Pablo Gonzalez

DANIEL ESTULIN: Seis centros de poder compiten para reorganizar el mundo


Donald Trump, el dragón chino y la Internacional Negra

La aparente guerra comercial entre EE.UU. y China no es sino una maniobra de distracción de las élites económicas, asegura el analista ruso.

¿Es cierto que el gigante chino se aposenta en el complejo equilibro de tres clanes militares opuestos,conocidos como tres dragones de distinto color? ¿Y que Vladimir Putin lucha contra los liberales que le impiden recuperar la vieja gloria rusa? ¿O que existe un proyecto chino para exportar ciudadanos a futuras ciudades que se levantarán en zonas geoestratégicas? De todo ello y de la vieja aristocracia europea que apoya el modelo económico de Donald Trump hablamos con Daniel Estulin, analista ruso de contraespionaje y experto en conspiraciones a nivel global, de las de verdad, las que mueven los hilos varios pisos más arriba del Club Bilderberg.

Estulin, el primero en divulgar los secretos de este grupo de poder, ha sido también su sepulturero: el sistema económico de capitalismo sin fin, el nacido de los pactos de Bretton Woods al término de la II Guerra Mundial, está herido de muerte y existen nuevos modelos económicos que luchan por la hegemonía. Estulin nos da los principales jugadores de esta partida.

Donald Trump prometió a sus electores enfrentarse a China y ya ha comenzado anunciando una subida de los aranceles a sus productos. A muchos electores puede sonarles bien pero supondrá muchísimos daños colaterales. ¿Cuál crees que es el objetivo de Trump?

Quiero recapitular lo que comentamos en anteriores entrevistas. La aparición de Donald Trump como presidente de EEUU es un fenómeno vinculado al descalabro del modelo económico Bretton Woods, basado en el concepto, completamente erróneo, de crecimiento ilimitado en un planeta con recursos naturales limitados. La guerra de aranceles entre Estados Unidos y China es lo que en el mundo de la inteligencia denominamos leyenda de cobertura.

¿A qué te refieres?

En 1979, el presidente Jimmy Carter y el líder del Partido Comunista chino, Deng Xiaoping, firmaron un acuerdo secreto de no intervención militar. Ese pacto, que se ha ido renovando hasta 2021, es la base de toda esta dinámica que estamos viendo. La Guerra de aranceles es una conspiración muy bien elaborada entre el lado militar del gobierno de EEUU y la China amarilla de los dragones (clanes militares).

Suena a una partida sobre tapete. ¿A qué juego están jugando?

El reparto del viejo mundo del modelo Bretton Woods hacia un nuevo mundo sin víctimas. Trump va a cerrarse en lo que llama ‘Make América great again’ y ‘America first’: una economía basada en el dólar –y no en el petrodólar, que es el modelo de sus enemigos del sistema banquero-financiero-liberal–mientras se prepara para el sexto desarrollo tecnológico (nano, bio, info, cogno y fusión fría). Mientras, China mira hacia su entorno mediante el yuan respaldado por el oro físico (valores naturales para la economía real del mercado asiático de producción). El gobierno de EE.UU. necesita librarse de los parásitos que viven a su costa, me refiero a traer los dólares de paraísos offshore hacia los Estados Unidos y cortar el acceso a dólares a todos los demás. Esta división es un ejemplo clásico de geopolítica: el bloque marítimo se queda con EE.UU. y el bloque terrestre del Camino de la Seda, para China. Por eso digo que la pretendida guerra de aranceles es realmente una leyenda de cobertura.

En nuestra anterior entrevista, nos hablaste de los nuevos polos de poder que pretenden controlar el mundo: 1. Nuevo Jerusalén, con Londres como capital. 2. La Gran Europa, bajo influencia del Vaticano 3. Eurasia, con epicentro en Moscú. 4. China. 5. Califato y 6. Nueva Babilonia, es decir, Wall Street. ¿Cuál lleva ahora mismo las de ganar?

En inteligencia conceptual rusa hemos hecho un reparto nuevo sobre estos seis proyectos globales. La élite no juega al ajedrez, es decir, al duopolio blanco y negro popularizado por Zbigniew Brzezinski. Aquí estamos ante una partida de bridge, donde los jugadores no representan a países en guerra sino a proyectos internacionales. Así, hemos hecho nuevos repartos, de tres contra tres, y cambia el jugador número 5: entra el Califato rojo turco y cae del escenario el negro del ISIS, que perdió el anterior reparto (2013-2016) jugando en pareja con Nuevo Jerusalén de Londres. Por eso Turquía está tan activa actualmente.

¿Quiénes se sientan, entonces, a la actual partida?

La partida la juegan Londres, el califato rojo turco y Moscú contra Wall Street (banca financiera), China y la Internacional Negra, que incluye el Vaticano. Es interesante señalar que Trump no representa a Estados Unidos, que continúa en el modelo banquero-financiero, es decir, liberal. Trump es la cara visible de ese proyecto alternativo al que denominamos Internacional Negra. Y lo llamamos así por el color de la tierra: está respaldado por las viejas aristocracias europeas; no olvides que Trump es mitad escocés y mitad alemán. El Califato rojo no es un proyecto maduro y Londres pretende utilizarlo para su propio beneficio. Sin embargo, Turquía no acaba de funcionar, está teniendo gravísimos problemas con la OTAN (liberalismo) por un lado, y por otro, China trata de usarla como puente para llevar sus productos a Europa. ¿Cómo puede Londres atraerse al Califato rojo? Como no es posible el contacto directo, aquí entra Moscú: los Rothschild están negociando con Turquía a través de Moscú. Ahora mismo está todo en el aire, los proyectos se están posicionando.

¿Cómo definirías el extraño sistema político y social chino? Formalmente, es comunismo, sin embargo, existen multimillonarios y pobres de solemnidad.

La China actual no es comunista sino nacionalsocialista, es decir, socialismo de la especificidad China y se sostiene por la unión de los clanes alrededor del trono de los antepasados. Los clanes se diferencian por colores: rojo (comunistas maoístas), azul (liberales) y amarillo (nacionalsocialismo, al que pertenece el líder, Xi Jinping). Como país, China se divide en tres franjas. La agraria, sin apenas avances tecnológicos, en la que viven más de mil millones de personas y con ganancias muy escasas, de una renta similar a la URSS de los años 30. La industrial, de segundo, tercer y cuarto desarrollo tecnológico, abarca a unos 350 millones de personas con ingresos similares a la URSS de los años 80. Finalmente, la posindustrial, la de centros financieros como Hong Kong y Shanghái. Hay una desigualdad tremenda entre las tres franjas.

¿Cómo les afectará esa subida de los aranceles?

El error estratégico de China es haber basado su economía exclusivamente en el mercado exterior. El Camino de la Seda o la Estratagema #863, creada en 1986, fue una manera subrepticia de extender el mercado chino hacia exterior vía conquista económica de los países extranjeros. Ahora se encuentra con un Donald Trump que les dice “America first” y eso supone un gran problema para la clase media que salió de la pobreza agraria. El primer golpe se lo llevarán los 350 millones de clase media industrial.

En la novela El chino, del autor sueco Henning Mankell, se esboza un futurista y muy ambicioso plan de China para paliar la pobreza de su población rural: llevarlos por millones como colonos a África. El libro es de 2008 pero ahora sabemos que existe un interés chino muy real en las materias primas africanas. ¿Qué vaticinio haces para los próximos años?

Es una pregunta muy interesante. Sin acceso a los mercados exteriores, China no puede sobrevivir. Los recursos naturales africanos son la clave de este proceso. Verás, el capitalismo es el poder del capital y sabemos que el poder es, sobre todo, un sistema financiero. Por lo tanto, el sistema financiero capitalista es un sistema financiero basado en el capital. Salvo los recursos naturales, cualquier otro capital es pasajero. En consecuencia, sólo sobre el capital natural, es decir, los recursos de la tierra, el sistema financiero capitalista puede funcionar normalmente. ¿Y cuál es el nombre del sistema estatal, donde casi todos los recursos terrestres pertenecen al estado? ¡El imperio! Así que China, para volver a ser un imperio, necesita acceso a los recursos naturales africanos. Y rusos, aunque eso último es considerablemente más difícil porque nosotros tenemos armas nucleares disuasivas.

¿Moverá Vladimir Putin alguna pieza para frenar el poder chino?

China y Rusia deberían ser aliados y socios. Pero en cuanto a la economía interior del país, Rusia se encuentra en manos de los liberales banqueros-financieros respaldados por el FMI y cuyo objetivo es destruir cualquier vestigio de la Rusia verdadera. China, que es nacional-socialista, no se fía de la Rusia liberal aunque históricamente fueran aliados en la época Stalin- Mao Tse Tung. Si volvieran a serlo, estaríamos ante una reedición del gran orden de Gengis Khan, lo que vimos entre Stalin y Mao entre 1950 y 1953, y esto es algo que teme mucho el Occidente liberal. Y si sucediese de nuevo, no sería por el Camino de la Seda sino por la Ruta del Té: una alianza basada no en intereses sino en los valores tradicionales de familia. El objetivo de Vladimir Putin –conservador como Trump– es extirpar el liberalismo de Rusia y mirar a China para una gran alianza euroasiática.

El Brexit parece que comienza a revelarse como una mala decisión política. Muchos piden que se vuelva a votar y algunos ya pronostican la caída de Theresa May. Sin embargo, nos explicaste en la última entrevista que Theresa May se reunió con el primer mandatario chino con interés en cerrar el modelo asiático y que le interesa más el potencial chino que continuar de la mano de EEUU. ¿A quién le interesa más una Gran Bretaña fuera de la UE?

El Brexit representa la lucha por el poder entre el modelo banquero-financiero y un nuevo modelo tras la quiebra del sistema Bretton Woods. Cuando el bloque soviético cayó en 1991 y el sistema capitalista conquistó el mundo entero, se terminaron los mercados externos a los que dirigirse. Es decir, llegamos al límite de crecimiento. Esa lucha explica desde la aparición de Donald Trump a la del nuevo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Ten en cuenta que Reino Unido no es Theresa May, una simple sirviente de los intereses de la élite liberal financiera como lo son el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, Hillary Clinton o George Bush. Theresa May es irrelevante. Londres es los Rothschild, es los Windsor, la verdadera élite del modelo alternativo (el intercambio de productos físicos como oro, plata, armas, diamantes), frente a los Rockefeller, élite del viejo modelo de Bretton Woods (banca de productos financieros). La victoria de los Rothschild en ese pulso nos lleva a mirar a Oriente, a China y al modelo del yuan respaldado por los recursos naturales. Cuando pensamos en China, tenemos que también pensar en los Rothschild. Sin ellos, China nunca podría haber cerrado el acuerdo por el control de Hong Kong.

Acabas de estrenar un nuevo programa de televisión, esta vez en México. Avánzanos algo acerca de su contenido.

Se llama Homo ex Novo y trata sobre el hombre del futuro, sobre los cambios económicos y sociales de los que vengo hablando pero también los aborda a nivel del ser humano. Cuanto más desarrollo, los cambios se suceden más rápidamente. ¿Qué nos espera a nivel tecnológico, de inteligencia artificial y de hombre- máquina con unas perspectivas de desempleo catastróficas? Necesitaremos crear una sociedad digital dado que vamos hacia la robotización, esto supondrá crear nuevas leyes, un nuevo ordenamiento jurídico internacional, porque comenzamos a vivir los últimos coletazos del ser humano que conocemos. Vamos a ir abordando una serie de preguntas sobre este futuro.


ANDRÉS GUERRA / LA VANGUARDIA

http://pajarorojo.com.ar/?p=40331

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