Pablo Gonzalez

El Callejón sin Salida de la Oligarquía golpista nicaragüense



Tendrán que pasar otras 4 décadas como para que la oposición pueda volver a recrear las “condiciones pre-insurreccionales” que le permita alzarse con el poder mediante un golpe de estado pagado, dirigido y ordenado por la Agencia Central de Inteligencia CIA de los Estados Unidos.

En la actual coyuntura, la Oposición Golpista Nicaragüense, ya dejó atrás el “empate crítico” para entrar en un estado de franco retroceso en todos los terrenos en los cuales escogió confrontar al democráticamente electo gobierno de Nicaragua, en elecciones reconocidas como válidas por la Organización de Estados Americanos, OEA.

Utilizaron 4 estrategias del terror para someter a la población en general con el fin de debilitar y doblegar al pueblo para forzar la renuncia del presidente Daniel Ortega e instalar un gobierno no electo por el pueblo.

Estas 4 estrategias del terror fueron: 

1- Los Tranques; 

2- Las manifestaciones callejeras que siempre dejaban una estela de violencia, saqueos y muerte;

 3- Los paros nacionales y

 4- La presión de la “comunidad” internacional.

Todas estas 4 estrategias del terror golpista fracasaron porque se estrellaron contra un poderoso muro de contención llamado Pueblo de Nicaragua, pero que los golpistas prefieren denominar con el ridiculo adjetivo de “dictadura Orteguista.”

La Oligarquía golpista aprovechó el espacio de Diálogo convocado por el presidente Ortega para convertirlo en un circo mediático y utilizarlo para insultar y humillar al mandatario.

Convirtieron también el Diálogo en un ring de boxeo para “exigir” la capitulación del gobierno entero, en una burda imitación y copia carbón del golpe militar en Chile contra Salvador Allende y el fracasado intento golpe de estado en Venezuela contra el presidente Hugo Chavez.

El utilizar a un jovenzuelo imberbe para vulgarear al presidente Ortega fue algo cuidadosamente planeado por los obispos quienes resultaron ser unos mediadores que estaban totalmente parcializados con los golpistas, mejor dicho, los Obispos mismos habían creado y organizado a los golpistas.

De hecho el diálogo era toda una farsa.

Utilizando una engolada y artificiosa voz con “timbre” sapiencial, el soberbio y arrogante obispo de Matagalpa, Rolando Alvarez, fue delineando paso a paso el demantelamiento total de todos los poderes del estado, una típica medida fascista. 

Tal medida fascista no la aplicaron en Honduras, porque eran los otros poderes, el legislativo y judicial los que perpetraron el golpe.

Alvarez dió lectura a un extenso documento (previamente acordado con los golpistas), en el cual demandaban la destitución de todos los magistrados de todos los poderes del estado y su reemplazo inmediato (a través del diálogo) por “caras nuevas” obviamente de la oposición, pero que ellos llamaban ciudadanos honorables.

Obviamente el gobierno no aceptó tal propuesta y la calificó correctamente como un golpe de estado suave y disfrazado. Ningún gobierno puede asumir el poder si no es electo por el pueblo.

Tanto que criticaron los pactos y ahora proponían pactar con el FSLN un nuevo gobierno no salido de las urnas, totalmente carente de legitimidad, solo porque los golpistas asi lo decidieron.

El dialogo se estancó y la oposición respondió arreciando la puesta de tranques por carreteras y barrios de las principales ciudades del país, aunque no todas y en muchos barrios de Managua aunque tampoco en todos.

La oposición se lanzó entonces sin paracaídas con su serie de 4 estrategias golpistas, de tranques, marchas, paros y presión internacional, cuyo objetivo final era el colapso de la gobernabilidad y la capitulación o linchamiento mortal del presidente Ortega y su esposa al mejor estilo del presidente rumano Nicolae Ceaucescu y su esposa Elena.

La primera estrategia, la de trancar las carreteras e inmovilizar la libre circulación del pueblo era violatoria del articulo 31 de la Constitución Política de Nicaragua. Durante el llamado Diálogo Nacional, el gobierno repetidamente le pidió a la oposición levantar los tranques, no solo por su ilegalidad sino por el daño que estaban causando a la economía nacional.

La iracunda y soberbia respuesta de la Oposición fue que los tranques se quedaban y que la economía era un asunto de segunda importancia, que ellos pedían democracia y la economía vendría después.

Al mismo tiempo que se negaron a levantar los tranques, los obispos de la conferencia episcopal, en una actitud de “burro amarrado, tigre suelto” le pidieron al presidente Ortega el acuartelamiento de la policía nacional.

Sorprendentemente, el presidente accedió a la petición de los obispos, pero la oposición no se apaciguó con eso, sino que acompañó a los tranques con su segunda estrategia de marchas callejeras. Con la policía acuartelada, cada manifestación de la oposición dejaba un reguero de muertos, que la oposición atribuia a la policía y los paramilitares y turbas de la Juventud Sandinista.

Los narcotraficantes y las pandillas se convirtieron en los señores de las calles de Nicaragua y el número de victimas civiles siguió creciendo. La oposición le adjudicó todos, todos los muertos, incluyendo los muertos Sandinistas, al gobierno al cual culparon hasta de las muertes de la delincuencia común.

Luego de 3 meses de terror, en donde el pueblo era secuestrado, torturado, de lo cual hay abundantes videos que circulan en las redes, los terroristas golpistas se dieron a la tarea de secuestrar policías desarmados que andaban de pase e iban a visitar a sus familias.

Lo mismo hicieron con empleados civiles del gobierno, siendo el caos mas sonado el del compañero Bismark Martinez de quien hay un video en donde los “demócratas” lo están torturando.

Pero el clamor del pueblo comenzó a subir de decibeles y demandaron del presidente Ortega una respuesta, porque los golpistas llegaron al extremo de sitiar cuarteles de policía sin que estos se defendieran por órdenes del presidente.

Finalmente, cuando la misma embajada de Estados Unidos pidió protección policial para sus empleados civiles, el presidente Ortega decidió actuar pero de forma concertada con los pobladores de los barrios victimas de los pandilleros apostados en los tranques.

Lo que los golpistas jamás se imaginaron fue que el presidente Ortega utilizara la astuta estrategia de hacerle creer a sus enemigos que lo estaban derrotado. Sin embargo, algo no le estaba funcionando a la oposición desde el principio, algo fundamentalmente grave no estaba saliendo bien.

Durante la fracasada invasión golpista de Bahia de Cochinos en Cuba, la cual partio precisamente de Puerto Cabezas, Nicaragua en 1961, la Agencia Central de Inteligencia, CIA, le dijo a las falanges golpistas que el pueblo cubano ya no aguantaba el hambre y la opresión del régimen de Fidel Castro y que en masa saldrían a recibir a los invasores golpistas procedentes de Nicaragua.

Esas eran exactamente las mismas expectativas de los golpistas en Nicaragua durante las 2 primeras noches del golpe suave iniciado el 18 de Abril de 2018.

La Oligarquia golpista dirigida por los primos Chamorro (Juan Sebastian y Carlos Fernando) esperaba un levantamiento masivo del pueblo durante las primeras 72 horas, el cual multitudinaria marcharia hacia El Carmen a sacar y ajusticiar “al dictador”, pero tal levantamiento multitudinario jamás se produjo.

Por el contrario, aterrorizado, el pueblo se “encuevó “ en sus casas y no se atrevía ni a sacar la cara por la ventana. El pánico aumentó con las dantescas imágenes de buses incendiados, supermercados saqueados y alcaldias civiles sandinistas quemadas en varias ciudades.

Era el escenario ideal, soñado por la oligarquía blancoide y sus operadores políticos del MRS. Las pantallas de televisión mostraban un país en caos, Ortega, creían ellos, había perdido el control social de la nación, la huída del presidente era cuestión de horas.

Lejos de marchar multitudinariamente hacia El Carmen, muchos pobladores de barrios pobres prefirieron lanzarse a saquear los establecimientos comerciales mas cercanos aprovechando la confusión policial inicial.

Se vio a humildes pobladores caminar “gachos” con enormes televisores plasma “a tuto”, los cuales les fueron decomisados posteriormente por la policía de Managua.

Esa era su marcha a El Carmen, saquear cuanto articulo de valor encontraran a su paso. Pero no era lo que los golpistas deseaban.

La noche que ardió Managua al calor de la ira “Emerresiana” de la oligarquía, esa noche los golpistas perdieron la partida. Esa noche la victoria se les escapó de sus manos, sin que se dieran cuenta. Era claro que los golpistas promovían la violencia y el caos.

Esa noche el pueblo dejó claro que podía ser saqueador, pero no golpista. La suerte de la oligarquia quedó echada esa noche, muy a pesar que las gigantescas llamas sobre Managua, daban la falsa imagen que la “dictadura Orteguista” vivía sus últimas horas.

Desesperada, la Oposicion respondió ampliando el radio de acción de los tranques. Podemos afirmar sin ningún temor que la manifestación del dia de las madres, el 30 de Mayo fue la “cúspide” de las marchas de la oposición.

Aunque esa marcha, como todas las marchas golpistas, también dejó su número de muertos, aún asi la multitud no mostró ningún indicio de marchar a El Carmen.

La suerte estaba echada, ya no había nada que hacer, para el 30 de Mayo, estaba mas que clarisimo que a pesar que el terror de los tranques no daba señales de amainar, el golpe suave acorde con la receta de Gene Sharp había fracasado y solo era cuestión de tiempo para asistir a la sepultura del cadáver nauseabundo de la oligarquía golpista.

Daba pesar verlos suplicarle al COSEP que llamaran a un paro nacional. Se hicieron repetidos llamados y convocatorias a un paro nacional que jamás fue ni paro, ni nacional. Porque? Primero porque el paro era bajo amenazas de quemar a quienes no cerraran sus negocios. Eso es terrorismo económico, no paro y segundo, jamás fue nacional.

Nunca hubo un paro completo en todo el territorio nacional.

La tercera estrategia fue entonces recurrir a la “comunidad internacional” entiéndase Estados Unidos. Montaron circo mediatico tras circo mediático por medio de la Organización de Estados Americanos, OEA. Lograron condenas no vinculantes y nada pasó, absolutamente nada.

Desesperados, sus amos los yanques, ante la total falta de resultados concretos en la OEA, trasladaron el caso, sin tener la gravedad para ameritar tal medida, al Consejo de Seguridad de la ONU. La embajadora Trumpiana, Nikki Healy fue la directora de orquesta, pero les salió el tiro por la culata.

La virulenta e incendiaria embajadora estadounidense, ni siquiera se atrevió a pedir una votación de condena contra Nicaragua y todo se redujo a una mera repetición de las trilladas acusaciones anteriormente presentadas ante el Consejo Permanente de la OEA, tomadas a su vez de las ONGs pro oligárquicas y financiadas por el gobierno de Estados Unidos por medio de la USAID.

Un par de semanas después, el 1 de Noviembre de 2018, la Asamblea General de las Naciones Unidas votó abrumadoramente contra Estados Unidos, en votación de 189 a 2, por su ilegal e inmoral bloqueo contra Cuba. Cabe preguntarse entonces? Quienes son los verdaderamente aislados?

Curiosamente, los grandes medios de comunicación estadounidenses y todos los altoparlantes de la Sociedad Interamericana de Prensa, SIP, supuestos campeones de la libertad de prensa, no publicaron ni una sola palabra de la humillante derrota sufrida por Estados Unidos en la ONU.

Muy por el contrario, todos los medios de las oligarquias latinoamericanas, repitieron como lora en guayabal, las incendiarias y cantinflescas declaraciones del violento asesor de seguridad de la Casa Blanca, John Bolton, quien ardido por la derrota en la ONU ese mismo dia, despotricó contra Cuba, Venezuela y Nicaragua.

Y para ponerle la cereza al pastel, la Conferencia Episcopal de Nicaragua, en un aparente giro de 180 grados le dió la espalda a los manifestantes golpistas cerrándoles las puertas de la catedral de Managua y demás parroquias católicas.

La medida no fue anunciada de manera oficial mediante ningún comunicado formal, sino que un curita de tercera categoría les dió la mala noticia a los manifestantes golpistas, disfrazados de fieles.

La oligarquía blancoide, fanatica, títere de los gringos, parroquial, provinciana, torpe y fascista, se encuentra en un verdadero callejón sin salida.

 Fueron derrotados en los tranques, fueron derrotados en las calles de Managua y demás ciudades, fueron derrotados en la OEA, la ONU y finalmente fueron derrotados en los salones de El Vaticano ante lo que fue a todas luces una jalada de chaqueta del papa Francisco.

El silencio de la Conferencia Episcopal ante sus propias acciones lo dice todo. El obispo Silvio Baez fue atrapado en su propia telaraña y denunciado por feligreses de una comunidad católica de Managua.

Ya no solo son los Sandinistas católicos las ovejas sin pastor, ahora son los golpistas que deambulan sin esperanzas como ovejas que no tienen pastor.

Es tiempo que la Oligarquia Chamorrista, tarifada de los gringos, admita que la última palabra no la tiene el congreso de los Estados Unidos, sino el pueblo de Nicaragua. La Nica Act está muerta por el momento y en 2 meses Ileana Ros-Lehtinen ya no estará en el congreso.

Dense cuenta que históricamente Nicaragua siempre ha derrotado la intervención y agresiones yankas, desde la agresión de William Walker hasta la intervención contra la cual se alzó el mas ilustre de todos los nicaragüenses, el general Augusto Cesar Sandino.

La oligarquia se encuentra en un callejon sin salida. Jamas pudieron probar ningún fraude electoral, prueba de ello es que jamás llevaron su queja sobre fraude ante ninguna instancia internacional.

En los últimos años se dieron las revelaciones de los Panama Papers y el escándalo Odebrecht, ninguno de los cuales hace alusión a la supuesta corrupción del gobierno del presidente Ortega, por muchos protocolos que haya firmado Carlos Fernando Chamorro con el diario La Nacion de Costa Rica, vocera de la oligarquía machilla para crear un efecto mediático carambola.

Ya dejen en paz al pueblo de Nicaragua. Ni con toda la ayuda de los yanques han podido. Intentaron derrocar al gobierno del comandante Ortega y ni pudieron, ni podrán.

Lo único que han logrado es dañar seriamente la economía nacional. Por culpa de ustedes más de 200 mil nicaragüenses han perdido sus trabajos y eso los alegra. Que asqueroso.

Ya han derrotado al gobierno Sandinista electoralmente, qué les cuesta esperar el tiempo que manda la constitución en su articulo 148 y participar en la contienda civica en el 2021?

De lo contrario, por métodos violentos volverán a fracasar las veces que lo intenten. Anastasio Somoza Debayle intentó derrotar al FSLN por 20 años y no pudo. Ronald Wilson Reagan lo intento por casi una década y tampoco pudo.

 Que les hace pensar a los primos Chamorro, que ellos si podrán?

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