Pablo Gonzalez

Costa Rica: Fascismo y guerra contra Nicaragua


Este lunes a eso de las cero horas y minutos circularon alarmantes comunicados y fotografías de ataques y quema de ranchos y tugurios, en Monte Sinaí, Guatuzo de Patarrá, Desamparados, San José, Costa Rica.

La mayoría de las familias que habitan esas lomas y barrancas, son de origen nicaragüense. Niños, niñas, mujeres, hombres de trabajo, abuelos y abuelas, muy humildes que han llegado a contribuir, con su fuerza de trabajo, a la economía del país.

Se ha informado que grupos nacionalistas de corte fascista, han agredido en las últimas semanas a las personas que conviven en estos asentamientos humanos, en su mayoría ocupados por nicaragüenses.

También ha incursionado la política municipal del Cantón de Desamparados.

Las alarmas se encienden al comprobarse un fuerte brote de facismo que ha esparcido la xenofobia, el anti-sandinismo, el chovinismo anti-nicagüense, el anticomunismo, entre otras manifestaciones de odio, segregacionistas, racistas y de violencia en calles y mediante comunicados y mensajes electrónicos.

Estas expresiones peligrosas que perturban el clima de hermandad entre los pueblos de Costa Rica y Nicaragua, viene a echar leña a la hoguera de la campaña de calumnias y descrédito en perjuicio del Gobierno Constitucional de Nicaragua.

Es conocida la actividad en el país de grupos e individuos que operan en actividades abiertas y encubiertas, orientadas a desprestigiar la imagen de Daniel Comandante Ortega Saavedra Presidente de Nicaragua y de la Vice-presidenta Rosario Murillo.

Es importante reiterar que en los últimos meses han ingresado a territorio costarricense una parte de los terroristas y mercenarios, que consumaron crímenes de guerra, en la asonada que intentó derrocar el gobierno del FSLN.

Muchos de esos delincuentes y asesinos huyeron a Costa Rica y están siendo protegidos subvencionados con dólares del Departamento de Estado y la CIA, que llega a través de agencias como la USAID.

En el país algunas ONGs, Fundaciones, agrupaciones oportunistas y diversionistas de ultra-izquierda, revisionistas o reformistas, pseudo-intelectuales fosilizados en el academicismo y sectores del claustro universitario, junto a cultos religiosos y la jerarquía eclesiástica, se han confabulado con las facciones contrarrevolucionarias, que conspiran desde territorio costarricense con el objetivo de desestabilizar a Nicaragua, continuar con el saboteo, el golpe de Estado y acelerar las condiciones para precipitar una guerra civil que propicie una invasión liderada por el Comando Sur, con el aval jurídico y el maquillaje diplomático y político de la OEA.

Como por casualidad estos hechos en Guatuzo de Patarrá, coinciden con provocaciones en la frontera de Peñas Blancas, de supuestas asociacines civiles de nicaragüenses y costarricenses, que amparados en la supuesta defensa de los derechos humanos y la democracia en Nicaragua, están creando un ambiente de tensión en la frontera y un posible foco de colisión con autoridades de la hermana nación del norte.

En la práctica estamos ante la presencia de bandas contrarrevolucionarias, patrocinados desde Washington, con financiamiento, logística y adiestramiento, para seguir la agresión a Nicaragua soberana.

Análisis exhaustivos demuestran la telaraña de agencias y estructuras vinculadas a los servicios secretos, la diplomacia de los EEUU y la Casa Blanca, que auspician y subsidian ONGs, grupos bajo el manto de los derechos humanos y pro paz, centros de estudios políticos y estratégicos y otras especies de agrupaciones religiosas y “humanitarias”, en Nicaragua, Costa Rica y otras latitudes del continente, con el propósito de mantener una “contrarrevolución de colores” y empujar la guerra de baja intensidad en Nicaragua.

La matriz mediática apunta con saña a denostar al FSLN y si dirigencia y a falsificar la realidad social y política de Nicaragua.

La combinación de escenarios diplomático, mediático, político, económico y militar, es un libreto conocido de la estrategia del imperialismo yanki, para implementar lo que denominan un “cambio de régimen”.

Es un hecho probado por la ponzoña con que los medios del terrorismo de manipulación de masas, se refieren insistentemente a las pretendidas protestas de nicaragüenses, que exigen la salida de Daniel Ortega del gobierno.

En este clima descompuesto el gobierno de Costa Rica actúa irresponsablemente al sumarse a los ajetreos del grupo de Lima, y con terquedad solapar las conjeturas de escuadrones de sediciosos en el país, que atentan contra la estabilidad de Nicaragua.

Carlos Alvarado y Óscar Arias juegan con fuego y pueden propagar un incendio de repercusiones insospechadas, porque toleran, disimulan, cobijan o patrocinan, las temerarias actividades de los actores de la guerra contra Nicaragua.

Óscar Barrantes R.
CBYLO-CPC

http://redvolucion.net/2018/12/18/fascismo-y-guerra-contra-nicaragua/?fbclid=IwAR3VEZcpE0qYd3AraZ_MA6R7HCDbdU63l_sYIIgIPOxC5-g3gEkmIfV1rP0

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