "único" documento que Arias, según la versión de Cerezo, presentó al resto de mandatarios.

Ese plan consistía en la creación de la Comunidad Democrática Centroamericana y la firma de un tratado que declarara a cuatro países de la región como "democráticos" y a Nicaragua como "no democrático". "Esa fue la propuesta básica de Arias.

Nosotros dijimos no, no, no; e inmediatamente después de la toma de posesión de Arias en San José Costa Rica, en donde él propone precisamente eso; Napoleón Duarte me habla y me dice: "vos sos el que propone esto pero si firmamos el acuerdo de Arias hay guerra".

Nos conducía irremediablemente en el planteamiento de cuatro contra uno, y eso creaba las condiciones de una guerra", dice Cerezo. Arias convocó a una reunión de mandatarios del istmo con exclusión de Nicaragua un año después de la fecha sugerida por Cerezo. La propuesta, sin embargo, concuerda.

"El 14 de febrero de 1987 dio a conocer un plan de paz que, en principio, negaba toda negociación bilateral con el vecino país y favorecía una especie de ultimátum regional contra Nicaragua", reza un análisis publicado por la revista Envío en marzo de 1988.

En febrero de 1987, seis meses antes de Esquipulas II, Envío publicó una nota en donde narra la reunión entre los presidentes, celebrada el 15 de febrero.

"El propósito de la reunión era lanzar el llamado Plan de Paz de San José - o Plan Arias - en el que, con la pretensión de sustituir a Contadora (ver recuadros), todos los países centroamericanos iban a aceptar una serie de compromisos y, unidos, exigir a Nicaragua el dar una respuesta a los mismos en un plazo máximo de 15 días.

 Las contradicciones entre la política guatemalteca - más independiente de la de Estados Unidos - y la de los tres países del llamado Bloque de Tegucigalpa, y las mismas contradicciones entre estos tres países frente a los compromisos plasmados en el Plan, quitaron a éste su pretendido carácter de ultimátum e incluso relegaron su discusión a una reunión que se tendrá el 15 de mayo en Esquipulas (Guatemala), a la cual participará también el Presidente de Nicaragua".

 La revista señala que "El borrador del Plan de Paz de San José", fue elaborado por el gobierno costarricense con la colaboración del partido demócrata de Estados Unidos –que lideraba el senador Christopher Dodd, y quien se oponía abiertamente a la política militar del presidente Reagan en la región: política de apoyo a los Contras en Nicaragua, desde Honduras, El Salvador y Costa Rica).

La reunión postergada para el 15 de mayo de 1987 fue atrasada un mes más.

Y el siete de agosto, el mundo vio imágenes de cinco presidentes firmando un acuerdo en el que una de sus principales puntos estaba declararle a Estados Unidos un no rotundo al intervencionismo. "En Esquipulas, Centroamérica hizo un alto y dio una declaración: de ahora en adelante yo me encargo de mis asuntos y conflictos internos", dice Rosentahl.

"Arias tuvo su mérito. Todos jugaron su papel. Napoleón Duarte también. Cerezo, por ser anfitrión, jugó un papel especial en la negociación y posterior aprobación del acuerdo", añade el actual canciller guatemalteco.

Al igual que Cerezo, Rosentahl señala que "lo que le valió" a Arias haber sido reconocido como el artífice del plan de paz fue que Costa Rica gozaba en ese momento de la autoridad moral que le daba ser el único país de Centroamérica con credenciales democráticas.

"Tenía la autoridad para hablar del itinerario de la paz. Pero ese acuerdo lo aprobó la región en conjunto. Igual, no importa. Fue un logro que celebramos 20 años después. No deberíamos estar pidiendo demandas por un acuerdo que ya se logró", concluye el canciller.

En eso discrepa Cerezo: "Si él (Arias) inventa una gran mentira va a pagar la factura de lo que inventó".

Entrevista con Vinicio Cerezo «Es hora de contar la historia como debe de ser»

El ex presidente de Guatemala y firmante del histórico acuerdo Esquipulas II dice, 20 años después, que la iniciativa del plan de pacificación en Centroamérica fue suya y no del actual presidente de Costa Rica, Óscar Arias.

 El ahora diputado guatemalteco cree que el Nóbel con el cual fue premiado el presidente costarricense tuvo que haber sido entregado a los cinco presidentes de la región y no sólo a uno. Arias, dice Cerezo, se inventó "una gran mentira, y va a pagar la factura".

Este martes, ambos coinciden en Managua, donde recibirán, junto a Daniel Ortega, un doctorado Honoris Causa.
Por Carlos Dada y Daniel Valencia, diario digital El Faro, de El Salvador

Detrás de Esquipulas II y del Nóbel de Óscar Arias hay una historia sin contar... Cuéntenosla.

El Nóbel lo merecíamos los cinco presidentes, francamente. La iniciativa fue mía, de eso no hay ninguna duda. Cuando yo propuse la reunión de presidentes y el plan de paz –que todavía no estaba en una fórmula de acuerdos-, Arias no estaba todavía como presidente de la república.

No había sido electo. Naturalmente yo no puedo decir que el presidente Arias no se sumó a esto con mucho entusiasmo. El creía que había que lograr la paz en América Central, sólo que tenía una concepción diferente de las cuestiones. Por ejemplo, de Nicaragua.

 El miraba a Nicaragua como una Nicaragua revolucionaria, no necesariamente democrática; y que entonces el esfuerzo debería ser hecho entre cuatro presidentes "democráticos" y un presidente "no democrático", también entre comillas. Esta era una afirmación. ¿Hablamos de la creación de la "Comunidad Democrática Centroamericana"? Sí señor.

Esa fue la propuesta básica de Arias. Nosotros dijimos no, no, no; e inmediatamente después de la toma de posesión de Arias en San José Costa Rica, en donde él propone precisamente eso, Napoleón Duarte me habla y me dice: "vos sos el que propone esto pero si firmamos el acuerdo de Arias hay guerra". Nos conducía irremediablemente en el planteamiento de cuatro contra uno, y eso creaba las condiciones de una guerra.

Y se negaron. Vamos a la reunión de Arias y le decimos: no podemos firmar ese acuerdo -que se llamó "una oración por la paz"-, pero que en la práctica era una propuesta de unirnos los cuatro para exigirle a Daniel Ortega que se volviera democrático. Eso conducía a la polarización.

Decidimos hacer una nueva reunión en donde estuviéramos todos. Esa fue la propuesta mía, apoyada por Napoleón Duarte. Esa fue crucial, porque entonces nos vinimos a la reunión primera de Esquipulas.En junio de 1986.

Ahí se suscribe el acuerdo de hacer un acuerdo. Nos encerramos en un monasterio de claustro. Lo hicimos en Esquipulas por razones obvias: Esquipulas es un centro de fe centroamericano y había que dar un símbolo. Y efectivamente se convierte en un símbolo de la paz. Pero el claustro tenía una razón extremamente estratégica. ¿Cuál?

En ese lugar no podía entrar ningún agente de seguridad, ningún agente de servicio, ningún agente de nada, y entonces ni los rusos, ni los gringos ni los europeos podían poner micrófonos y saber qué íbamos a decidir nosotros allá adentro.¿¡En eso estaban pensando los jefes de estado de Centroamérica!? Así es.

Que no intervinieran. Porque el planteamiento mío era: seamos sujetos de nuestra propia historia. Y para hacerlo tenemos que tomar una decisión, hacer un acuerdo de comunicarnos entre nosotros y no permitir que nos digan ellos cómo hacer las cosas.

Yo estaba leyendo un libro de un general de Vietnam que describía cómo los americanos los habían llevado a pelear con Camboya mintiéndoles. Entonces aconsejaba: cuando Estados Unidos esté metido en un conflicto regional, no permitan que les den información parcializada.

 Comuníquense entre ustedes para ver sí están diciéndole la verdad. Y ese fue el acuerdo que hicimos: vamos a hacer el acuerdo de que nosotros vamos a contarnos mutuamente lo que nos dicen los americanos que está pasando en el área.

 ¿Qué decía Estados Unidos? Si hubiéramos hecho caso a los americanos... "Nicaragua se estaba armando con Mig 21, con misiles, con tanques Stalin"... etc. Y nos hubieran dicho que para estar preparados militarmente hay que comprar F-4, tanques M-40 etcétera, y estar listos para la guerra. Y yo dije: este es mal negocio para los centroamericanos.

Y esa se volvió una frase muy histórica: la guerra se vuelve un mal negocio para nosotros.

 Nosotros recogemos los muertos y ustedes nos venden las armas. ¿Se lo dijo a ellos? Se lo dije a los americanos y se lo dije a todo el mundo. Tuvimos una gran ayuda de Europa que nos decía: ese satélite del que hablan los americanos, en donde dice que se están bajando los Mig-21 es mentira. Son tractores, helicópteros, cualquier cosa. Pero no son Mig-21.

Y nos enseñaban las mismas fotos de satélite... sólo que cuando ya estaban abriendo las cajas... y nos decían que eran armas para invadir Centroamérica. Otra anécdota muy interesante es que me dice un estratega europeo: "No se preocupe por los tanques Stalin 1 porque no pueden llegar a Guatemala jamás".

¿Y por qué? Porque pesan 60 toneladas y los puentes de Guatemala no resisten un tanque de 60 toneladas. O sea que para que pase un tanque desarrollado, para atacar un país subdesarrollado, se necesitan puentes desarrollados. ¿Lo del claustro fue Esquipulas I?

Sí. Ahí se decide iniciar un trabajo que fue sistemático, con una seria de reuniones, hasta llegar a Esquipulas II. Después de un largo trabajo de un año... habíamos decidido que en junio y lo retrasamos un poco por los problemas naturales. Y en agosto del 87 firmamos Esquipulas II.

Pero a pesar de enclaustrarse hubo una gran influencia extranjera... Tres cosas fundamentales. Uno, nos inspiramos en Contadora. Contadora era "solución de los latinoamericanos". Y entonces decimos: "solución de los centroamericanos", incluso sin los latinoamericanos.

Segundo, no queremos caer en la guerra fría, no queremos caer un conflicto entre Estados Unidos y la Unión Soviética, que existía en esa época. Y tercero: tenemos que hacer un proceso de paz.

No es una fórmula matemática, suscribir un acuerdo y se acabó. No. Paso a paso vamos a ir resolviendo cada uno de los conflictos. ¿El último documento de Esquipulas II, donde se terminó? En el Camino Real de Guatemala.

Y en la oficina se sacan los documentos finales y se firma en el Palacio Nacional de Guatemala. Hasta el último momento se estuvieron discutiendo los detalles.

El documento se empezó a discutir en agosto de 1986 y se terminó en agosto del 87 y fue un aporte de todos los equipos técnicos y políticos de Centroamérica. ¿Esquipulas I y II tuvieron un apoyo muy fuerte de la comunidad europea para contrarrestar a la Comunidad Democrática Centroamericana de Arias, que era apadrinada por Estados Unidos?Logramos romper con eso desde la primera vez.

 Le dejaron claro a Arias... Le dijimos no puede haber paz si no estamos todos metidos en la lucha. Desde la primera reunión. Esquipulas I se hace con Daniel Ortega adentro. Explíqueme cómo es que de tener que convencer a un presidente de que se incluyeran todos, ese presidente acaba con el Nóbel de la paz. Tengo la impresión de que hubo tres factores que influyeron.

 Uno: los americanos influyeron a favor del presidente Arias, porque Costa Rica siempre ha sido como un aliado de los Estados Unidos. Dos: hubo un fenómeno histórico. Costa Rica era la democracia consolidada, nosotros podíamos haber pagado porque habíamos sacado militares del gobierno... pero que podían regresar.

Pero en el fondo fue un lobby correcto de la gente que estaba a favor del grupo socialdemócrata que estaba con Arias. Ellos hicieron un lobby correcto en Suecia y los americanos influyeron en eso. ¿Por qué Arias para el premio y no todos?

A nosotros nos acusaban de cualquier cosa: que a Napoleón lo manejaba Estados Unidos, que a mí me manejaban los militares; que a Azcona lo manejaban los Contras; que Ortega era un marxista leninista... cualquier cosa era un motivo. Entonces nos eliminan. Y yo creo que los suecos han de estar arrepentidos de haber tomado esa decisión.

 No lo pueden decir. Porque realmente los que lo merecían eran los cinco presidentes que se la jugaron completita.

 ¿Arias qué se jugaba? El era el que menos riesgos corría. Yo tuve dos intentos de golpes de estado por establecer relaciones con la guerrilla. Napoleón Duarte podía haber perdido el apoyo de los norteamericanos y Azcona tenía los Contras adentro... y Daniel Ortega se la estaba jugando como se la jugó... y perdió las elecciones internas.

Daniel me dijo, cuando firmamos el acuerdo de paz sobre Nicaragua y el desarme, el de suspensión de acciones armadas dentro de su territorio: "Mirá, en una elección, Estados Unidos va a invertir cualquier cantidad de dinero para derrotarme". Entonces yo le dije: "Sí, pero si hay elecciones podés regresar.

Si hay guerra te van a destruir el país, te van a matar y vas a ser otro mártir de la revolución, pero sin salida".

Y cuando toma posesión, ahorita, me dice: "!Tenías razón!". Veinte años después él vuelve a ganar las elecciones. La no violencia era la única salida posible a la guerra fría. Mundialmente, el plan Esquipulas II se presenta como una idea genial del presidente Arias. ¿Cómo es que siendo una iniciativa de ustedes nadie dijo nada?

El Nóbel se lo dan pensando que él es el autor de eso. ¿Pero de dónde?

El documento original de Esquipulas II lo presentamos nosotros en Guatemala. Y fue discutido y redactado detalle por detalle por los técnicos de todos los países y cada frase la aprobábamos los presidentes.

Una de las personas que estuvo en el trabajo fue el actual vicepresidente de Guatemala (Eduardo Stein); el actual director de ciencias políticas de la Landívar de Guatemala, Ariel Rivera; Carmen Rosa de León... Gert Rosenthal, Rómulo Caballeros. Todos ellos. La CEPAL, la gente de Daniel Ortega.

 Los costarricenses. Su equipo estaba dirigido por un chileno. John Biehl... Muy bueno. Todos ellos trabajaban a marchas aceleradas en cada reunión e íbamos trabajando detalle por detalle entre todos los presidentes.

Aunque nosotros produjimos el documento básico, el documento final fue un esfuerzo de todos.

Es mentira que el presidente Arias llegó a presentar un documento... ¡pero es absolutamente mentira! Que ese fue aprobado, y la genialidad de Arias... ¡Mentiras! Fueron meses y meses de discusión.

Y nos reuníamos los presidentes en cada lugar a aprobar lo que los técnicos... esto sí, esto no... tanto que la frase "para una paz firme y duradera" la puse yo. Esa frase era de nuestra cosecha. Porque era un proceso para lograr una paz.

 ¿Por qué? Porque siempre he creído que los logros históricos ni los empresariales ni nada, no se logran si no hay un proceso. Las cosas no se logran con genialidades sino con trabajo, con consensos, con una dirección.

 ¿Cómo se produce eso? Creo que hubo una maniobra de lobby político de este Biehl, que después fue echado al carajo por Arias. Le pagaron mal. Hicieron lobby para decir... uno se sorprende, lee los libros, impresionante, que Arias llegó, nos propuso y lo aprobamos.

Nunca sucedió así. ¿Por qué se ha tardado 20 años para decir esto? No me he tardado, lo que pasa es que no me han querido escuchar. Usted sabe que los medios de comunicación han estado al servicio de ciertos intereses, siempre.

Y ahora, usted ve una cosa: a la celebración de Esquipulas II, en Guatemala, no me invita el gobierno.

No fui invitado. Y a la reunión de Costa Rica tampoco. ¿Y por qué cree que no lo invitaron? Porque les robo el show ¡jajaja!, porque les tengo que decir la verdad. El único que protestó fue Daniel Ortega, porque dijo que Napoleón Duarte y yo habíamos sido cruciales.

Pero si Stein es vicepresidente de Guatemala y trabajó en Esquipulas II Probablemente no tiene capacidad de decisión. ¿No ha hablado usted con él? No. Yo tal vez peco por no preocuparme mucho por los premios.

Es muy incómodo cuando nos juntamos con el presidente Arias. "Señor presidente...". Y luego la gente pasa conmigo y me dicen: ese premio se lo merecía usted.

 Y él está enterado jajaja. Le ha de molestar muchísimo. Creo, honestamente, tal vez yo tuve la iniciativa, pero si no tiene resultados no sirven para nada. Los cinco presidentes tuvimos las agallas de firmar un documento y romper con la guerra fría.

 ¿Arias se robó un reconocimiento que se merecían todos? Yo no diría que se lo robó el, porque no fue sólo él el culpable. Yo diría que él recibió un premio que lo merecían todos.

 A lo mejor la parte de la historia que no conocemos es cómo se pasa de una iniciativa de todos los presidentes a una que se llama Plan Arias. Eso es un buen trabajo de lobby, pero es una mentira histórica. ¿Un buen trabajo de lobby en Estados Unidos? En Estados Unidos y con los escritores norteamericanos que simpatizan... es que los liberales norteamericanos que son los que han escrito sobre el proceso querían de nosotros cosas que no podíamos hacer.

 De Ortega a saber qué, de mí que desapareciera el ejército, de Napoleón Duarte que también desapareciera el ejército e hiciera cualquier cosa; o no confiaban en él porque tenía un acuerdo con Estados Unidos. Y miraban a Costa Rica como el adalid porque Arias propuso siempre la desaparición de los ejércitos. Y eso es una buena frase para convencer a los liberales radicales de su posición.

Pero la verdad verdadera, y eso es histórico, usted puede hacer una consulta con cancilleres de la época, con todo el mundo. El plan Esquipulas II es el resultado de un trabajo colectivo.Ortega estaba en Nicaragua, pero Costa Rica y Honduras estaban prestando su territorio para favorecer a la Contra.

 Me imagino que esas reuniones no han de haber sido muy tranquilas. Napoleón Duarte y usted tuvieron que haber jugado un papel... Totalmente equilibrador. La pelea... bueno, Arias y Daniel siguen peleándose.

Lo vimos la semana pasada. Por una sencilla razón: Daniel fue acosado por Arias. Y fue muy valiente, resistió e hizo concesiones correctas en la línea de la paz, pero no permitió nunca que las cosas fueran más allá.

Los acosos de Arias contra Daniel hubieran provocado el rompimiento de las pláticas y el final de las mismas.

No sólo la posición ideológica de Napoleón Duarte, porque era un hombre de principios; y la posición negociadora mía, con un peso específico de tener la ventaja de tener el ejército más fuerte de Centroamérica, con una guerrilla muy grande y muy sólida, pero un ejército que daba certeza y que no era al servicio de los intereses norteamericanos.

 Era independiente, nacional.

 Eso me permitía ser como un árbitro en esas discusiones porque además no tenía una actitud... yo soy un demócrata, no tengo un prejuicio contra ninguna línea ideológica. El plan de Esquipulas es la prueba evidente de que a través de la concertación y el diálogo, a pesar de posiciones ideológicas diferentes, se pueden lograr objetivos en beneficio de la sociedad. ¿Quienes tenían más conflicto?

Los puntos extremos eran Arias y Daniel Ortega. Azcona era el punto de balance porque él tenía a los Contras, la mayor cantidad de Contras, que también estaban del lado de Costa Rica, en el río San Juan. Y Napoleón era él tipo de actitud moral, hay que hacer lo correcto, y yo era como el negociador de la cosa. Todo el mundo cumplió un papel importante porque también los puntos en extremo sirven para encontrar la posición correcta. ¿A ver?

Si Arias no hubiera sido tan radical contra Ortega, Ortega no hubiera hecho tantas concesiones intermedias con nuestra ayuda. Y al revés. Si Ortega no hubiera sido tan radical contra Arias, Arias hubiera manejado las cosas a favor de los americanos.

 Lo está pintando como que la relación entre Arias y Ortega era todavía más tensa que la relación entre Ortega y Azcona. Entre Ortega y Azcona no hubo una relación de tanta tensión. ¿A pesar de el apoyo a los contras desde Honduras? Porque él reconocía con claridad su problema con la presión norteamericana y los Contras. No lo ocultaba.

 El decía: Ortega tiene un problema pero yo tengo allá adentro a los norteamericanos. La base en Palmerola... y eso era difícil de resolver. Y tomó la decisión. Los que tenían la carga más grave eran Daniel, Azcona y Napoleón. Arias no tenía ningún problema más que las bases de Contras. Pero él estaba de acuerdo... no de acuerdo, pero ahí se movían con tranquilidad, digamos.

¿Cómo se logra el acercamiento entre Duarte y Ortega? Al principio fue una discusión ideológica porque Duarte se declaraba católico practicante y un demócrata cristiano conservador, y Daniel se declaraba marxista leninista.

 Pero cuando superamos la discusión ideológica y nos dimos cuenta que el problema era estratégico y no ideológico se acabó el problema. Y Napoleón se convierte en lo que era, en un hombre buscador de soluciones para evitar los conflictos.

 En cambio, Arias era un radical democrático. "Daniel, tenés que hacer concesiones, que el ejército sandinista, que nosotros no tenemos ejército..." Además es mentira. Costa Rica tiene un ejército tan grande como cualquier ejército de Centroamérica. Sólo que se llama Guardia Nacional. La marina costarricense es bastante más grande que la marina hondureña, que es la más grande de América Central.

Tiene barcos modernos de los Estados Unidos. Ya veo por qué no lo invitaron a Costa Rica No, es que es "too much". La Guardia Nacional tiene fusiles M-16, uniformes camufleados, disciplina militar y tiene 20 mil hombres sobre las armas. Creo que tiene más que El Salvador en este momento.Después del acuerdo, ¿qué se decían entre ustedes? Óscar Arias tuvo el descaro de invitarnos a que fuéramos a aplaudirle a Suecia. Nadie quiso ir.

 ¡Y quería que pagáramos nuestros pasajes!. Esa es la personalidad de Arias.

Nos conocemos mucho, nos queremos, pero es una personalidad de ese tipo. Cree que merece todo los aplausos. Bueno, pero esa es la verdad histórica. Adjudicarle a la genialidad de un presidente el trabajo de unas 200, 300 personas, es un acto de injusticia histórica contra toda esa gente; porque ese fue un ejército colectivo de todos los técnicos de los países, un esfuerzo genial, y un esfuerzo de todos los presidentes de aprobar eso. Trabajábamos horas. Y la genialidad no fue de él...

La genialidad no fue de él. Esquipulas II es el resultado y el fruto de un trabajo colectivo de los políticos y técnicos centroamericanos a favor de la paz y de los presidentes que discutieron palabra por palabra cada uno de los tratados. Está echando par atrás, públicamente, un mito de 20 años. Pero no lo estoy echando par atrás, estoy diciendo la verdad.

El mito lo fabricaron, pero no lo cree nadie. Todo mundo sabe que es mentira.

 ¿O no? Se rumora, se dice, se cuenta, donde yo llego me dicen: "Usted se merece el premio" y yo contesto que no, los cinco presidentes... Es muy importante porque es hora de contar la historia como debe de ser. No con los cuentos del ganador.

Y eso no es una cosa en contra del presidente de Arias, es la verdad. Si él inventa una gran mentira va a pagar la factura de lo que inventó.

http://www.radiolaprimerisima.com/noticias/general/18600/arias-ha-falseado-la-historia-afirma-vinicio-cerezo-artifice-de-esquipulas-ii/?fbclid=IwAR06lSeWHPlshDQ78M1u7Lp1dZiMbelW0E2uB78AQrolcDhtv-zKZ7TLQj8

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