A raíz del intento fallido de golpe de estado que se produjo en Nicaragua a partir del 18 de abril de 2018, nos hemos familiarizado con conceptos como “guerra psicológica”.
Lo que quizás podría sorprendernos es encontrar antecedentes de estas operaciones en un artículo publicado un 20 de noviembre de 1981. Se trata de un texto extremadamente actual, que parece haber sido escrito justo hoy y no hace 37 años.
El espacio “Un día como hoy en Barricada” se propone investigar el pasado para poder comprender mejor la coyuntura actual.
Por: Carlos Gallo O.
¿Qué tipo de lucha se libra con la prensa y demás medios de difusión que abiertamente se definen adversarios de la revolución? Es realmente una lucha de ideas o es una peligrosa guerra psicológica, utilizada como instrumento tendiente a justificar cada una de las agresiones imperialistas.
Es evidente que, frente a la pérdida de los instrumentos de poder, la antigua clase opresora haya elegido el terreno ideológico como el más propicio para iniciar la “tarea” de desestabilización del poder popular; cuentan para eso, con una larga experiencia, métodos, medios técnicos y el trabajo ideológico acumulado por años en el seno de esta sociedad.
Con estos recursos, se dispusieron a combatir las nuevas ideas de la revolución, aprovechando el marco de pluralismo político y el carácter profundamente democrático de la Revolución.
Pero…esa voluntad, esa decisión de luchar por “ganar la mente y el corazón de los hombres” parece haber cambiado, principalmente en La Prensa. La lucha ideológica se ha ido quedando rezagada, y esta parece estar siendo sustituida y acompañada por otra arma solo usada como instrumento preparatorio de acciones militares.
Nos referimos a la guerra psicológica, una guerra que tiene como objetivo crear situaciones políticas y estados de ánimos tendientes a subvertir el orden revolucionario o crear estados de opinión que en determinados momentos favorezcan a los intereses y acciones del imperialismo.
La revolución planteó desde sus inicios no temerle a una lucha ideológica, que se desarrollara en el marco de la Revolución; una lucha ideológica que en alguna medida viniera a configurarse como una especie de emulación en el terreno de las ideas, y la revolución ha estado y esta dispuesta a sostenerla, porque la fuerza de la razón y la historia está en cada una de las ideas que hoy defendemos.
Desafortunadamente este propósito no parece cumplirse. Los que se oponen a la revolución han preferido optar por el camino de la Manipulación y la calumnia, para desestabilizar y deslegitimar el poder revolucionario.
Una cosa es la lucha de ideas dentro del marco de la Revolución y otras cosas son las Operaciones psicológicas puestas en función de la guerra imperialista; una cosa es defender determinadas concepciones acerca del Estado y su gestión de gobierno, y otra cosa es manipular, difundir rumores y desarrollar una labor de zapa que sólo busca desestabilizar.
En este último trimestre hemos sumado más de 20 titulares de La Prensa que son la expresión de un tipo de propaganda que tiene como método especular con las emociones y perjuicios de determinados sectores del pueblo.
Podemos afirmar sin temor a equivocarnos, que La Prensa y resto de Medios de Difusión de la derecha tienen una cuota de responsabilidad en la fuga de técnicos y profesionales que se ha iniciado desde hace meses, toda esa propaganda de la incertidumbre, del pesimismo, del “totalitarismo” que solo ellos ven, ha sido factor condicionante en estas conductas de algunos técnicos y profesionales necesarios para nuestra construcción; entonces, no es la Revolución la que obligó a salir del país, son estas “operaciones psicológicas” violentas las causantes de semejantes acciones.
Veamos algunos hechos. Mientras la propaganda de la Revolución convoca al pueblo a organizarse para la defensa y participar en las tareas productivas; la propaganda reaccionaria trabaja para desorganizar y desmovilizar al pueblo en sus tareas vitales.
Mientras la propaganda revolucionaria busca cómo explicar los problemas del presente; la propaganda reaccionaria persigue crear un estado de incertidumbre y miedo del futuro.
La actitud de La Prensa frente al futuro está lleno de un profundo pesimismo y de un estado de ánimo apocalíptico que solo tiene como objetivo: combatir la certidumbre que tiene el pueblo en el futuro, a pesar de las profundas limitaciones que atravesamos.
Estos métodos han llevado a esos medios de difusión, y en el caso particular de La Prensa, a colocarse al margen de la Revolución; porque ya no es una simple lucha ideológica la que debemos enfrentar, sino operaciones psicológicas que en determinados momentos están en función de intereses y acciones no únicamente políticos y esto los lleva a violentar las leyes revolucionarias, leyes que en materia de medios de difusión fueron acordadas en los primeros meses de la Revolución por ellos mismos.
Es por ello que el Gobierno Revolucionario ha advertido de lo peligroso que es jugar con estos métodos y técnicas, porque el seguirlo haciendo los conduce únicamente a colocarse fuera del marco de la Revolución, fuera del pluralismo político que a diario reivindican y los desautoriza a reclamar esa libertar de expresión irrestricta, porque esta, solo pueden ejercerla con autoridad, aquellos medios que aun siendo adversarios de la Revolución desarrollan una responsable lucha ideológica.
http://barricada.com.ni/lucha-ideologicao-lucha-psicologica/