Los comentarios en contra de la medida tomada por la Alcaldía de Caracas son una forma de "negar la historia común" que data de unos 6.000 años atrás.
El cambio de la estatua de un león apostado en la entrada de Caracas, la capital venezolana, por la de una cacica indígena que resistió a la Conquista española ha desatado en las redes una serie de comentarios de discriminación en contra de los pueblos originarios venezolanos.
La alcaldesa de Caracas, Érika Farías, compartió las imágenes de la nueva escultura, ubicada en la Autopista Valle-Coche, la entrada a la capital desde el centro y occidente del país, que sustituyó a la de un león parado sobre sus patas traseras que sostiene el escudo con la cruz de Santiago, como símbolo de la fundación de la ciudad de 'Santiago de León de Caracas', en 1567, según el Instituto de Patrimonio Cultural del municipio Libertador.
La nueva escultura de siete metros elaborada por el artista Giovanny Gardeliano representa a Apacuana, líder de los Quiriquires, pueblo indígena de la nación Caribe, que habitaba la subregión de los Valles del Tuy, en el estado Miranda, que pertenece a Gran Caracas o región capital.
¿Quién fue Apacuana?
Apacuana, madre del cacique Guasema, organizó y dirigió en 1577 una sublevación en contra de los colonizadores españoles dirigidos por Garci González de Silva, en el 'Valle de Salamanca' (actuales Valles del Tuy), según el libro 'Historia de la Conquista y Población de la Provincia de Venezuela', de José Oviedo y Baños.
Esta indígena era una mujer muy sabia y respetada, conocedora de los secretos medicinales de las plantas, recoge un texto de la historiadora venezolana Iraida Vargas, publicado en el portal de la Alcaldía de Caracas.
Según Vargas, la líder de los Quiriquires tenía "mucho prestigio dentro de los pueblos de la región", lo que le permitió organizar la insurrección, que fue sofocada por los colonizadores.
Apacuana, "motora principal del levantamiento", según Oviedo y Baños, fue capturada y ahorcada, "dejándola colgada donde la viesen todos, para que su cadáver moviese con el horror al escarmiento". Este asesinato, junto al de otros 200 indígenas en una misma noche, significó la posterior rendición de ese pueblo indígena.
El león y la mujer
El retiro de la escultura del león, fundida en Madrid, España, y erigida en 1984, fue catalogada por el historiador venezolano Manuel Almeida como "irreverente y coherente" con lo que están proponiendo como "historia insurgente".
En opinión del cronista de la ciudad de Los Teques, en el estado Miranda, el león representa a "un sistema imperial que se instaló en el continente a sangre y fuego", que simboliza "esa visión dominadora que cuestionaba la condición humana" de los indígenas.
Almeida lamenta que aunque Apacuana haya resistido junto a su pueblo a la conquista durante siete años, solo tenga tres páginas en los libros: "La nombran muy poco por ser mujer, era 'piache' [curandera]".
"Una india que nadie conoce"
La publicación de la alcaldesa generó duras reacciones e insultos en algunos medios locales y redes sociales. Entre los argumentos de quienes se manifestaron en contra están la supuesta "destrucción de la historia" o "eliminación de los símbolos de la ciudad", el desacuerdo con haber erigido una estatua de "una india" desconocida e incluso fomentar las prácticas de brujería.
Frente a los señalamientos de que la cacica vivió en los Valles de Tuy, a unos 48 kilómetros de la capital venezolana, el historiador consultado piensa que es "absurdo" no reconocer a las "poblaciones geohistóricas que se construyen en un pueblo". "Niegan la presencia de una historia común", añade.
Con respecto a la afirmación de que es una indígena desconocida, Almeida considera que aún falta mucho que estudiar de los pueblos originarios. "Tenemos que hacer constante revisión del pasado, de la identidad, para pensar en la construcción de un futuro".
Sobre quienes creen que se está "borrando la historia", el investigador y cronista recuerda que "lo que somos no está únicamente ligado a los 500 años de dominación" debido a que existe una etapa previa. "Tenemos una historia rica, una historia viva, de más de 6.000 años", afirma.
¿Y el león?
Aunque aún se desconoce el destino de la escultura del león, que es un patrimonio del país suramericano, Almeida considera que cambiarlo de lugar "no es quitar la historia", sino "reconocer la existencia de una más profunda".
En su opinión, debe ser conservado por su valor patrimonial. "No podemos caer en eso que hemos criticado, que es borrar la historia", asegura.
Como una manera de reconocer esa historia invisibilizada y protagonizada por mujeres venezolanas, el pasado 8 de marzo de 2017 el Gobierno venezolano trasladó al Panteón Nacional, edificación donde reposan personajes ilustres del país suramericano, los restos simbólicos de Apacuana, junto al de las esclavas Hipólita y Matea, quienes participaron en la crianza de Simón Bolívar.
https://actualidad.rt.com/actualidad/298941-cambio-escultura-leon-indigena-criticas-venezuela