Huawei, el gigante chino de las telecomunicaciones, destina anualmente más de 14.000 millones de dólares a la investigación y desarrollo, y está por delante de la tecnología de internet de Estados Unidos en 5G.
Ésta sería la principal razón del boicot de EEUU y sus aliados contra la empresa china, cuyo episodio más vergonzoso ha sido la detención en Canadá de Meng Wanzhou, directiva de Huawei, hija de fundador de la empresa y futura sucesora al frente de la misma. M.Mestre
China recupera el espíritu de la Larga Marcha
RAÚL ZIBECHI /SPUTNIK
La foto que ilustra el editorial del Diario del Pueblo no puede ser más clara: una bailarina de ‘ballet’ parada sobre la punta de sus pies, uno de ellos enfundado en las tradicionales zapatillas de baile, mientras el otro luce desnudo, enseñando las huellas del esfuerzo, la sangre y el dolor. Sobre la foto, el título del artículo: ‘El sudor, e incluso las lágrimas, están detrás del ascenso de China a la grandeza’.
China se prepara para lo peor. El artículo reproduce una frase de Meng Wanzhou, directiva de Huawei, luego de ser puesta en libertad bajo fianza: “Estoy en Vancouver junto a mi familia. Me siento orgullosa de Huawei y orgullosa de mi patria. Gracias a todos los que han estado preocupados por mí”.
El Diario del Pueblo recuerda la frase del escritor francés Romain Rolland que ilustra también la fotografía distribuida por Huawei: “Detrás de toda grandeza, hay un sufrimiento”. Es el espíritu del momento, sostiene el órgano oficial del Partido Comunista de China, porque “el sudor y las lágrimas del pueblo chino son el combustible del ascenso de China hacia la grandeza”.
El artículo prosigue detallando los enormes avances tecnológicos de Huawei, que se ha convertido en la empresa de vanguardia en investigación y desarrollo en el mundo, a lo que dedica más del 10% de sus ingresos cada año. Unas 80.000 personas, casi la mitad de sus empleados, se dedican a la investigación y desarrollo (R&D), algo que no pueden superar las competidoras.
David Goldman, analista de Asia Times, sostiene que “Huawei supera los 14.000 millones de dólares en R&D al año y está por delante de la tecnología de internet de Estados Unidos en 5G”. Este es el principal problema detrás del boicot que EEUU y sus aliados —Reino Unido, Canadá, Nueva Zelanda, Australia y Japón— imponen a Huawei.
De paso nos recuerda que Alemania rechazó las exigencias estadounidenses de unirse al boicot, camino que siguen los nuevos miembros de la OTAN.
El Gobierno chino está empeñado en mostrar las diferencias del país con EEUU. El mencionado artículo del Diario del Pueblo enfatiza con una foto de Ren Zhengfei, fundador de Huawei y padre de Meng Wanzhou, que el ejecutivo se moviliza en taxi haciendo fila para esperar como los demás chinos. Algo impensable entre los ejecutivos de EEUU.
Las permanentes menciones de Xi Jinping al “socialismo con peculiaridades chinas”, como hizo el pasado martes 18, al conmemorar el 40 aniversario del comienzo de la reforma y la apertura del país, así como sus referencias al marxismo buscan marcar distancias con EEUU, considerado la cuna del neoliberalismo capitalista. Dicho de otro modo, la apelación al socialismo es una forma de reafirmación nacionalista cuando la nación se siente atacada por la mayor maquinaria de guerra del mundo.
Líneas abajo de esta afirmación socialista, Xi Jinping enfatizó: “Nadie está en la posición de ordenar al pueblo chino lo que se debe o lo que no se debe hacer”.
La reafirmación de la soberanía es el punto en debate y el nudo de toda la política interior y exterior de China, incluyendo el crecimiento económico que no es un fin en sí mismo, sino el requisito para el bienestar y la seguridad nacional.
La segunda cuestión es la necesidad de mantener y reforzar una dirección política potente y un Estado fuerte en períodos de caos en el sistema mundial y de crecientes amenazas a la paz. “El liderazgo del Partido Comunista de China es el rasgo más esencial del socialismo con características chinas y la mayor ventaja del sistema socialista con características chinas”.
Puede parecer una retórica de la Guerra Fría, o del socialismo del siglo XX, pero Pekín estima que es la mejor forma de cerrar filas para enfrentar las dificultades. No es el único artículo que señala un camino similar. Global Times destaca que China debe estar preparada para una escalada con Canadá y advierte a los que sigan el camino de la subordinación a EEUU: “Con aquellos países que tratan de congraciarse con los EEUU sin tener en cuenta los intereses de China, debemos luchar con firmeza, provocándoles un costo muy alto”.
Se refiere a los que apoyan el boicot a Huawei, los aliados más cercanos de EEUU: “China es el mayor socio comercial de Australia y Nueva Zelanda y el segundo más grande de Canadá, por lo que el país tiene suficientes medios para contrarrestarlos”.
China está muy lejos de huir ante los conflictos con EEUU, se siente fuerte y se prepara para situaciones más complejas aún, sin desestimar que la guerra comercial derive en algún momento en guerra militar. La modernización de las Fuerzas Armadas, la construcción de portaviones y la creación de una decena de islas fortificadas en el mar del Sur de China son ejemplos de la determinación de Pekín de negarle a EEUU el acceso a sus mares cuando sea necesario.
La rapidez con que la que el país asiático ha modernizado su flota sorprende incluso a los miembros de la estadounidense Corporación Rand, cercana al Pentágono: “A principios de 2017, la Armada china tenía 328 barcos.
Ahora tiene cerca de 350 barcos y ya es mayor que la Armada de Estados Unidos. China es el mayor productor del mundo de barcos y con las tasas de producción actuales puede llegar pronto a 400″. Tiene la capacidad de botar tres submarinos al año y en 2020 puede completar una flota de 70 sumergibles.
El gigante asiático ha recuperado el espíritu de la Larga Marcha, la retirada que el Ejército Rojo emprendió entre 1934 y 1935 para eludir el cerco del Ejército derechista de Chiang Kai-shek, recorriendo 12.500 kilómetros en 370 días.
La marcha atravesó casi todo el país, del sudeste al norte, dibujando una media luna.
Comenzó con 86.000 combatientes pero solo 8.000 llegaron a Yenan, donde se establecieron, luego de atravesar 18 cadenas montañosas —cinco cubiertas de nieves eternas— y 24 ríos importantes, además de sostener numerosos combates armados.
La humildad y el espíritu de sacrificio para enfrentar las adversidades fueron las lecciones más importantes aprendidas por los comunistas chinos, virtudes que el Gobierno está colocando nuevamente en un lugar destacado.
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